viernes, 27 de noviembre de 2009

EL HABITO NO HACE AL LOCO cap 43






Tras una noche fría y larga de tecleo de un piano figurado, nuestro caballero hidalgo se encuentra acompañado por una familia de gitanos que al parecer, tenían por costumbre de alojarse en aquella nave abandonada y vieja para pasar el frío invierno, después de haber correteado parte de España en las vendimias, recolección de patatas, fresas y otras frutas frescas. Una vieja furgoneta ligeramente acomodada, herramienta de esta familia de un matrimonio patriarcal de una cincuentena de años cada uno, con sus dos hijas y sus correspondientes maridos. Sumándole cinco nietos a estos patriarcales abuelos. D. Quijote al verse invadido aquel espacio, siente curiosidad y pregunta.

-Bien venidos sean a esta morada espaciosa, grande familia de singular niños, padres y escudería que dan nombre los abuelos. ¿Y, qué les trae por aquí?

-¿Y, Quien eres tú payo? ¿Que haces aquí en nuestro albergue de invierno?

-Yo soy, el caballero de la triste figura, el resolvedor de todos los entuertos encontrados que, la divina providencia pone en mi camino. Estoy en estas guarnecidas paredes compartiendo vecindad con una banda de palomas que, se marchó esta mañana y, sin previo aviso presumo, de una leve despedida. Ellas no me confesaron que este singular albergue ya, tenía sus inquilinos.

Esta forma de hablar, hizo que nuestro caballero andante se hubiese rodeado y con interés de toda esta grande familia que, en toda la vida de esta consanguinidad de generaciones, jamás les habían hablado con tal respeto alocado. Dicho sea de paso que haya un dicho hipérbole “más vivo que un gitano”

-¿Aquel caballo delgao es tuyo? ¿Y, cuando pensaba marcharse deste lugar?

-Ciertamente es mío, su delgadez obedece a las tristezas y alegrías compartidas, no están hechos los caminos de rosas, del cielo cae lluvia y granizo, el sol en su estación preferida calienta nuestros huesos, quemando nuestra piel al descubierto, los calabozos también se prestan como albergues no deseados. Decís de mi marcha, eso solo lo sabe el reloj que marca la hora de mi fortuna.

-Que tiene usted razón, que asines son nuestros caminos. ¡Neneeee!!!!! ¡deja tranquilo al pobre caballooooo que te va a dar una pataaa!!!

Los integrantes de dicha familia, de la sorpresa y entusiasmo pasaron al exceso de confianza, haciendo acopio del dominio de la superficie de aquella vieja nave, tanto que uno de aquellos gitanillos con una vara le dio por pinchar a Rocinante en su bajo vientre. Rocinante con la sabiduría de un maestro, acercósele su hocico al oído del gitanillo, y con voz baja muy clarita.

-Enano, date con esa vara en los huevecillos y verás como te crecen………

-¡Glup!!

El gitanillo, muy sorprendido no dio ningún crédito y, miró a su alrededor para ver si cerca había alguien más. A esa distancia, ni siquiera sus tíos y primos, hermanos era imposible que alguno de ellos, se haya pronunciado con aquel acento llano castellano.

Aquel niño, más que una coz, recibió una lección, tiempo le llevará cambiar el semblante de su cara. Corrió al encuentro de sus otros primos y hermanos forzando una risa para encubrir tal misterio. Mientras tanto los demás hicieron un hermoso fuego que poco a poco se fueron arrimando a el, acomodándose en unas sillas y, el resto en piedras. Todos escuchaban a D. Quijote, que en pié, narraba algunas de aquellas aventuras tiempos atrás, pero más que sus aventuras con Sancho, era su forma de contarlas y con el respeto que lo hacia a tan gratos contertulios. Uno de los yernos de patriarca gitano, se hizo el remolón y, encendiéndose un cigarrillo se puso en pié y allí donde horas antes había fijado su mirada, se acercó como el que no quiere la cosa, en un rincón estaban las armas oxidadas y armadura magullada de nuestro hidalgo. Más por el valor de su antigüedad que de su peso, este gitano había echo sus cálculos financieros en el rastro de Madrid y disponiéndose a coger lo que no es suyo, una vez más Rocinante acompañado en su montura, un conjunto de palomas superpuestas sobre si, aparentando una figura humana, caballo y jinete figurado se acercan sigilosos al presunto delincuente. Y, una vez más Rocinante.

-Pissssssssss, oye tú, ¡pero hombre! ¿Vas a vaciar a ese pobre hombre productivo, como hacen las empresas con los eres a sus trabajadores con su sueldo digno, para contratar a una mitad o tercio de jóvenes empleados con derechos a la baja?

Nada más decir esto Rocinante, las palomas en orden se fueron marchando deshaciendo la figura humana que hacia de jinete.

¡AH! ¡Perdone usted! Es que me gustan las antideguades, y ¡Eh!

Al ver tal fenómeno, las palpitaciones del adulto gitano hicieron que se tragara el cigarro y empezara a toser con tos carrasposa hasta que expulsó lo que fue un cigarro, dirigiéndose a la tertulia del hidalgo caballero, que disfrutaba como un enano contando sus aventuras. A todo esto que vino Sancho al lugar, ya entrada bien la noche.

-A la paz con todos ustedes, buena compañía tiene mi señor.

-Honorable familia es la que hoy me acompaña, ¿Qué buenas traes Sancho?

-Que el trabajo esta muy mal, que no puedo pagarme mis clases de baile y, he de pensado que podríamos ir a las recolecciones de las aceitunas, que bien nos vendrá.

-Cierto que tendríamos que probar fortuna una vez más, ahora me hayo distraído con esta numerosa familia, contándoles algunas de nuestras experiencias aventureras.

El patriarca de repente se acordó que en aquellas tierras andaluzas tenia parientes y, que bien les vendría buscar algún tajo de aceituna. Con lo cual decidió recoger y salir zumbando. El nieto gitanillo, el del percance insólito se abrazó al cuello de su abuelo comiéndoselo a besos. El yerno, el admirador de las antiguallas le dio por cantar una seguidilla bien acentuada. Fueron despedidos a la buena fortuna y, Nuestros caballeros quedaban haciendo planes de economía, Rocinante rumiaba algo de paja.

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viernes, 13 de noviembre de 2009

ESCRITURA GRAVE cap 42








En una vieja nave y palomar, se había alojado nuestro hidalgo caballero, su nueva estancia por el momento. De muebles un colchón de paja, una mesa vieja barroca carcomida y, de compañera una silla. Con un brasero de carbón vegetal, que, el buen escudero Sancho le había procurado, más si cabe decir otro regalo que, le llevó. Un ordenador portátil que a su mujer le había tocado por puntos en el Carrefour.

-¿Que tal en su nueva estancia, mi señor?

-No me quejo Sancho, pero como bien sabes, de esta estancia yo, no soy propietario. Futuro incierto tengo como esas palomas suspendidas, en esos tirantes, a la espera de que sean devoradas por viles comadrejas.

-Mire lo que le traigo, que de me creo que le saque buen provecho, por que, aunque barato este piano, lo sea porque le falte su cola.

-Sancho veamos tal instrumento musical que, aunque se vea escaso en menudencias, sus principales notas hablaran a los ruiseñores, pidiéndoles las mejores disculpas si por tales oníricos sonidos se sintieran humillados.

-Ya, de le veo muy puesto en partituras que, de impaciencia estoy a rebosar.

Y, disponiendo sobre la vieja mesa el portátil ordenador como un libro abierto y sus teclas muy a la vista, D.Quijote se sienta en la mesa ejercitando los dedos como los deportistas en competición.


-¡Mirad Sancho! siguiendo este abecedario en el teclado, pondré nombre a la historia que quisiere contar o denunciar, que de seguro un entonado sonido musical acompañara.

-Pues, toque ya, que mis oídos ansiosos están de ser testigos deste piano sin cola.

La configuración de este portátil desarrollaba un tono musical en cada una de sus teclas, que lo primero que le vino en mente fue, siguiendo cada letra de los nombres de personas mas queridas y, después con los malvados enemigos. Al principio la música sonaba de lo más suave, más tarde resultaba roncona y decaída, hasta que se acabo la pila.

-Ya no suena mi señor.

-¿Que decís? yo, aún la oigo.

Tecleando sin descanso, con su música aparte, en su mundo particular y de todos.

-Sancho, hasta los sordos crean música ¿Como podéis decir que no oís?

-Ese aparatejo moderno, que no suena y bien limpios tengo los oídos.

-¡Mirad esas palomas allí arriba! ¡Que atentas y dispuestas!

-Si, atentas, si se le escapa algo del zurrón y, dispuestas a planear en vuelo para llenar el buche. Bien, me marcho mi señor, que tengo clases de baile particulares para mi curriculum devitae, aprovechando este tiempo de parado.

Don Quijote, siguió tecleando sin descanso, todos los nombres conocidos, desconocidos, haciendo frases con historias bien acabadas e inacabadas, escuchando su propia música, la que en su memoria cada letra le decía, dibujando las mil batallas hasta el amanecer. Minutos más tarde aquellas quinientas y pico palomas que pasaron su noche en aquella nave, dispusieron su vuelo en una dirección magnética de su inteligible gps, haciendo su vuelo sobre una autovia por la cual un coche de gran cilindrada había sobrepasado el doble de la velocidad permitida. Ese coche era el único que circulaba y, como aviones las palomas descendieron su vuelo para cruzarse en un punto con el loco conductor, que todas defecaron a escasos metros sobre su parabrisas, desconcertando al piloto, impidiéndole reaccionar con un giro inesperado de su volante, dando trece vueltas de campana. En la prensa aparece un articulo "Alcalde muere en accidente de tráfico" casualmente se había dado orden desde la fiscalía nacional, de su detención por malversación, cohecho y fuga de capitales a paraísos fiscales.
D.Quijote seguía tecleando partitura.

-He de conseguir la solución, melodía que dé descanso y paz en la tierra, como esas palomas que fueron a buscar su ramo de olivo..........Tras la caida del muro, de ambos lados se aunaron las mentiras, las verdades quedaron aletargadas.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

400 AÑOS DE PERDÓN cap 41



Como una estatua de bronce, de la que no ve pasar el tiempo, sin que le afecten las inclemencias del tiempo, por que no pasa de moda. Nuestro D. Quijote, sentado en su solar, acompañado de su inseparable Rocinante y, el galgo mas contento de todos los canes del momento. Ignorando que algunos gurteles estan al descubierto, más si cabe, otros que dicense llamarse pogres, tambien cogieron costumbres de gurtelanos. El verano se ha hecho largo, los traunsentes más preocupados por su bolsillo, apenas advirtierón que D.Quijote se habia quedado sin techo, pero que más dá si se habia dedicado ha ser un trotamundos, junto a su escudero Sancho. Se habia prometido salvar al mundo de las injustas causas, resolver los entuertos que a su paso pusiera la divina providencia, ser honorable a la simpar Dulcinea. Un cierto dia de madrugada, una constructora le invitó a abandonar dicho solar, que iban ha hacer los agujeros para cimientos y aparcamientos, que aquella finca ya no le pertenecía. La policia local al servicio del Alcalde, presenciaba de cerca la actitud de D.Quijote.

-Rocinante, alejemonos de aquí, en nuestro pensamiento y zapatos escasos, está todo nuestro mobiliario, ligeros de equipaje busquemos el centro de gravedad para que no nos disipe el aire.

Sancho, cada dia le visitaba y, algo le llevaba para comer, ese dia un bocadillo de mortadela con aceitunas. Y, al pie de un alamo negro, en pie estaba nuestro D. Quijote hablando con las ramas y pajarillos que este árbol alvergaba.

-Oh! nobles pajarillos revoltosos que gritais con vuestros canticos de felicidad, que la naturaleza se os muestra generosa y formais parte de esta partitura músical!!. Se me tome a mi por loco, por no caberme entre pecho y espalda este viejo corazón!!.

-Entre de pecho y espalda te vas a meter este bocata de mortadela de la buena, que es hora de descanso en este teatro de los libres albedrios.

-Sancho, como siempre, desentonas la partitura al unisono de las confabuladas estrofas.

-Ah, de propósito mi señor, me estoy de proponiendo adelgazar unos kilejos. Quiero intentar como medio de vida, aprender de bailarín y formar parte en la coredeografia de Lady Gaga, ya que esa insula se quedó de muy cuesta arriba.

-Sancho, no conozco a esa señora o señorita, pero no deberias renunciar a lo prometido, en mi fé, en mi vida doy palabra de caballero.

-Mi señor, tengo que deciros, que en este pueblo que os vió nacer, y con mucho dolor decirolo, os tienen por loco.

-Sancho, tu y yo hemos viajado mucho, en muchos lugares, en muchos pueblos y ciudades. ¿Observasteis que en cada lugar deambulaba algúno, que suelen llamar loco?

-Si, alguno de recuerdo en esos caminos y de callejuelas.

-Pues, que sepais que, llamarlos locos por que hablen solos, solo es un sintoma de que estan sobrados de palabras y necesitan repartirlas como rosas perfumadas. Darle gracias a la naturaleza y sus seres vivos como yo hace un momento hacia con estos pajarillos.

-Si, mi señor, pero en este mundo hay pajarillos, pajaros y pajarones, que de estos últimos con sus artimañas, su casa, se la han desvalijado hasta los cimientos. Como ese Alcalde gurtelano o gominado urbanita con relojes, trajes elegantes y laboriosos. Llevando toda su riqueza a paraisos fiscales.

-Sancho, de cristianos van por la vida, pero sin embargo, invierten sus dineros en paraisos terrenales, esa sea la verdadera fe que les mueve o quererse asegurar el cielo y la tierra, apuñalando a ambos lados de las fronteras.

-Mi señor! fijaos en esas avecillas que acaban de pararse en esa rama, la una no para de moverse como si acabara de salir de una cabina de telefonia y la otra, ¿Os suena ese suave canto hilado?

-Sancho, de palabras estamos hechos, nuestras carnes, ropas, nuestros versos y sufrimientos. Estos buenos pajarillos vienen a saludarnos, que sepas que durante su tiempo aquí en la tierra, ellos nos han estado cuidando. ¡Mira que felices se les ve contemplandonos!

-Bien mi señor, tomese este bocata.

-¿Que me habeis traido hoy?

-De mortadela....

-Sancho en dos meses, te has mantenido fiel a la mortadela.

-A caballo regalado, no le mires el diente.

Rocinante, se les quedó mirando dejando de mascar granzos.

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