viernes, 26 de diciembre de 2008

LOS REYES MAGOS EN LA COLA DEL PARO cap 20





Continuaron con su marcha, con la dirección premeditada, al origen de las primeras culturas asentadas, estos caminantes sin prisas ni pausas, como cada vuelta de una esquina que invita a una sorpresa sin vendeta, propio y con mas ganas del aprendizaje que los lloros que producen las heridas sin drenaje. Salidos de la provincia de Sevilla y pasando la capital de Jaén con dirección a las almerias, murcias y levantes.

-Como veis, mi fiel escudero, en todos los caminos la providencia con personas de bien, se nos prestan.

-No se, no se, pero de un tiempo a esta parte mi señor, que atravesando pueblos y de ciudades, me ha parecido de ver mangantes y saltabardales. De esta capital de Jaén, que ahora entramos poned atención.

Entrando por la carretera de Córdoba a esta capital de Jaén, estos dos cuatreros entre dos luces, mas las luces del alumbrado navideño, atónitos.

-¡Mirad mi señor! de lado izquierda y de derecha.

- ¡Tenéis razón Sancho! ¡por mambrino que voto a bríos!.

-¡Que aprovechando mi señor, de que estas nobles gentes de hacen sus paseos y deberes, los saltabardales, ladronzuelos asaltan sus casas y pisos!.

-¡Sancho casi todos visten de rojo, como el mismísimo diablo! ¡están preparados para el asalto todos a una, esperando la voz del lugar teniente!.

-¡Si mi señor! pero, no entiendo como no se dan de cuenta esta buena gente, que cuando le entren los diablillos por las balconeras, hasta los zócalos le moverán de sitio.

Moviendo se tensos con sus equinos por aquella avenida, mirando a un lado y a otro, entorpeciendo la circulacion un poco, haciendo parecer a conductores y viandantes como un ensayo navideño, restaban la importancia un poco hasta que en uno de aquellos balcones, mas proximos a la acera, por unas escalerillas suspendida subían algún Papa Noel, que por esta pareja, eran confundidos por diablillos ladronzuelos y equilibristas. Quijote se presta hacer honor a su causa, con lanzón en prevenga y espoleado a Rocinante.

-¡¡¡DETENEOS!!! ¡¡ASALTANTES DE NOBLES CASAS Y PISOS!! ¡¡Y, AYER DE CAMINOS!!.

-¡Los viandeantes mi señor, preste le de
atención sin atropelladles!.

Dos de aquellos muñecos colgantes, con motivo navideño, Quijote empaló en su lanzón, que seguido de aquel balcón, nuestro caballero hidalgo muy sorprendido se quedó al comprobar...

-Sancho, efectiva mente son como diablos, que tienen encantamientos, nadas más advertir mi presencia con la punta de mi lanza se han convertido en un amasijo de trapos.

-Esto, mi señor de tiene tela marinera y arina de tres costales, pero de seguro que des tos dos, no de meterán las manos, donde no les llamen.

-¡¡SANCHO!! ¡¡QUE NO SEA CIERTO LO QUE VEN MIS OJOS!!.

-¡¡Que ve mi señor con los ojos, que yo no vea!!.

-¡OBSERVAD BIEN SANCHO! ¡ALLÍ MAS ARRIBA! ¡¿LO VEIS?!.

-¡¡Si!!, ¡¡veo al rey Gastar, Malechor y Basaltar!! ¡¡mi señor, que se han unido al bandidaje de los incontables de diablillos!!.

-¡¡DETENED ALTEZAS VUESTRAS INTENCIONES!!, ¡¡PUES DE LOS HURTOS, PARA TODOS HOMBRES RESPONDEN LAS LEYES!!.

-¡De sinvergüenzas!.

-¡¡DEPONED VUESTRA ACTITUD!! ¡¡SI DAVID CON SU HONDA VENCIÓ A GOLIAT, HACIENDOSE REY, SEA CON ESA MISMA HONDA QUE YO, HIDALGO CABALLERO OS DESTRONE DE LOS MISMOS RANGOS POR TENER LOS DEDOS TAN LARGOS!!.

Pero, tanto ruido y guirigay no pasaba desapercibido a la autoridad municipal que sigilosos una pareja de ellos, se acercaron al lugar, pidiendo las consabidas explicaciones y, para evitar aglomeraciones, le fueron requeridos, se apearan a un parque cercano donde con mas tranquilidad, se aclararía lo sucedido. Como era la tarde próxima a la noche, en el mismo lugar tumbado en un banco tapado con dos cartones se encontraba un inquilino fijo del lugar, por mas amigo solo del chocolate para liar y, gran sabedor de la vida que, con estos dos caminantes hacían trio, mientras los municipales custodiaban desde cerca a Rocinante y a su compañero pollino.

-¿Queeeeee paaaaasa tios? ¿que hacen en misss dominios el gordo de bonanza y el pecho lata???? Holliwod está en otra calle tíos.

-Perdonen vuestras mercedes, no es nuestra intención molestarle, en sus inicio de los sueños, hemos sido requeridos aquí por los alguaciles y no entendemos nada de lo que pasa, solo que un montón de ladrones con pillaje, asaltan con intenciones de desguace, que subiendo por los balcones ahora mismo traman limpieza sin seguridades y en bandada de millares, como diablos y hasta acompañados por unos pocos reyes desleales.

-Perooooo, tioooooos, essss que esa es la movida que nos senteraiiiiiis, paaaaaaasa colegas, biembenidosss al mundo real essssspeculativo troncos.

-Mi señor, con los perdones de la intromisión, me parece que este de señor, sigue en los primeros sueños del arranque, que parece que patina sin ánimos de las ofensas.

-Sancho, este señor tiene la piel tan aflor de las calles, que su sensibilidad solo se presta ha decir verdades.

-Coleguitas, hablen clarito que en casa de dioos hay confianza de la buena.

-Bien, pues hablemos claro y responda a lo que le he planteado, en cuanto a esos ladronzuelos y reyes echados a la mala vida de saltabardales.

-¡Vale, vale colega! ¡oído cocido!. Miren, los reyes magos antes venían en camello con los regalos, pero se dieron cuenta que ahí no estaba el negocio y dejaron la escala de los regalitos pa buscar un personal mas selectivo y con fondos, solo unos poquitos en extinsión aguantan el chaparron, imponiéndose la cultura anglossssajona y costumbres suyas de la seguridad sosial. Estamos en la cultura de la hamburguesssa colegas, de la pleysssteison, del hombre araña y carmona durmiendo cada cual su mona. Es verdad colegas, hoy yo me tiro un peo con grasia y mañana lo hase toa España, ya lo desia el Benito Perez Galdos.

-Mi señor, este hombre es de cátedra muy bien leído y hasta de científico-político.

-Sancho, se dice que los niños y los borrachos dicen verdades, pero de los que les ha emborrachado la vida en ausencias de los cariños de la infancia, las verdades y las mentiras son un patinaje de baile como un filo de navaja para la susistencia.

Bien, después de un protocolo de haber sido informados los superiores de estos guardias municipales, deciden a Quijote y Sancho acompañar los a la salida de Jaén y, que prosigan su marcha, es tarde de aglomeaciones, compras, tráfico para prestar un mejor servicio a este mundo de consumo. Y se despiden del dueño y su pequeño santo-reino.

-¡Adioooos colegaaaaas, que las estrellas guien vuestros caminos!.

-Buen señor, tenga mi manta para protegerse de estos frios.

-Sancho, vuestro gesto es de lo mas digno establecido en caballerias, gesto que se pierde, pues el que se digne de ser caballero en texinas, flaco favor se hace, si se deja guiar por las modas.

lunes, 22 de diciembre de 2008

HACIA BELEN VA UN BURRO cap 19




Aún en tierras de sevilla, Quijote y Sancho deciden marcharse a tierras de aquellos primeros mercaderes, que se asentaron en la península (Almeria, Murcia, ect.) en la época del bronce y, que determinaron coger la ruta del sol naciente por caminos, carreteras comarcales pasando por tales pueblos de Sevilla como Marinaleda.

-Demasiao de frió hace por estas tierras andaluzas, mi señor.

-Sancho, estamos en la estación de los abrigos, de los braseros, del letargo de nuestros pensamientos, que aunque estos sean cortos y escasos, deban de ser bien intencionados.

-Si, mi señor, pero de los nuestros que sean de los mas cortos, por muy de largas que sean de intenciones, por que escasas son nuestras ropas.

- Tenéis razón Sancho, los carámbanos que cuelgan de mi bigote y barbilla, así me lo confirman, máxime que chocando se entre ellos, suenen como los campanilleros. Bien será de negociar unos abrigos, para sentir la protección como armadillos.

-¡Una aldea mi señor!, Mariamadalena, parece su nombre, tiene nombre de la virgen de María, buena gente de presumo y generosa.

Y, llegaron a Marinaleda entre dos luces, el vapor que salia de las narices de Rocinante y su fiel Asno compañero, daban ilusión de calor en el ambiente. De los pocos que transitaban sus calles, a uno de ellos se dirigió el caballero hidalgo.

-¡A la paz de dios,buen señor! ¿tendría su gesta amabilidad de dirigirnos hacia el gobernador de esta villa?. Esperamos de su amabilidad tenga un noble gesto con este caballero y mi fiel escudero, de ahí que su alma generosa, después de habernos prestado unos humildes favores, se hará famoso en el castellano universal.

-Ustedes preguntan por el Alcalde, vengan conmigo que les llevo a su casa, que buen quijote y alma samaritano tiene.

-¿Habéis dicho Quijote, gentil caballero?.

-Bueno, es un decir, este nuestro Alcalde por su gente se pone al mundo por bandera.

-Habéis aumentado mis ganas por conocer, a quien se le da mi nombre de Quijote, pues si las enfermedades de este mundo son muchas y variadas, tambien lo sean variados hidalgos caballeros quienes las combatan.

Anunciados y recibidos en casa del Alcalde, Don Quijote y Sancho, entrados en conversaciones.

-Estoy encantado de recibir y tener a dos grandes actores, representando el Quijote, que lo haceis fenomenal. Y, ¿hacia donde se dirigen ustedes?.

-En primer lugar Sr, gobernador, le agradecemos que reconozca nuestras acciones y, que no solo representamos al Quijote, lo vivimos intensa mente como pálpitos tiene mi corazón, que seria de muy bien grado agradecerle, nos prestase unos abrigos para continuar nuestro viaje.

-Eso, eso, de señor gobernador, haga el bien sin mirar a quien.

-Bueno, les invito ha tomar una sopa caliente y, les regalo un par de mantas, pero, pasen, después por el veterinario, creo que ese caballo vuestro necesita un reconocimiento, yo le aviso de vuestra llegada por teléfono.

Muy agradecidos a este Alcalde Juan de Marinaleda, se dirigen al veterinario de la aldea que ya los esperaba y, que mientras este hacia el reconocimiento en una sala contigua de una cuadra bien preparada, calentita, Quijote y Sancho, envueltos cada uno en su manta sentados en dicha paja junto a su inseparable asno, tal fue la sorpresa que se llevó un niño de 6 años, hijo del veterinario, mas ,movido que un chinche sin probar vocado una semana, y dice...

-¡Papa! ¡papa! tenemos aquí el portal de Belén, San José y la Virgen María, están en nuestra cuadra...

El padre que lo oye, no aguanta la risa, Don Quijote se mantiene en total calma, Sancho, se desprende rápidamente de su manta, pues con su redondez, no era difícil presuponer a aquel niño, quien hacia el papel de Virgen María. Una vez reconocido Rocinante, da las explicaciones y consejos.

-¡Miren!, señores, usted señor Quijote, su caballo ha sufrido el crepúsculo de los amores, está bajo en hierro y glóbulos rojos, queden se aquí en mi retablo esta noche que, yo le daré a Rocinante una cubeta de habas secas y mañana estará repuesto.
Agradecidos esta pareja, el veterinario les desea pasen buenas noches.

-Mi señor, os habéis quedado mudo cuando ese niño insinuó de una cosa no cierta.

-Sancho, tengo que deciros que antes de llegar a esta aldea, un lucero de los cielos nos ayudo ha sortear los caminos dándonos este destino.

-¡¿Que queréis de decir?!

-Este señor gobernador, es un ejemplo del amor que siente por sus semejantes, por eso le llaman Quijote y yo que me sienta orgulloso que adopte mi sobrenombre.

- Pero lo de la Virgen María, maldita la gracia de ser yo madre.

-Sancho, la gracia es bendita, si por obra y gracia del espíritu santo, esa madre tubo un hijo manteniéndose virgen, con el aviso de un ángel. Por esa misma gracia y, con el aviso de ese angelito niño ¿por que tu mismo no ibas a concebir por ese mismo espíritu santo, manteniéndote virgen?.

Sancho, se quedo pensativo, no durmió nada en toda la noche, probablemente no sea a partir de ahora el mismo, un lastre mas, un dolor de cabeza mas añadido, toda una quijotada mas que resolver. A la mañana siguiente, partieron hacia oriente, despedidos con gran júbilo y muy agradecidos.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

TIERRA DE EXTREMOS CONQUISTADORES cap 18






Entre tascas, pinchitos, varios finos y, finalmente canturreos en coro, aquella que dice; "¡¡todos quereemos mas, mucho mas, pero mucho mucho mas...!!". Pasada la noche en Triana y, el resto bajo una carpa en el restaurante "la Raza" que tiempo dio de pensar a Don Quijote, tomar la ruta de la plata.

-Sancho, he pensado que estando tan cerca de tierras extremeñas, donde se asían los grandes conquistadores como Francisco de Pizarro, Hernán Cortés, Pedro Valdivia y actuales, quiero contemplar sus cielos, campos y riachuelos...

-Perdone me, que de le interrumpa mi señor, de tierras ya conquistadas y, de sus conquista dores que ni las migajas queden pa este par de aventureros, mas si me cabe de decir de, cobrarme la ínsula prometida.

-Vuestra impaciencia os traiciona, Sancho, si de la nuestra tierra llana y abierta a los cielos, fui armado caballero y que vos sois mi fiel escudero. Yo quiera saber con tu buena compañía, en estas tierras vecinas, que inspiración les llevó a tal cabo, de emprender tales conquistas, sirva se tambien, para que sumes tus buenas filosofías.

-Si, mi señor, que del saber, no ocupa lugares sin ser visto y, que no pague alquileres de ser tan listo.

Adentrando se en la geografía extremeña, sin tener en cuenta el tiempo tardado, Don Quijote montado en su Rocinante, se desprendió de su mal avenida armadura, casco de barbero y lanza de cortavientos, todo al suelo, espoleó a rocín y, con los brazos abiertos, al igual que en "Bailando Con Lobos".
Se adentró entre la arboleda y soto bosque, como queriendo aspirar el aire que acariciaba aquellos montes y llanos de alcornoques, encinares, arroyuelos, en resumidas cuentas barnizar se el alma por dentro y fuera para entender, que les lleva a personas de hacer conquistas por las Americas, que les haga despreciar al hermano Inca, Cherokee y, entre otros tantos como Pies Negros, e incluso hacer la guerra civil entre hermanos. Mientras tanto Sancho se queda en el lugar donde soltó Quijote los aperos.

-¡¡BRISA DE LOS VIENTOS!! ¡¡INPREGNAME DE LOS AROMAS DE ESTAS TIERRAS!! ¡¡QUIERO SER TESTIGO DE TU ENCANTAMIENTO MALEFICIO, PARA DARTE EL ANTIDOTO QUE SALVE A TODOS LOS HERMANOS BIEN NACIDOS!! ¡¡PUES SOY YO, EL CABALLERO ANDANTE QUE ENDERECE TUS CAMINOS!!.

-¡Hay! mi señoor!! ¡¡PARESEEEE QUE ATROPELLE A ALGUIEN!!.
Bien cierto es que en esa misma trayectoria de quinientos metros, había una piara de cerdos de pata negra y, a su cuidado dos campesinos asalariados que derribaban bellotas de las encinas para alimento de estos apreciados cerdos, que salieron espantados estos en todas direcciones, como si el mismísimo San Valentin en ese instante hiciera acto de presencia. Comentaban, reaccionaban estos campesinos.

-¡¿Has visto Gonzalo eso?!

-En la carretera he visto unas cuantas veces hacer el cabra, ¡pero en el campo es la primera vez Anacleto!.


-Y, valla susto que nos ha dao el pirao del caballo.

-¡Mira, que viene de vuelta!.

-¡Este!, ¿no será un rejoneador portugués arruinao?.

-¡Allí hay otro con una borriquilla!.

-Si, se ha parao con el de la borriquilla, vamos ha acercarnos, haber que pasa.

Mientras Sancho intenta explicarle a su señor, el desaguisao que podia haber provocao, que al mismo tiempo los cuidadores se acercaban ha curiosear primero con la debida distancia y, mas de cerca las explicaciones.

-Mi señor, cuando le de visto de correr con los brazos abiertos, pensaba que quería despegar como del ave fenix a la ida y, como no lo conseguía, insistió a la de vuelta, pero los cerdos que les de salían a su paso, estaban mas cerca de conseguirlo con sus orejas.

-Sancho, estos campos, cielos, riachuelos no envilecen las almas, el genoma que rompe los equilibrios del ser humano obedece a los oídos sordos. Mientras cabalgaba mi Rocinante he podido sentir la brisa con un cántico de mensajes de esta nuestra madre naturaleza, que pide cuidemos de ella, como esos pastores cuidan a sus cerdos, dándoles de los mejores alimentos, con el ejercicio sano de los campos, de esta manera este cerdo campechano es bien acogido dentro y fuera de nuestras fronteras, conquistando paladares en los cuatro puntos cardinales.

-Mi señor, ¿los que sean sordos de oídos de tienen de tendencias ha hacer el mal?.

-La sordera voluntaria es causa de males Sancho, si del sabio Ulises, sus soldados hacian oidos sordos a sus consejos, estos se convertían en cerdos, porque para otra cosa no servían y aun los mas pésimos con triquina añadida.

Los cuidadores de cerdos a medida que se acercaban y oían esto, dieron media vuelta ha reagrupar los cerdos, ponerlo en conocimiento al dueño de la finca y posible mente notificarlo al veterinario.

-Espero Sancho, que hoy aprendas lección.

-Si, la de correr como cabra montesa, que ya me la se.

-Mientras cabalgaba de brazos abiertos, de abrir todas mis puertas a la razón, he sentido los aromas del tomillo, del espliego y romero, en estos encinares con su aire fresco, en mi pituitaria nasal, que confirmado con cada uno de los poros de mi piel, es imposible que con este lenguaje de la naturaleza afable y generosa, intoxiquen a semejantes del genero humano, de realizar conquistas, derramamientos de sangre y llenarse los bolsillos con la riqueza ajena.
Pero como la tecnología del móvil es avanzada, quedo se informado el dueño de las tierras, que a su vez la guardia civil de campo tardó 15 minutos en presentarse allí, que viéndolos las pintas, preguntad les de donde son, los invitaron ha que dejaran aquel lugar y se marchasen. Con la misma pinta que los que duermen en el metro, dicen tonterías a las 12 del medio día en cualquier parque, así fueron vistos por esta pareja de la guardia civil, ahorrando se de contarles que debido a su siniestro, provocaban es tres a esta piara de cerdos, incidiendo en la variacion de su rico sabor.

-Mi señor, esos amables señores, se ve de que han comprado el traje en la misma tienda...

-...Sancho, esta sin duda es la ruta de la plata, que con la ruta del oro de Sevilla, hemos echo la intersección de los caminos, que broche lo pondrá el bronce.

-¡Ah! se me de olvidaba del tintero, mi señor, el de Ulises ese, el caballo de Troya ¿lo hicieron bajo la forma de hombres O de cerdos?, lo digo por el cuento de los tres cerditos.

-Sancho, somos los castillos hechos de arena, que hicieron nuestros padres en la orilla de una playa, con manos de inocentes niños, para luego volver ha ser arena.

jueves, 11 de diciembre de 2008

DE CORRIDAS POR LA ANDALUCIA cap 17





Amparándose en la gravedad de las manzanas, como de la misma forma descienden los ríos, estos caballeros andantes se disponen, a seguir el cauce del río guadalquivir, entre la preparada marcha, este caballero, da explicaciones a su fiel escudero.


-Este río guadalimar sin duda, Sancho, nos llevará hasta su padre Guadalquivir, camino de la medina Córdoba y la trianera Sevilla.
-Mi señor, no sabia que los ríos de tendrían de familia numerosa.
-Sancho, todos estos influyentes ríos se reunen con su padre, en este caso el Guadalquivir, allí reciben el cariño, todo depositado y devuelto a su padre, que este, en el colchón de los mares, muy enamorado de su madre, con los sofocones, caricias de las olas y haciendo el amor con el calor del sol, deja preñada a su madre, como el globo de Julio Verne. Mas tarde, donde da, la primera luz del sol, en la cima de las montañas, esta madre cariñosa parirá toda la placenta en aguas, estas criaturas hechas sin carne y hueso, solo oxigeno e hidrógeno, en descenso correrán al corre que te pillo, haciéndose mayores y nuevamente devolverle los cariños a su padre. Por eso os digo, que siguiendo a este hijo, sin duda nos llevará a nuestro destino.


-Cuanto sabéis mi señor.


Siguiendo el cauce derecho de este Guadalimar río, a unos mas que pocos kilómetros, se toparon con una rica huerta (Huerta Casa-blanca). Hortalizas regadas por unas aguas, procedente de una fuente natural en dicha finca, que en otros tiempos, perteneció a un noble romano y mas tarde los omeyas modificaron. Este dueto fueron recibidos con el máximo respeto por la familia que allí moraban.


-¡A las muy buenas tengan ustedes!.
-¡Hooola, caballeros!, ¿Que se les ofrece por estas tierras?
-Mire usted, sin animo de molestarles, nos dirigimos a las tierras de las sevillas y, siguiendo el cauce de este río, creo que vamos por buen camino.
-Si señor, este río les lleva al Guadalquivir y, siguiéndolo hasta Sevilla.


Dieron se cuenta, esta humilde familia de la situación de estos caminantes, que muy a pesar de los aperos de las ropas, despertaban mas nobleza que un traje con corbata. Que recibieron un pan de hogaza, tres tripas de chorizo, una de morcilla y otra de butifarra. Cuando agradecidos se prestaron a iniciar su marcha, uno de aquellos hijos del agricultor, se quedó pensativo viéndolos perderse en el horizonte, preguntándose, aquello a que obedece.


-Mira Sancho, ahí arriba en esa meseta, están diseminadas las ruinas de lo que hoy llaman Castillo de Santa Eufemia, que en otros tiempos mas remotos, el famoso Anibal, aquí contrajo matrimonio con la princesa Himilce.
-¡¿El de los elefantes mi señor?!.
-Si, el mismo que vestía y calzaba, que de estos elefantes aprendidos a esquiar, al cruzar los Alpes, de ahí les venga de trabajar en circos y variedades.


Próximos a la Sevilla, por circunvalaciones, rotondas, avenidas y kansas city.


-Mi señor por aquí se ven muchos chinos mandarinos con aparatos en las manos, que dan de mirar dentro, solo con un ojo, hasta que se cansan y, habrán venido por la ruta de la seda, con una muy buena despensa de mojama seca, pa atletismo de sus muelas sanas.
-Mi fiel escudero, no te niego que la ruta sea la de seda,,, pero Rocinante de pronto, lo observo muy talante, revoltoso y pendenciero, será mejor que me baje, ahora, que estamos en este hermoso parque.
-¡Mi señooor!, a su buen caballo le ha crecido la quinta pierna, que sin dudarlo a, que de buen seguro la culpa, la tiene aquella yegua que agarrada, esta, de su carreta, que le hace señas de cartas, enseñandole el remite con el rabo.


Entre el parque Maria luisa y la plaza España, ciertamente es parada de carretas, con sus correspondientes conductores y ahí que de una de ellas, tirada por una yegua, lo mas torda, por el arte de los instintos equinos, como y forma rápida que se despeinan las marañas de un peine, esta yegua se desprendió de el enganche y demás atalajes, corriendo hacia el encuentro de Rocinante en medio de la plaza España. Que turistas, japoneses y transeúntes allí mismo fijaron su mirada.


-¡Mirele, mirele mi señor!, como monta y remonta con empujes de las ofrecidas posaderas a lo mónaco que le de ofrece la yegua fresca.
-Si, Sancho, he de tranquilizar a su dueño, que con cara de pocos amigos se nos acerca.
-Buen señor de la taximetria equina, este acto del amor hermoso, en medio de la plaza España, epicentro de todas las provincias representa das, origen de un imperio, donde no se ponía el sol ni en madrugada, debeis sentiros orgulloso, pues este mi Rocinante, de pelo gris mas blanqueante, que de mi guia y certificados responden, como atestiguan, que mi Rocín, es del mismo linaje que el caballo alado Pegaso. Pues buen futuro os aguarda, de tener un futuro potrillo O, gemelos para la vuestra carroza taxi que, con su madre yegua sean trianeras.
-De seguro, muy buen taxímetro, por la remetidas, que serán gemelos e diperactivos.
-¡No interrumpáis Sancho!.


Este pobre conductor de carroza, se quedó sin palabras, pensaba en el chiste y la mofa, que sus compañeros de oficio en forma de traca le vendría en tromba. Minutos mas tarde, acabada la media faena de arremetidas, decide la yegua adentrarse en medio del parque Maria luisa, que con la arboleda tropical y sofocos, prestadas sus posaderas a lo monaco normablock, Rocinante se prestaba gustoso y una vez mas...Por casualidades de la vida, otra carrocita de cuatro ruedas y media, subida en ella una duquesa, tirando un gentil caballero, con gafas de sol redondas como las de John Lennon, se toparon con tal espectáculo. La duquesa miraba con cabeza inclinada hacia un lado con 45 grados de ángulo, e hizo un giro manteniendo el ángulo mirando a su caballero, con una mirada que lo dice todo, esa mirada informativa, acumulada por mas de 400 años y, que tuviese ella un centenar de caballos, pero como aquel número, nunca visto y envidiado, por causa de la dureza de la mojada mojama. Acabados los amoríos del romancero Rocinante, regresó al encuentro de estos aventureros.


-Mi señor, acordándome de los elefantes, de circo y de sus de variedades, he pasao mi sombrero entre los chinos mandarinos, que me lan llenao destos euros y he de pensao que nos podemos de ir al barrio Triana, pa tapeo de unas mojamas.
-Sancho, hoy sin duda es el santo de las mojamas...

sábado, 6 de diciembre de 2008

DE AVENTUREROS AL OFICIO DE ACEITUNEROS cap 16






Por el arte de ninguna magia, estos dos aventureros, habiendo cumplido los suplicios que paren las leyes, fueron embarcados en el primer tren de mercancías que salia de los madriles, concretamente en el camarote de cuadras que le sirve a Rocinante y su compañero asno, adheridos a sus pesebres como dos percebes Quijote y Sancho, camino de las Andalucias, pasando primero por despeñaperros.


-¡Sancho! vengo observado a este carruaje como se cimbrea, las ventanillas rejadas, paso de campos, arboledas, van muy de paso como tan veloz de el tiran unos veloces caballos.
-Y, ¿ donde vamos tan de veloces, por desconocidos andurriales?.

-De eso, de sobra sabéis que no es motivo de preocupación, todos los caminos se nos prestan para arreglo de todas las injusticias, del buen hacer de los caballeros.

-Mire mi señor, parece que este carruaje ahora camina mas de despacio, el camino parece curvo, se divisan alta montaña y, pinares, hasta se oye una dulzaina a reventar.

-Es extraño, mi fiel escudero, estos parajes, son parecidos a los, leídos en batallas de moros y cristianos, donde a los perros fueron despeñados.


Pero una grata y sorprendente e inesperada cirugía hecha a la cartografía de este puerto que comunica a andaluces y castellanos, llevará al máximo éxtasis a estos dos valientes aventureros. Los túneles son necesarios.


-Pronto, llegaremos a una posada Sancho, no hay caballos ni yeguas que aguanten tanto trote sin descanso, aprovecharemos para tomar un buen caldo.

-Que razón tenéis mi señor, como algunas veces me de sabéis tranquilizar.


¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHH,,,,DIOOOOOS, APIADATEEE, SE NOS TRAGAAA LA TIERRRA SANCHOOOOOO!!!!!!!... -¡¡¡¡QUE MAL HEMOS ECHOOOO MII SEEEÑOOOOOR!!!...


La respiración de estos aventureros y corazón, si serian motores de explosión, no habría presupuesto para bielas, pistón, culata y camisón. Menos mal que en otras aventuras, habían hecho precalentamiento.


-¡Agua Sancho!.

-¡Agua mi Señor!.


Veinte minutos mirándose fijamente, el uno al otro, buscando una respuesta ambos que les satisfaga.


-¡¿Que pasa con el agua, nos la robaron las entrañas de la tierra?!.

-No lo sé mi señor, quizás algún diablillo bueno de tenia un poco de sed y cogió de prestado el carruaje para coger alguna cantimplora, por que algunas veces de dicen que los rayos del sol tienen de uva, y no salen a superficie, prefieren sacar una mano y meter pa dentro pa ser vise.


-No puedo negar la impronta, el miedo que me es libre, pero por lo sorpresivo, sin el aviso, sin una señal que me prevea una posible puerta a la razón de una salida........pero,

¡Sancho seguimos vivos y eso es lo que vale!.


Media hora mas tarde, este tren de mercancías, paraba en la Estación de Linares Baeza, el jefe de estación, más aburrido y dando vueltas. Porque el ave construido pasa de largo, de Puerto Llano a Córdoba y, esta estación habia caido en desgracia. Cuando se descargaba tan rica y prometedora mercancía, muy a la vista.


-¿De donde vienen ustedes, caballeros?,¡anda!, ¡si vienen con caballo y burro de carga!.

-Perdone usted y mil molestias, pues de seguro que no es casualidad la de poner pie en estas tierras, la necesidad de solventar las desavenencias e injusticias repartidas.

-A bote pronto me habían parecido ustedes rumanos y por la indumentaria, ganado, casi gitanos en busca de un tajo, para la campaña de la aceituna que ahora empieza.

-¡Habéis dicho campaña!, veis Sancho, como los caminos no se hacen por casualidad, son como el cauce sabio de los ríos dibujados en los valles.

-Lleváis una vara muy rara, para derribar las aceitunas en esta nueva campaña y ese traje de chapa, será para vibrar las ramas, jajaaajaa...

-¿De que os reís señor del banderín?, sepáis, que en este largo andar, he combatido con los gigantes y sus molinos, libertado encarcelados.....y.

-Mi señor, mejor será de preguntadle por donde se va a esa campaña, de poned de tierra por medio, antes que salgamos por los cerros de Úbeda.

-Miren ustedes, hablando de Úbeda, allí tienen buena campaña, crucen el río Guadalimar por el puente y a la izquierda cojan el camino que les llevará.


Haciéndoles caso, siguieron el itinerario marcado por este ferroviario jefe, que ya había visto de todo. Quijote y Sancho siguiendo el camino, observarón que todo el trayecto estaba cubierto por olivos.


-Mi señor des tos olivos están sujetas las aceitunas, negrillas como ellas mesmas.

-Sssssssssssiuff,,,callad, callad, no valla ha ser que las despertéis y nosotros al igual que el cigarrón y gorrioncillo caído de su nido, un batallón de mil hormigas hacen un festín, nosotros les sirvamos para un buen cocido.


Dos horas mas tarde, a la izquierda del camino divisarón un pueblo bello como el mismo, en una ladera, sobre el pueblo sobresalia un castillo. Canena, es su nombre y estos caminantes, se apearon para apreciarlo y tomar un tentempié.


-!Mirad Sancho! que hermosura de castillo, se cuenta que una hermosa dama en su torre principal, con su trenzado de pelo negro largo, a la luz de la luna, testigo de los amores ciegos, dejaba dicha dama, llamada Aurelia, caer su largo trenzado, para que su buen amante a través del, se subiría a descubrir lo que le prometerían los cielos.
-Que de preciosidad cuenta mi señor, ¡mire mi señor allí dan comida, en ese "Mesón Pepa".


Después de unos sabrosos, torreznillos, costillas adobadas, choricillo y un buen vino tinto. Como su dueña, de buen corazón y ved los en tales estado, les invitó a dicho almuerzo y, se presentaron a seguir su camino, dándoles las gracias y, a todos los demás vecinos. Al día siguiente después de haber pasado la noche en el albergue ubedense, compartido por marroquíes y senegaleses, Quijote esa noche no pego ojo.


-Mi señor, tengo entendido que debemos reunirnos en dicha plaza, para que nos digan, nos orienten, para empezar esta campaña de la aceituna.
-Sancho, no he dormido nada, he compartido tus ronquidos con los de los negritos, marroquines y no encuentro las diferencias en el sonido, son tan humanos que se prestan juntos en esta batalla de campañas de las aceitunas.



Uno de aquellos encargados de una finca, recogió a una cuadrilla de estos emigrantes y tambien a estos dos fieles compañeros, supuso que al delgado viéndolo con su vara (lanza) y caballo arrugado mas burro de carga, bien le servirían en conjunto para transporte de aceitunas en bancales de montaña, presumiendoles bastante dominio en ese arte. Dispuestas las cuadrillas, cada mochuelo en su olivo, la aceitunas cogidas con una sola mano pican, los vareadores colocados por pareja en cada olivo. Al cabo de dos horas, esta pareja de aventureros aún estaban por el primer olivo, cuando los demás hacían su numero 20.



-Mi señor, esta batalla la venceremos, estoy dándole de palos a estas aceitunas al vacío y al siniestro, que por intenciones no se me quedan.
-Sancho, te aseguro que esta batalla, me es de las mas raras, embisto a cada aceituna, una por una con la punta de mi lanza, como duelo se hacen de ser, dignos caballeros y de alguna de ellas hasta veinte pinchazos, hasta que cae rendida en estos agradecidos mantos, por su resistencia tienen que tener sangre de oro, ricos alimentos tienen estos reinos de las aceitunas, que se defienden con gallardía mas el brillo de su piel uniformada que, como los calamares derramando tinta para no ser apresadas.
-Mi señor, se os va la fuerza por la boca, que yo le doy duro, que al garrotín, que al garrotán.



-¡¡PEEEEROOO!! ¡¿QUEE HAACEEEIS?!
-Usted sin duda es el mariscal de campo, en esta guerra, por los gritos lo describo.
-¡Y, una miércoles a la sombra!, ¡Es que no se han dao cuenta que me han dejao solo los troncos del olivo, rotas todas las ramas!!.
-Señor mariscal de los campos, es que de con todas las intenciones, le hemos dao de duro por que se resistieron con todas la fuerzas agarradas.
-¡Anden, cojan su reata y marchense por donde vinieron, los hay cada unos, trabajaran el alambre solo cuando tienen hambre!!.



-Vallamonos de aquí pronto, Sancho, el mundo lleno está de desagradecidos, busquemos el valle del guadalquivir, que historias aun nos quedan por vivir.
-Eso,eso mi señor, y que forma de vivir...

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