martes, 23 de junio de 2009

LA SIRENITA cap 38








Siguiendo la rivera de playa de, este, nuestro querido mediterraneo, los cascos flacos de un caballo y, su compañero jumento, salpicando a cada paso, como los niños hacen con las papillas en su babero. Entrando en playas de Tarragona, refrigerando los equinos sus patas y bien sazonadas, fieles a sus monturas dos caballeros van cogiendo tonos morenos que a un lado izquierdo tienen las caprichosas olas de mar y al derecho un gentío con sus sombrillas, sillas y, demás alfombrillas.

-Cuanta de gente, hay aquí mi señor, que, sus alrededores y capitales las hayan quedado vacías.

-Sancho, no todos presumo tengan crédito, muchos se han de conformar con el orballo de la ducha, la piscina del ayuntamiento y, si me apuras, el río de toda la vida, compartido con las resistentes carpas a los residuos de mercúrios, aceites y demás familiares químicos.

Una avioneta, con su correspondiente banda de propaganda, interrumpe la presumible tranquilidad de esta pareja de viandantes que, chapurrean por aguas refrescantes.

-Mi señor, ese aparato de vuela como los antiguos dragones meneando su larga cola.

-Sancho, verás, sucede que estas gentes, acostumbradas a ver en casa sus videntes aparatos cuadrados, donde las tele bricomanias ejercidas por los adivinadores echadores de cartas y suertes, ahora, estas nobles gentes en su tiempo ocioso, no echen de menos, los parecidos consejos. Para que la vaselina de engrase, a la vuelta del engranaje, este sistema responda,con esos aparatos voladores como dragones, así, recuerdan su memoria.

Un niño enteradillo salta y, dice.

-¡Papa, papa, mira...Son los del anuncio que han cambiado las bicicletas por un caballo y un burro!

-¿Veis, Sancho lo que os decía? hasta los niños han cogido la enfermedad de la tele bricomania.

-Si, mi señor, pero con bicicletas o burros, nosotros estamos haciendo aventuras con el giro y tour por destos mundos las veinticuatro horas del día.

Siguiendo la misma dirección, se encontraron con una playa tranquila, Waikiki por nombre, pocas gentes se veían y todas ellas desnudas, que la primera que avistaron, era una bella dama sobre una roca erosionada en la misma orilla, mirando el horizonte que confunde el color del mar con el cielo.

-¡Mi señor! ¿Veis lo que yo veo?

-¡Por Neptuno que si lo veo Sancho! ¡Una hermosa sirena regalada por la brisa del mar, se presta a contemplar la despedida del sol de este día, con su alegre canto y melodía!

Y, D. Quijote con su escudero se acercan hasta tan semejante imagen idolatrada, haciendo todos los honores ocurrentes que están escritos, más los improvisados por caballero andante frágil y servidor de las buenas causas. Sancho alegraba una vez más las bolillas de los ojos, dejando hacer a su fiel caballero todos los honores que manda el protocolo, tomando el mismo interés en la observacion de los movimientos angulares y gráciles de la presumible sirena que, bajando se estos de sus equinos. Sancho se queda a unos metros custodiando a Rocinante y a su jumento, acercándose D. Quijote y con rodilla clavada en la misma orilla y arena.

-Buenas y encontrados sean los horizontes que anhelan vuestros ojos de sirena, permitid que me presente: Por humilde caballero me tengo y mi nombre Don Quijote de la mancha, acompañado de mi fiel escudero Sancho Panza. No es, nuestra intención molestaros, simplemente satisfacer la curiosidad que, escrita está en los libros y hoy la providencia nos brinda a contemplaros.

-Que cosas más bonitas dice usted caballero, gracias por lo de sirena ¿Nunca vio una mujer desnuda? Por que creo, que usted, ni es Don Quijote por mucha chapa que lleve oxidada, ni yo una sirena. Me parece un viejo verde, con ganas de ligar. Aquí, en esta playa somos transparentes y, no escondemos nada de detrás de la ropa, menos aún de la mente.

-Creo, que me juzgáis mal, hija de Poseidon, princesa de los siete mares, por más desnuda y clara yo tengo el alma. Que os pido y suplico que en este casual encuentro, no nos retengáis 20 años con encantamientos, como al sabio Ulises, desesperando a su Penélope y, yo a mi Dulcinea del Toboso, pues son muchos los caminos torcidos que, enderezar tengo para que me hagáis perder ese tiempo.

No cabe duda, que el ego de esta bella mujer, esa misma tarde le había crecido. Naturalmente, la que confundieron con sirena no estaba sola y, su compañero viendo que esta tenia compañía, se acercó haber que pasaba. Sancho, advirtió tal presencia y aún más grande sorpresa. La bella sirenita viendo acercarse a su novio...

-¡Haberse visto cara dura! ¡encima vacilandome y quedando se conmigo!

-¡Mi señor, de se acerca el sireno con las manos vacías, pero, con el tridente entre las piernas y, por la arena arrastrando!

-¿Que pasa cariño?

-No, nada mi amor, estos señores..., sobre todo este muy gracioso...Les he dicho que esta es una playa para nudistas, que si no toman ejemplo, se marchen y guarden respeto.

-Bueno, señores, oído cocina, o toman ejemplo o mejor sigan su camino.

-¿Quien se atreve a dar ejemplos cívicos a este caballero?

-Mi señor, sigamos nuestro camino y que la providencia salga a encuentro nuestro. Este tritón desescamado nos lo dice muy educado.

-Sí, que no se piense este al que le cuelga el minutero que, siempre las horas le darán toda la razón.

Y, sin mediar más palabra por parte de los nudistas, los famosos caballeros, montan sus jacopacos y siguen su camino. La sirenita protagonista no puede evitar mirar por el rabillo del ojo, alejarse al caballero de la triste figura.

-Mi señor, esta playa de tenia un nombre, así, como guay quiqui y, aunque los sirenos no tengan escamas, la pescadilla siempre muerde la cola.

-Sancho, prevalecer de buenas intenciones es de caballeros, como de intenciones es hacer buena siembra, ya sea en tierra fértil o pedregales.



viernes, 12 de junio de 2009

HACE Y DECAE cap 37







Tras comprobar, que este par de personajes no constaban en tales ficheros y todos los presumibles locos habian fichado por la mañana en dicha localidad y demás España, quedando claro que nadie faltaba. Este jefe de policía decidió que allí encerrados pasaran la noche, que mientras buscarían el lugar exacto de donde según el, este par de locos o personajes extraños, se habian escapado.

-Mi señor, otra vez enrejados.

-Sancho, prendidos, esposados, enjaulados, enclaustrados, que más da. Este es uno de los resultados que, de consecuencias tiene liberar al mundo de su ceguera.

-Lo dice por lo de arreglar entuertos, mi señor que, más le hubiese valido ser estudioso en la universidad, la rama de oftalmologias y, de paso cantar los clavelitos pa enamoramiento de su Dulcinea.

-Sancho, no deja de sorprenderme vuestra frescura de palabras, tan entonadas como relacionadas, de un tiempo acá, en esta universidad que compartimos sin techo desde el alba de aller al de mañana. Cumpliendo un circulo redondo en todos estos amaneceres, para que la luz del sol satisfaga la demanda de todos los rincones, por la penumbra de su ignorancia.

Este policía de grado superior, responsable de la suerte de Don Quijote y Sancho Panza, se le ocurrió una idea redonda, puesto que el era el responsable, tanto que, decidió controlar el asunto de la forma siguiente. Resulta, que esa misma noche actuaban en Barcelona los AC/DC y durante muchos años, el poli había reprimido sus instintos y gustos por el heavy, llevando una vida familiar tradicional más aburrida, que una tortuga lamiéndose su propio caparazón. Decidió y sacó del cuartelillo a estos dos caballeros por una puerta trasera más discreta y, les pidió que por favor, les acompañaran ha ver dicho concierto que, el se hacia cargo de las entradas. Y, así mismo se iban sucediendo los hechos que, llegados al lugar donde se iba a celebrar dicho concierto, antes de bajarse del coche y disponer de las entradas, este jefe de policía se puso una peluca de melena larga y unas gafas de sol. Hecho que no se había atrevido a hacer con sus compañeros y otros conocidos por la forma de vida que había elegido, para ir de conciertos. Una vez dentro del campo de fútbol y concierto.

-Mi señor, que raro de resulta este nuestro mecenas de concierto, que lo mismo ba pa Vigo que pa Valencia, que solo tenga la consonante "V" parecido.

-Sancho, a veces los caminos elegidos en la vida resulten tortuosos. Puede que con nosotros, nuestro obligado compañero, esté viendo la luz que antes el sol, solo, le hacia sombra.

-Bueno, lo de la luz seguro, que estoy viendo un montón de soles que me deslumbran y de más gente que cabe en hormiguero con silbidos incluidos.

Y, empezó el concierto de los AC/DC. Estos curiosos espectadores, estaban cerca del escenario donde sonaba la música a reventar. Con un cubata Don Quijote, Sancho y su acompañante mecenas, este medio poli, medio heavy empezó a saltar y mover la cabeza como un desarmado, rompiendo toda la frustracion y rabia acumulada, tarareando las letras en directo que eran cantadas por Brian Johnson
como vocalista y Angus Young con su guitarra, con el resto de músicos acompañan tes.

-Mi señor, estos de músicos me suenan de algo que, juraría que en las ventas los vimos hace un año. Los sal titos del guitarrista y su traje cito de me suenan muy de cerca. Parece que a su traje cito de niño escolapio le cogió cariño y no se lo quita de encima, ni con aceite hirviendo. Y, el vocalista parece con su gorrilla un tentador de toros andaluz, con mucho chillo en la boca.

-Sancho, he de deciros que ni escolapio y que ni andaluz, son australianos, por que tambien así lo dicen los libros.

-Ya de me parecía a mi lo sospechoso de los sal titos. Costumbre sin duda cogida de los nobles canguritos y, con el vocalista no me habré mucho equivocado que, de su tiempo libre pa ensayo, dedique sus ratos libres al pastoreo y los chillos a tan noble ganado, sean cabras, sean ovejas o vacas en restrojos australianos.

Mientras tanto, el melenudo con sus gafas de sol, se lo pasa pipa, se mueve al compás de todos como una ola cantando las mismas letras.
El vocalista Brian Johnson, nada más percibir se de un señor entrado en años como el, con una armadura (nuestro Don Quijote) se dirigió hacia él invitándolo a subir al escenario, bajando al mismo tiempo el tono de la música, Sancho desde abajo, más ancho que orgulloso y cara de asombro. Y le habla Brian a D. Quijote.

-¡Bravo! ¡bravo! ¡puta madre! ¡you are cojonudo! ¡this fans heavy metalico de pies a cabeza! ¡we are of the la misma quinta y, my congratuleission que will come vestido así....!

En el cuadrilátero del bullicioso público, al unisono de esta manera pedían.

-¡Que cante el quijote! ¡que cante el Quijote!
!que cante el Quijote!...

Animado por la sublime oferta y, con permiso de los principales, Brian Johnson, deja el micrófono a nuestro D. Quijote.

-¡¡Gracias público bullicioso!! ¡¡que aclamáis a tan diestros trovadores en su canto, así, como a sus rimas de acordes y tambores!! ¡¡os atiendo y dispongo!!

SEPAN TODOS USTEDES QUE,

HOY AQUÍ SE HAN CONCENTRADO,

INCLUSO PAGANDO UNOS DINEROS,

UN BUEN NUMERO SE HAN JUNTADO,

MUCHOS CON IDEAS DIFERENTES,

PERO TODOS PAGAMOS AL FISCO,

TRIBUTOS Y DEMÁS INTERESES,

SI UN SOLO DIA, AL MISMO TONO DE VOZ,

PACIFICO SIN GASTARNOS UN DURO,

EN UNA SOLA NACION,

USTEDES MULTIPLICAN EL NÚMERO,

MILLONES EN LA CALLE DICIENDO,

BASTA YA A UN SISTEMA,

DE CUATRO SINVERGUENZAS,

AHORRAREMOS DOLORES DE CABEZAS.

Angus Young, con su guitarra y sal titos distinguidos acompañó a la letra de D. Quijote.
El policía quería subir a darle un abrazo a Brian Johnson y su compañero guitarrista, aludiendo que el, apadrinaba a D. Quijote, pero dos gorilas se lo impidieron. Sancho con lágrimas en los ojos, ve por primera vez, como su caballero es aclamado por varias decenas de miles de personas.
Y, la fiesta siguió, que una vez acabado el concierto, el apadrinador llevó a este par de personajes a las cuadras donde muy cómodamente descansaban Rocinante y su fiel compañero de herraduras, que tras una despedida, decidieron ir haciendo caminos por las playas con dirección a los levantes. Que a eso de medio dia.

-Mi señor, todas esas señoras ligeras de ropa y discretas hecha das sobre la arena como las salchichas a la parrilla, vuelta, vuelta y, listas.

-Toman el sol Sancho para mejorar, un tono de piel y con cremas de cuidado.

-Ah! como el lomo adobado y sabroso. De a propósito ¿Sabe mi señor que yo tambien canturreo un poco?

-Cantad, pues.

"Como una ola es mi Teresa"

"Como una ola que golpea las rocas"

"Si haciendas de ínsulas se vaporan..."

-Sancho, ya estáis con la burra a brincos.

-Mi señor, es un burro dócil y tranquilo.


мι ℓιѕтα ∂є вℓσgѕ