jueves, 8 de enero de 2009

TABERNAS cap 22




..."mona lisa" "mona lisa" "mona lisa"

"de asido mia mor"

"mona, mona lisa"

"lisiame con ardor"

-¡Sancho! ¿a que, a quien cantáis con lisonja?

-Mi señor, con tanto correteo, por estos de caminos polvorientos y secos yo, me entretengo, que de seguro, por destas laderas perdimos los rumbos entre aloeve y chumbos.

-Que sepáis y entendáis mi fiel escudero, que habéis interrumpido las lágrimas que lloro por dentro.

-¿De que llora mi señor, que yo no sepa de tristezas compartidas? ¿a caso, no vamos de la mano?

-Sancho, lloro por el correo que me envían las estrellas...snif,,snif, snf. He sentido en mi corazón, las lágrimas caídas de la estrella.

-¡OOoooh! ¡mi de caballero que habla con las estrellas! ¿que le dicen? ¿que le cuentan?

-Sancho...la misma estrella de David que en otros tiempos lloraba a su pueblo hebreo, por la ceguera de algunos hombres, esta misma ceguera colérica se ha apoderado de este mismo pueblo, pasando de víctima a verdugo y su estrella llora con el mismo sentimiento, que lo hacen madres y niños, pero el forajido, alienta esa ceguera, ceguera que traspasa fronteras en forma de neblina, para sembrar dudas en la penumbra. Tenemos que andar con cuidado Sancho, de estos terrenos los forajidos les son muy conocidos.

Tras un rebote que a bien se desfoga Don Quijote, aun caminando por tierras de Almeria, dando bandazos de un lado para otro, la estrella que dijo ver, los guiaba hasta una villa de Tabarna, famosa por tener un pueblo, al igual que las películas de western americanas y este par de cuatreros hacen su entrada, un poco rara.

-¡Sancho! ¡prestad buena atención! ¡cubre bien tu flanco derecho, que yo, cubriré el izquierdo!

-¿De que pinta tienen estos forajidos mi señor, que no nos pillen desprevenidos?

-La misma pinta que el Caín que mató a su hermano, por las envidias, estupideces, religiones malavenidas, por decir la mía es mejor que la tuya, pero sobre todo, en el fondo de sus ojos alberga el mas grande de los miedos, perder todo aquello acumulado que, por la ley natural no lo han sudado.

-¡AH! ¡ya lo cojo mi señor, unos ladronzuelos de cuidado!

Se iban acercando por la calle principal, que justo en frente, se encontraba la cantina del pueblo que algunos turistas tomaban su café mañanero o martini de las doce. Las demás personas que paseaban, al ver a estos tambien cuatreros, pensaban que formaban parte de algún número por lo mas parecido del caballo y burro, que se apearon justo enfrente la cantina, amarraron a sus rocines al palo horizontal y Don Quijote muy decidido acompañado de su escudero, con su lanza en mano da un portazo a la portezuela de vaivén y añade.

-¡COBARDES! ¡SANGUINARIOS FORAGIDOS! ¡QUE A TODO UN PUEBLO TENEIS SOMETIDO! ¡DAD LA CARA SI ALGO DE HOMBRES OS QUEDA Y TORCIDOS! ¡QUE YO ENDEREZARÉ CON MI LANZA Y GESTO FRUNCIDO!

-¡De ladronzuelos! ¡piratas! ¡cobardones!

Fue tal la sorpresa, que cantineros y demás turistas rompieron en aplausos y,varios ¡bravos! que en la otra calle todo un público que miraba uno de los números de cuatreros que, se enfrentaban a un duelo,para recreo de un público, apartaron la mirada y esta fue dirigida hacia la cantina. Estos actores que hacían el papel de un duelo, se vieron por un instante ignorados y tambien quedaron expectantes hacia dicha cantina. El encargado de la cantina dice...

- ¡De puta madre! ha sio cojo nudo, veráis toda una sorpresa que aquí nadie nos había avisado, pero el número chapó por, el que lo haya ideao,disfrazados de Don Quijote y Sancho panza.

-¡Perdonen vuestras mercedes! ¡Don Quijote no se disfraza, no hay traje mas que el que veas que cubra este corazón!

-¡De igual que el de mi amo yo lo visto con este sayo!

De nuevo el público de la cantina, mas el de la calle del duelo que se habian acercado a la entrada de la puerta, rompieron en aplausos, tanto que Sancho con disimulo hacia reverencias de gran actor de teatro y, Don Quijote que no se dejaba impresionar por que en su mente tenía idea fija, añade y dice...

-¿DONDE SE ESCONDEN LOS CAOBOYS QUE HACEN LLORAR A LAS ESTRELLAS?
¿QUE REINO DE LA COBARDIA LOS ACOGE QUE COMO RATAS SE ESCONDEN?

-El público turista, esperaba espectante la respuesta que se hacia de tardar y, los del duelo que se habian quedado mas solos que la una, viendo que perderían su trabajo por la competencia se prestaron ha improvisar, con los puños de las manos y a ellos se acercaron diciendo...

-¡Nosotros somos los forajidos coño! ¡ni pistolas ni lanzas! con los puños arreglemos este entuerto que los puñetazos no son tampoco de guión.

Como era de esperar los cuatro enfrentados y rodeados por los turistas, bien la prepararon, los golpes que recibieron Quijote y Sancho, eran tan reales, como los quejios que salían de sus alientos, todo tan real, que el público una vez mas rompió en aplausos y bravos, que para rematar el número, fueron alquitranados y emplumados, montados en sus pacientes animales, golpeados en el trasero equino alejándose de allí, seguramente, uno de los mejores números que pasó por allí, mas tarde y lejos.

-Mi señor, de tan valientes que nos hemos de presentao, salimos escaldados, alquitranados y empluma os como las cobardes gallinas. Ahora, si que tengo unos buenos motivos para los lloros.

-Sancho, tu que de noble te presumo, con alegría recibe las lágrimas que salen de tu corazón, que yo reciba de las que lloran las estrellas, ellas albergan el reflejo de todas nuestras tristezas.


viernes, 2 de enero de 2009

TIERRAS DE MERCADERES cap 21





Atravesando llanos y montañas dos fieles al compromiso, sin darse descanso a las obligaciones que se firman en el alma de un contrato, aparecen por las tierras de Almeria, áridas, secas y demás filantropías.

-Mi señor, destas tierras que están tan secas, peleadas parece que lo estén con la lluvia, como la nuera con la suegra, que recela la mayor de su "fruto" a los malos descuidos.

-Sancho, los descuidos obedecen a la ignorancia, igual en los excesos, en la confianza, pero la madre naturaleza que es sabia, entiende de los equilibrios que, si no llueve en estas tierras, en la misma demanda lo hace en otras, para que se diga siempre que, la botella este ni medio vacía, ni medio llena, siempre en la justa medida.

-¿Y, dice mi señor que en estos lugares, de se dieron las primeras mercaderías?

-Cierto es Sancho, que yo lo diga y no me lo haya inventado, pero en el mismo punto de los equilibrios de la nuera y suegra antes mencionados, sean los mismos equilibrios que tenga el nivel del mar con la tierra, que una mano la puedas mojar y al mismo tiempo la otra la tengas seca. Que la mano derecha no sepa de su hermana izquierda, pero ambas por separado, presuman de las mejores intenciones y nobleza del otro lado.

-Bueno, bueno mi señor, de una cosa estoy de seguro que, de mi mujer y mi suegra, de si a la vuelta que se me hace de larga, no le llevo las fortunas prometidas, les han de faltar manos para soltarme de palos con las dos manos compinchadas y de una misma cosa enteradas.

-Mala fortuna y desdicha predicáis en los cimientos de las mercaderías de colonos y fenicios, Sancho, a lo menos que, de tus ilustres damas están unidas por la misma empresa y, ese que ya es un buen comienzo.

Mientras caminaban con una muy buena luz solar, con sus siempre dóciles Rocinante y el noble pollino, siempre guiados por donde sus primeros estiramientos hace el sol que, fueron a toparse con una extensa llanura de, estación de placas solares como medio de obtención de energía.

-¡Sancho! ¡he ahí un milagro de la naturaleza! fija os bien los resultados de los abusos desmedidos que alto precio se paga.

-¡Mi señor, que desto que me resulta raro y la primera vez que se vea!

-Como podéis apreciar Sancho, esto son un conjunto de olas a un solo toque de nota musical, que abusando de una de sus notas de la partitura musical en el lenguaje de las olas, haciendo fijación en una sola mirada hacia el sol, la divinidad del altísimo, mando petrificar estas olas como castigo por los abusos desmedidos, así como igualmente se rompe la hilaridad de los sonidos creados.

-Mi señor, que no entiendo de olas, pero estas de petrificadas, muy a pesar de los pesares que están muy bien ordenadas.

-Sancho, ordenadas y prisioneras me quedó decir, que como penitencia devuelven la energía prestada por el Sol que, en su naturaleza se nos presta generoso y complacido. Pues fue, en el mar mediterraneo, en todo su perímetro generoso, donde las sabias olas amigas de las brisas acariciaron las velas de los mercaderes, que guiados por sus nobles necesidades, en sus corazones albergaban las mejores notas musicales, rimando estas con el sonido de las olas.

En ese continuado caminar, un poco de agua no les vendría mal, que media hora mas tarde se encontraron encima de una meseta, donde la geografía seguida mente escalonada, dibujaba una llanura de invernaderos o mar de plata, para la sorpresa presumida del generoso escudero que, con mucho asombro y curiosidad le despertaba tanta plata acumulada, pues se tiene por persona de muy puestos los pies sobre la tierra.

-¡¡MI SEÑOR, POR VENTURA QUE NO ME SIENTO CIEGO!! ¡¡QUE, CERRANDO Y HABRIENDOSEME POR TRIPLE LOS OJOS, VEO LO MISMO SIN RECATO COMPLACIDO!!

-¡Sancho, vuestra calma se ha roto! pero, bien cierto es que del padre mar mediterraneo, un hijo suyo de plata no me suene que campe a sus anchas.

-Mi señor, que me siento de muy valiente, que si me tiene prestada de su confianza, bajo hasta la orilla de un periquete, que hasta mi asno se ve sonriente y de complacido.

-No puedo negar la confianza, que he depositado en vos Sancho, como la valentía que yo a un tiempo os presumia, quedaré complacido que satisfagas tus curiosidades por las orillas de estos mares, que yo desde esta meseta quedaré presto en vigilancias por si se dan daños a terceros.

Y, Sancho, baja la meseta escalonada mente mas contento que el día de su patrona, pues con martillo y cincel piensa arrancar unos kilos de plata de la orilla de ese mar, piensa que ya es hora de cobrar algunos adelantos y, con intereses de su contrato establecido como escudero andante, pero a medida que se acerca le crece la sorpresa con desgana, cuando observa de cerca aquello que parecía plata, era producto y reflejo de la luz con los plásticos del invernadero hacían de espejo. Mas la curiosidad cabreada por uno de aquellos pasillos se metió con su borriquillo.

-¡¡Que desgracia la mía, que de tos los síntomas del caballero andante me de contamina, investiguemos amigo jumento destas callejuelas petrificadas!!

Y, desde la meseta Don Quijote con su mano de visera derecha puesta en su frente, atónito observa a su fiel escudero adentrando se en ese mar de plata, como por arte de magia en unos trayectos flota y en otros a capricho se queda sumergido, decidiendo salir a su auxilio antes de que su alma se pierda en los delirios. Mientras tanto Sancho, se metía y salia por las portezuelas de los invernaderos, que conociendo oficio parecido, hace acopio de lo que la falsa plata esconde en sus entrañas.

-¡¡AAAH, FALSO Y ENGAÑOSO MAR DE LA PLATA!! ¡¡QUE ESTA NO ES VUESTRA RUTA DESIGNADA, ABTENEROS DE HACER DAÑO A MI ESCUDERO, SI NO QUEREIS REDUCIROS A CALDO CON EL FILO DE MI ESPADA!! ¡¿Sancho os encontráis bien?! ¡cuidado con la magia desta plata, que intenciones de cobrarse caro, con los mismos precios del mercado!

-¡Que noooo, mi señor, que esta plata no se de parece ni la que cagó la gata! de sus entrañas he cogido unos kilos de pimientos, pepinos y tomates, pa una buena pipirrana. Pues tenia razón mi señor, es tierra de mercadeo que yo he encontrao abierto.

-Sancho, lo que veamos con los ojos del corazón, aun con el ánimo del cobarde, no dejan de ser verdades.





viernes, 26 de diciembre de 2008

LOS REYES MAGOS EN LA COLA DEL PARO cap 20





Continuaron con su marcha, con la dirección premeditada, al origen de las primeras culturas asentadas, estos caminantes sin prisas ni pausas, como cada vuelta de una esquina que invita a una sorpresa sin vendeta, propio y con mas ganas del aprendizaje que los lloros que producen las heridas sin drenaje. Salidos de la provincia de Sevilla y pasando la capital de Jaén con dirección a las almerias, murcias y levantes.

-Como veis, mi fiel escudero, en todos los caminos la providencia con personas de bien, se nos prestan.

-No se, no se, pero de un tiempo a esta parte mi señor, que atravesando pueblos y de ciudades, me ha parecido de ver mangantes y saltabardales. De esta capital de Jaén, que ahora entramos poned atención.

Entrando por la carretera de Córdoba a esta capital de Jaén, estos dos cuatreros entre dos luces, mas las luces del alumbrado navideño, atónitos.

-¡Mirad mi señor! de lado izquierda y de derecha.

- ¡Tenéis razón Sancho! ¡por mambrino que voto a bríos!.

-¡Que aprovechando mi señor, de que estas nobles gentes de hacen sus paseos y deberes, los saltabardales, ladronzuelos asaltan sus casas y pisos!.

-¡Sancho casi todos visten de rojo, como el mismísimo diablo! ¡están preparados para el asalto todos a una, esperando la voz del lugar teniente!.

-¡Si mi señor! pero, no entiendo como no se dan de cuenta esta buena gente, que cuando le entren los diablillos por las balconeras, hasta los zócalos le moverán de sitio.

Moviendo se tensos con sus equinos por aquella avenida, mirando a un lado y a otro, entorpeciendo la circulacion un poco, haciendo parecer a conductores y viandantes como un ensayo navideño, restaban la importancia un poco hasta que en uno de aquellos balcones, mas proximos a la acera, por unas escalerillas suspendida subían algún Papa Noel, que por esta pareja, eran confundidos por diablillos ladronzuelos y equilibristas. Quijote se presta hacer honor a su causa, con lanzón en prevenga y espoleado a Rocinante.

-¡¡¡DETENEOS!!! ¡¡ASALTANTES DE NOBLES CASAS Y PISOS!! ¡¡Y, AYER DE CAMINOS!!.

-¡Los viandeantes mi señor, preste le de
atención sin atropelladles!.

Dos de aquellos muñecos colgantes, con motivo navideño, Quijote empaló en su lanzón, que seguido de aquel balcón, nuestro caballero hidalgo muy sorprendido se quedó al comprobar...

-Sancho, efectiva mente son como diablos, que tienen encantamientos, nadas más advertir mi presencia con la punta de mi lanza se han convertido en un amasijo de trapos.

-Esto, mi señor de tiene tela marinera y arina de tres costales, pero de seguro que des tos dos, no de meterán las manos, donde no les llamen.

-¡¡SANCHO!! ¡¡QUE NO SEA CIERTO LO QUE VEN MIS OJOS!!.

-¡¡Que ve mi señor con los ojos, que yo no vea!!.

-¡OBSERVAD BIEN SANCHO! ¡ALLÍ MAS ARRIBA! ¡¿LO VEIS?!.

-¡¡Si!!, ¡¡veo al rey Gastar, Malechor y Basaltar!! ¡¡mi señor, que se han unido al bandidaje de los incontables de diablillos!!.

-¡¡DETENED ALTEZAS VUESTRAS INTENCIONES!!, ¡¡PUES DE LOS HURTOS, PARA TODOS HOMBRES RESPONDEN LAS LEYES!!.

-¡De sinvergüenzas!.

-¡¡DEPONED VUESTRA ACTITUD!! ¡¡SI DAVID CON SU HONDA VENCIÓ A GOLIAT, HACIENDOSE REY, SEA CON ESA MISMA HONDA QUE YO, HIDALGO CABALLERO OS DESTRONE DE LOS MISMOS RANGOS POR TENER LOS DEDOS TAN LARGOS!!.

Pero, tanto ruido y guirigay no pasaba desapercibido a la autoridad municipal que sigilosos una pareja de ellos, se acercaron al lugar, pidiendo las consabidas explicaciones y, para evitar aglomeraciones, le fueron requeridos, se apearan a un parque cercano donde con mas tranquilidad, se aclararía lo sucedido. Como era la tarde próxima a la noche, en el mismo lugar tumbado en un banco tapado con dos cartones se encontraba un inquilino fijo del lugar, por mas amigo solo del chocolate para liar y, gran sabedor de la vida que, con estos dos caminantes hacían trio, mientras los municipales custodiaban desde cerca a Rocinante y a su compañero pollino.

-¿Queeeeee paaaaasa tios? ¿que hacen en misss dominios el gordo de bonanza y el pecho lata???? Holliwod está en otra calle tíos.

-Perdonen vuestras mercedes, no es nuestra intención molestarle, en sus inicio de los sueños, hemos sido requeridos aquí por los alguaciles y no entendemos nada de lo que pasa, solo que un montón de ladrones con pillaje, asaltan con intenciones de desguace, que subiendo por los balcones ahora mismo traman limpieza sin seguridades y en bandada de millares, como diablos y hasta acompañados por unos pocos reyes desleales.

-Perooooo, tioooooos, essss que esa es la movida que nos senteraiiiiiis, paaaaaaasa colegas, biembenidosss al mundo real essssspeculativo troncos.

-Mi señor, con los perdones de la intromisión, me parece que este de señor, sigue en los primeros sueños del arranque, que parece que patina sin ánimos de las ofensas.

-Sancho, este señor tiene la piel tan aflor de las calles, que su sensibilidad solo se presta ha decir verdades.

-Coleguitas, hablen clarito que en casa de dioos hay confianza de la buena.

-Bien, pues hablemos claro y responda a lo que le he planteado, en cuanto a esos ladronzuelos y reyes echados a la mala vida de saltabardales.

-¡Vale, vale colega! ¡oído cocido!. Miren, los reyes magos antes venían en camello con los regalos, pero se dieron cuenta que ahí no estaba el negocio y dejaron la escala de los regalitos pa buscar un personal mas selectivo y con fondos, solo unos poquitos en extinsión aguantan el chaparron, imponiéndose la cultura anglossssajona y costumbres suyas de la seguridad sosial. Estamos en la cultura de la hamburguesssa colegas, de la pleysssteison, del hombre araña y carmona durmiendo cada cual su mona. Es verdad colegas, hoy yo me tiro un peo con grasia y mañana lo hase toa España, ya lo desia el Benito Perez Galdos.

-Mi señor, este hombre es de cátedra muy bien leído y hasta de científico-político.

-Sancho, se dice que los niños y los borrachos dicen verdades, pero de los que les ha emborrachado la vida en ausencias de los cariños de la infancia, las verdades y las mentiras son un patinaje de baile como un filo de navaja para la susistencia.

Bien, después de un protocolo de haber sido informados los superiores de estos guardias municipales, deciden a Quijote y Sancho acompañar los a la salida de Jaén y, que prosigan su marcha, es tarde de aglomeaciones, compras, tráfico para prestar un mejor servicio a este mundo de consumo. Y se despiden del dueño y su pequeño santo-reino.

-¡Adioooos colegaaaaas, que las estrellas guien vuestros caminos!.

-Buen señor, tenga mi manta para protegerse de estos frios.

-Sancho, vuestro gesto es de lo mas digno establecido en caballerias, gesto que se pierde, pues el que se digne de ser caballero en texinas, flaco favor se hace, si se deja guiar por las modas.

lunes, 22 de diciembre de 2008

HACIA BELEN VA UN BURRO cap 19




Aún en tierras de sevilla, Quijote y Sancho deciden marcharse a tierras de aquellos primeros mercaderes, que se asentaron en la península (Almeria, Murcia, ect.) en la época del bronce y, que determinaron coger la ruta del sol naciente por caminos, carreteras comarcales pasando por tales pueblos de Sevilla como Marinaleda.

-Demasiao de frió hace por estas tierras andaluzas, mi señor.

-Sancho, estamos en la estación de los abrigos, de los braseros, del letargo de nuestros pensamientos, que aunque estos sean cortos y escasos, deban de ser bien intencionados.

-Si, mi señor, pero de los nuestros que sean de los mas cortos, por muy de largas que sean de intenciones, por que escasas son nuestras ropas.

- Tenéis razón Sancho, los carámbanos que cuelgan de mi bigote y barbilla, así me lo confirman, máxime que chocando se entre ellos, suenen como los campanilleros. Bien será de negociar unos abrigos, para sentir la protección como armadillos.

-¡Una aldea mi señor!, Mariamadalena, parece su nombre, tiene nombre de la virgen de María, buena gente de presumo y generosa.

Y, llegaron a Marinaleda entre dos luces, el vapor que salia de las narices de Rocinante y su fiel Asno compañero, daban ilusión de calor en el ambiente. De los pocos que transitaban sus calles, a uno de ellos se dirigió el caballero hidalgo.

-¡A la paz de dios,buen señor! ¿tendría su gesta amabilidad de dirigirnos hacia el gobernador de esta villa?. Esperamos de su amabilidad tenga un noble gesto con este caballero y mi fiel escudero, de ahí que su alma generosa, después de habernos prestado unos humildes favores, se hará famoso en el castellano universal.

-Ustedes preguntan por el Alcalde, vengan conmigo que les llevo a su casa, que buen quijote y alma samaritano tiene.

-¿Habéis dicho Quijote, gentil caballero?.

-Bueno, es un decir, este nuestro Alcalde por su gente se pone al mundo por bandera.

-Habéis aumentado mis ganas por conocer, a quien se le da mi nombre de Quijote, pues si las enfermedades de este mundo son muchas y variadas, tambien lo sean variados hidalgos caballeros quienes las combatan.

Anunciados y recibidos en casa del Alcalde, Don Quijote y Sancho, entrados en conversaciones.

-Estoy encantado de recibir y tener a dos grandes actores, representando el Quijote, que lo haceis fenomenal. Y, ¿hacia donde se dirigen ustedes?.

-En primer lugar Sr, gobernador, le agradecemos que reconozca nuestras acciones y, que no solo representamos al Quijote, lo vivimos intensa mente como pálpitos tiene mi corazón, que seria de muy bien grado agradecerle, nos prestase unos abrigos para continuar nuestro viaje.

-Eso, eso, de señor gobernador, haga el bien sin mirar a quien.

-Bueno, les invito ha tomar una sopa caliente y, les regalo un par de mantas, pero, pasen, después por el veterinario, creo que ese caballo vuestro necesita un reconocimiento, yo le aviso de vuestra llegada por teléfono.

Muy agradecidos a este Alcalde Juan de Marinaleda, se dirigen al veterinario de la aldea que ya los esperaba y, que mientras este hacia el reconocimiento en una sala contigua de una cuadra bien preparada, calentita, Quijote y Sancho, envueltos cada uno en su manta sentados en dicha paja junto a su inseparable asno, tal fue la sorpresa que se llevó un niño de 6 años, hijo del veterinario, mas ,movido que un chinche sin probar vocado una semana, y dice...

-¡Papa! ¡papa! tenemos aquí el portal de Belén, San José y la Virgen María, están en nuestra cuadra...

El padre que lo oye, no aguanta la risa, Don Quijote se mantiene en total calma, Sancho, se desprende rápidamente de su manta, pues con su redondez, no era difícil presuponer a aquel niño, quien hacia el papel de Virgen María. Una vez reconocido Rocinante, da las explicaciones y consejos.

-¡Miren!, señores, usted señor Quijote, su caballo ha sufrido el crepúsculo de los amores, está bajo en hierro y glóbulos rojos, queden se aquí en mi retablo esta noche que, yo le daré a Rocinante una cubeta de habas secas y mañana estará repuesto.
Agradecidos esta pareja, el veterinario les desea pasen buenas noches.

-Mi señor, os habéis quedado mudo cuando ese niño insinuó de una cosa no cierta.

-Sancho, tengo que deciros que antes de llegar a esta aldea, un lucero de los cielos nos ayudo ha sortear los caminos dándonos este destino.

-¡¿Que queréis de decir?!

-Este señor gobernador, es un ejemplo del amor que siente por sus semejantes, por eso le llaman Quijote y yo que me sienta orgulloso que adopte mi sobrenombre.

- Pero lo de la Virgen María, maldita la gracia de ser yo madre.

-Sancho, la gracia es bendita, si por obra y gracia del espíritu santo, esa madre tubo un hijo manteniéndose virgen, con el aviso de un ángel. Por esa misma gracia y, con el aviso de ese angelito niño ¿por que tu mismo no ibas a concebir por ese mismo espíritu santo, manteniéndote virgen?.

Sancho, se quedo pensativo, no durmió nada en toda la noche, probablemente no sea a partir de ahora el mismo, un lastre mas, un dolor de cabeza mas añadido, toda una quijotada mas que resolver. A la mañana siguiente, partieron hacia oriente, despedidos con gran júbilo y muy agradecidos.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

TIERRA DE EXTREMOS CONQUISTADORES cap 18






Entre tascas, pinchitos, varios finos y, finalmente canturreos en coro, aquella que dice; "¡¡todos quereemos mas, mucho mas, pero mucho mucho mas...!!". Pasada la noche en Triana y, el resto bajo una carpa en el restaurante "la Raza" que tiempo dio de pensar a Don Quijote, tomar la ruta de la plata.

-Sancho, he pensado que estando tan cerca de tierras extremeñas, donde se asían los grandes conquistadores como Francisco de Pizarro, Hernán Cortés, Pedro Valdivia y actuales, quiero contemplar sus cielos, campos y riachuelos...

-Perdone me, que de le interrumpa mi señor, de tierras ya conquistadas y, de sus conquista dores que ni las migajas queden pa este par de aventureros, mas si me cabe de decir de, cobrarme la ínsula prometida.

-Vuestra impaciencia os traiciona, Sancho, si de la nuestra tierra llana y abierta a los cielos, fui armado caballero y que vos sois mi fiel escudero. Yo quiera saber con tu buena compañía, en estas tierras vecinas, que inspiración les llevó a tal cabo, de emprender tales conquistas, sirva se tambien, para que sumes tus buenas filosofías.

-Si, mi señor, que del saber, no ocupa lugares sin ser visto y, que no pague alquileres de ser tan listo.

Adentrando se en la geografía extremeña, sin tener en cuenta el tiempo tardado, Don Quijote montado en su Rocinante, se desprendió de su mal avenida armadura, casco de barbero y lanza de cortavientos, todo al suelo, espoleó a rocín y, con los brazos abiertos, al igual que en "Bailando Con Lobos".
Se adentró entre la arboleda y soto bosque, como queriendo aspirar el aire que acariciaba aquellos montes y llanos de alcornoques, encinares, arroyuelos, en resumidas cuentas barnizar se el alma por dentro y fuera para entender, que les lleva a personas de hacer conquistas por las Americas, que les haga despreciar al hermano Inca, Cherokee y, entre otros tantos como Pies Negros, e incluso hacer la guerra civil entre hermanos. Mientras tanto Sancho se queda en el lugar donde soltó Quijote los aperos.

-¡¡BRISA DE LOS VIENTOS!! ¡¡INPREGNAME DE LOS AROMAS DE ESTAS TIERRAS!! ¡¡QUIERO SER TESTIGO DE TU ENCANTAMIENTO MALEFICIO, PARA DARTE EL ANTIDOTO QUE SALVE A TODOS LOS HERMANOS BIEN NACIDOS!! ¡¡PUES SOY YO, EL CABALLERO ANDANTE QUE ENDERECE TUS CAMINOS!!.

-¡Hay! mi señoor!! ¡¡PARESEEEE QUE ATROPELLE A ALGUIEN!!.
Bien cierto es que en esa misma trayectoria de quinientos metros, había una piara de cerdos de pata negra y, a su cuidado dos campesinos asalariados que derribaban bellotas de las encinas para alimento de estos apreciados cerdos, que salieron espantados estos en todas direcciones, como si el mismísimo San Valentin en ese instante hiciera acto de presencia. Comentaban, reaccionaban estos campesinos.

-¡¿Has visto Gonzalo eso?!

-En la carretera he visto unas cuantas veces hacer el cabra, ¡pero en el campo es la primera vez Anacleto!.


-Y, valla susto que nos ha dao el pirao del caballo.

-¡Mira, que viene de vuelta!.

-¡Este!, ¿no será un rejoneador portugués arruinao?.

-¡Allí hay otro con una borriquilla!.

-Si, se ha parao con el de la borriquilla, vamos ha acercarnos, haber que pasa.

Mientras Sancho intenta explicarle a su señor, el desaguisao que podia haber provocao, que al mismo tiempo los cuidadores se acercaban ha curiosear primero con la debida distancia y, mas de cerca las explicaciones.

-Mi señor, cuando le de visto de correr con los brazos abiertos, pensaba que quería despegar como del ave fenix a la ida y, como no lo conseguía, insistió a la de vuelta, pero los cerdos que les de salían a su paso, estaban mas cerca de conseguirlo con sus orejas.

-Sancho, estos campos, cielos, riachuelos no envilecen las almas, el genoma que rompe los equilibrios del ser humano obedece a los oídos sordos. Mientras cabalgaba mi Rocinante he podido sentir la brisa con un cántico de mensajes de esta nuestra madre naturaleza, que pide cuidemos de ella, como esos pastores cuidan a sus cerdos, dándoles de los mejores alimentos, con el ejercicio sano de los campos, de esta manera este cerdo campechano es bien acogido dentro y fuera de nuestras fronteras, conquistando paladares en los cuatro puntos cardinales.

-Mi señor, ¿los que sean sordos de oídos de tienen de tendencias ha hacer el mal?.

-La sordera voluntaria es causa de males Sancho, si del sabio Ulises, sus soldados hacian oidos sordos a sus consejos, estos se convertían en cerdos, porque para otra cosa no servían y aun los mas pésimos con triquina añadida.

Los cuidadores de cerdos a medida que se acercaban y oían esto, dieron media vuelta ha reagrupar los cerdos, ponerlo en conocimiento al dueño de la finca y posible mente notificarlo al veterinario.

-Espero Sancho, que hoy aprendas lección.

-Si, la de correr como cabra montesa, que ya me la se.

-Mientras cabalgaba de brazos abiertos, de abrir todas mis puertas a la razón, he sentido los aromas del tomillo, del espliego y romero, en estos encinares con su aire fresco, en mi pituitaria nasal, que confirmado con cada uno de los poros de mi piel, es imposible que con este lenguaje de la naturaleza afable y generosa, intoxiquen a semejantes del genero humano, de realizar conquistas, derramamientos de sangre y llenarse los bolsillos con la riqueza ajena.
Pero como la tecnología del móvil es avanzada, quedo se informado el dueño de las tierras, que a su vez la guardia civil de campo tardó 15 minutos en presentarse allí, que viéndolos las pintas, preguntad les de donde son, los invitaron ha que dejaran aquel lugar y se marchasen. Con la misma pinta que los que duermen en el metro, dicen tonterías a las 12 del medio día en cualquier parque, así fueron vistos por esta pareja de la guardia civil, ahorrando se de contarles que debido a su siniestro, provocaban es tres a esta piara de cerdos, incidiendo en la variacion de su rico sabor.

-Mi señor, esos amables señores, se ve de que han comprado el traje en la misma tienda...

-...Sancho, esta sin duda es la ruta de la plata, que con la ruta del oro de Sevilla, hemos echo la intersección de los caminos, que broche lo pondrá el bronce.

-¡Ah! se me de olvidaba del tintero, mi señor, el de Ulises ese, el caballo de Troya ¿lo hicieron bajo la forma de hombres O de cerdos?, lo digo por el cuento de los tres cerditos.

-Sancho, somos los castillos hechos de arena, que hicieron nuestros padres en la orilla de una playa, con manos de inocentes niños, para luego volver ha ser arena.

jueves, 11 de diciembre de 2008

DE CORRIDAS POR LA ANDALUCIA cap 17





Amparándose en la gravedad de las manzanas, como de la misma forma descienden los ríos, estos caballeros andantes se disponen, a seguir el cauce del río guadalquivir, entre la preparada marcha, este caballero, da explicaciones a su fiel escudero.


-Este río guadalimar sin duda, Sancho, nos llevará hasta su padre Guadalquivir, camino de la medina Córdoba y la trianera Sevilla.
-Mi señor, no sabia que los ríos de tendrían de familia numerosa.
-Sancho, todos estos influyentes ríos se reunen con su padre, en este caso el Guadalquivir, allí reciben el cariño, todo depositado y devuelto a su padre, que este, en el colchón de los mares, muy enamorado de su madre, con los sofocones, caricias de las olas y haciendo el amor con el calor del sol, deja preñada a su madre, como el globo de Julio Verne. Mas tarde, donde da, la primera luz del sol, en la cima de las montañas, esta madre cariñosa parirá toda la placenta en aguas, estas criaturas hechas sin carne y hueso, solo oxigeno e hidrógeno, en descenso correrán al corre que te pillo, haciéndose mayores y nuevamente devolverle los cariños a su padre. Por eso os digo, que siguiendo a este hijo, sin duda nos llevará a nuestro destino.


-Cuanto sabéis mi señor.


Siguiendo el cauce derecho de este Guadalimar río, a unos mas que pocos kilómetros, se toparon con una rica huerta (Huerta Casa-blanca). Hortalizas regadas por unas aguas, procedente de una fuente natural en dicha finca, que en otros tiempos, perteneció a un noble romano y mas tarde los omeyas modificaron. Este dueto fueron recibidos con el máximo respeto por la familia que allí moraban.


-¡A las muy buenas tengan ustedes!.
-¡Hooola, caballeros!, ¿Que se les ofrece por estas tierras?
-Mire usted, sin animo de molestarles, nos dirigimos a las tierras de las sevillas y, siguiendo el cauce de este río, creo que vamos por buen camino.
-Si señor, este río les lleva al Guadalquivir y, siguiéndolo hasta Sevilla.


Dieron se cuenta, esta humilde familia de la situación de estos caminantes, que muy a pesar de los aperos de las ropas, despertaban mas nobleza que un traje con corbata. Que recibieron un pan de hogaza, tres tripas de chorizo, una de morcilla y otra de butifarra. Cuando agradecidos se prestaron a iniciar su marcha, uno de aquellos hijos del agricultor, se quedó pensativo viéndolos perderse en el horizonte, preguntándose, aquello a que obedece.


-Mira Sancho, ahí arriba en esa meseta, están diseminadas las ruinas de lo que hoy llaman Castillo de Santa Eufemia, que en otros tiempos mas remotos, el famoso Anibal, aquí contrajo matrimonio con la princesa Himilce.
-¡¿El de los elefantes mi señor?!.
-Si, el mismo que vestía y calzaba, que de estos elefantes aprendidos a esquiar, al cruzar los Alpes, de ahí les venga de trabajar en circos y variedades.


Próximos a la Sevilla, por circunvalaciones, rotondas, avenidas y kansas city.


-Mi señor por aquí se ven muchos chinos mandarinos con aparatos en las manos, que dan de mirar dentro, solo con un ojo, hasta que se cansan y, habrán venido por la ruta de la seda, con una muy buena despensa de mojama seca, pa atletismo de sus muelas sanas.
-Mi fiel escudero, no te niego que la ruta sea la de seda,,, pero Rocinante de pronto, lo observo muy talante, revoltoso y pendenciero, será mejor que me baje, ahora, que estamos en este hermoso parque.
-¡Mi señooor!, a su buen caballo le ha crecido la quinta pierna, que sin dudarlo a, que de buen seguro la culpa, la tiene aquella yegua que agarrada, esta, de su carreta, que le hace señas de cartas, enseñandole el remite con el rabo.


Entre el parque Maria luisa y la plaza España, ciertamente es parada de carretas, con sus correspondientes conductores y ahí que de una de ellas, tirada por una yegua, lo mas torda, por el arte de los instintos equinos, como y forma rápida que se despeinan las marañas de un peine, esta yegua se desprendió de el enganche y demás atalajes, corriendo hacia el encuentro de Rocinante en medio de la plaza España. Que turistas, japoneses y transeúntes allí mismo fijaron su mirada.


-¡Mirele, mirele mi señor!, como monta y remonta con empujes de las ofrecidas posaderas a lo mónaco que le de ofrece la yegua fresca.
-Si, Sancho, he de tranquilizar a su dueño, que con cara de pocos amigos se nos acerca.
-Buen señor de la taximetria equina, este acto del amor hermoso, en medio de la plaza España, epicentro de todas las provincias representa das, origen de un imperio, donde no se ponía el sol ni en madrugada, debeis sentiros orgulloso, pues este mi Rocinante, de pelo gris mas blanqueante, que de mi guia y certificados responden, como atestiguan, que mi Rocín, es del mismo linaje que el caballo alado Pegaso. Pues buen futuro os aguarda, de tener un futuro potrillo O, gemelos para la vuestra carroza taxi que, con su madre yegua sean trianeras.
-De seguro, muy buen taxímetro, por la remetidas, que serán gemelos e diperactivos.
-¡No interrumpáis Sancho!.


Este pobre conductor de carroza, se quedó sin palabras, pensaba en el chiste y la mofa, que sus compañeros de oficio en forma de traca le vendría en tromba. Minutos mas tarde, acabada la media faena de arremetidas, decide la yegua adentrarse en medio del parque Maria luisa, que con la arboleda tropical y sofocos, prestadas sus posaderas a lo monaco normablock, Rocinante se prestaba gustoso y una vez mas...Por casualidades de la vida, otra carrocita de cuatro ruedas y media, subida en ella una duquesa, tirando un gentil caballero, con gafas de sol redondas como las de John Lennon, se toparon con tal espectáculo. La duquesa miraba con cabeza inclinada hacia un lado con 45 grados de ángulo, e hizo un giro manteniendo el ángulo mirando a su caballero, con una mirada que lo dice todo, esa mirada informativa, acumulada por mas de 400 años y, que tuviese ella un centenar de caballos, pero como aquel número, nunca visto y envidiado, por causa de la dureza de la mojada mojama. Acabados los amoríos del romancero Rocinante, regresó al encuentro de estos aventureros.


-Mi señor, acordándome de los elefantes, de circo y de sus de variedades, he pasao mi sombrero entre los chinos mandarinos, que me lan llenao destos euros y he de pensao que nos podemos de ir al barrio Triana, pa tapeo de unas mojamas.
-Sancho, hoy sin duda es el santo de las mojamas...

sábado, 6 de diciembre de 2008

DE AVENTUREROS AL OFICIO DE ACEITUNEROS cap 16






Por el arte de ninguna magia, estos dos aventureros, habiendo cumplido los suplicios que paren las leyes, fueron embarcados en el primer tren de mercancías que salia de los madriles, concretamente en el camarote de cuadras que le sirve a Rocinante y su compañero asno, adheridos a sus pesebres como dos percebes Quijote y Sancho, camino de las Andalucias, pasando primero por despeñaperros.


-¡Sancho! vengo observado a este carruaje como se cimbrea, las ventanillas rejadas, paso de campos, arboledas, van muy de paso como tan veloz de el tiran unos veloces caballos.
-Y, ¿ donde vamos tan de veloces, por desconocidos andurriales?.

-De eso, de sobra sabéis que no es motivo de preocupación, todos los caminos se nos prestan para arreglo de todas las injusticias, del buen hacer de los caballeros.

-Mire mi señor, parece que este carruaje ahora camina mas de despacio, el camino parece curvo, se divisan alta montaña y, pinares, hasta se oye una dulzaina a reventar.

-Es extraño, mi fiel escudero, estos parajes, son parecidos a los, leídos en batallas de moros y cristianos, donde a los perros fueron despeñados.


Pero una grata y sorprendente e inesperada cirugía hecha a la cartografía de este puerto que comunica a andaluces y castellanos, llevará al máximo éxtasis a estos dos valientes aventureros. Los túneles son necesarios.


-Pronto, llegaremos a una posada Sancho, no hay caballos ni yeguas que aguanten tanto trote sin descanso, aprovecharemos para tomar un buen caldo.

-Que razón tenéis mi señor, como algunas veces me de sabéis tranquilizar.


¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHH,,,,DIOOOOOS, APIADATEEE, SE NOS TRAGAAA LA TIERRRA SANCHOOOOOO!!!!!!!... -¡¡¡¡QUE MAL HEMOS ECHOOOO MII SEEEÑOOOOOR!!!...


La respiración de estos aventureros y corazón, si serian motores de explosión, no habría presupuesto para bielas, pistón, culata y camisón. Menos mal que en otras aventuras, habían hecho precalentamiento.


-¡Agua Sancho!.

-¡Agua mi Señor!.


Veinte minutos mirándose fijamente, el uno al otro, buscando una respuesta ambos que les satisfaga.


-¡¿Que pasa con el agua, nos la robaron las entrañas de la tierra?!.

-No lo sé mi señor, quizás algún diablillo bueno de tenia un poco de sed y cogió de prestado el carruaje para coger alguna cantimplora, por que algunas veces de dicen que los rayos del sol tienen de uva, y no salen a superficie, prefieren sacar una mano y meter pa dentro pa ser vise.


-No puedo negar la impronta, el miedo que me es libre, pero por lo sorpresivo, sin el aviso, sin una señal que me prevea una posible puerta a la razón de una salida........pero,

¡Sancho seguimos vivos y eso es lo que vale!.


Media hora mas tarde, este tren de mercancías, paraba en la Estación de Linares Baeza, el jefe de estación, más aburrido y dando vueltas. Porque el ave construido pasa de largo, de Puerto Llano a Córdoba y, esta estación habia caido en desgracia. Cuando se descargaba tan rica y prometedora mercancía, muy a la vista.


-¿De donde vienen ustedes, caballeros?,¡anda!, ¡si vienen con caballo y burro de carga!.

-Perdone usted y mil molestias, pues de seguro que no es casualidad la de poner pie en estas tierras, la necesidad de solventar las desavenencias e injusticias repartidas.

-A bote pronto me habían parecido ustedes rumanos y por la indumentaria, ganado, casi gitanos en busca de un tajo, para la campaña de la aceituna que ahora empieza.

-¡Habéis dicho campaña!, veis Sancho, como los caminos no se hacen por casualidad, son como el cauce sabio de los ríos dibujados en los valles.

-Lleváis una vara muy rara, para derribar las aceitunas en esta nueva campaña y ese traje de chapa, será para vibrar las ramas, jajaaajaa...

-¿De que os reís señor del banderín?, sepáis, que en este largo andar, he combatido con los gigantes y sus molinos, libertado encarcelados.....y.

-Mi señor, mejor será de preguntadle por donde se va a esa campaña, de poned de tierra por medio, antes que salgamos por los cerros de Úbeda.

-Miren ustedes, hablando de Úbeda, allí tienen buena campaña, crucen el río Guadalimar por el puente y a la izquierda cojan el camino que les llevará.


Haciéndoles caso, siguieron el itinerario marcado por este ferroviario jefe, que ya había visto de todo. Quijote y Sancho siguiendo el camino, observarón que todo el trayecto estaba cubierto por olivos.


-Mi señor des tos olivos están sujetas las aceitunas, negrillas como ellas mesmas.

-Sssssssssssiuff,,,callad, callad, no valla ha ser que las despertéis y nosotros al igual que el cigarrón y gorrioncillo caído de su nido, un batallón de mil hormigas hacen un festín, nosotros les sirvamos para un buen cocido.


Dos horas mas tarde, a la izquierda del camino divisarón un pueblo bello como el mismo, en una ladera, sobre el pueblo sobresalia un castillo. Canena, es su nombre y estos caminantes, se apearon para apreciarlo y tomar un tentempié.


-!Mirad Sancho! que hermosura de castillo, se cuenta que una hermosa dama en su torre principal, con su trenzado de pelo negro largo, a la luz de la luna, testigo de los amores ciegos, dejaba dicha dama, llamada Aurelia, caer su largo trenzado, para que su buen amante a través del, se subiría a descubrir lo que le prometerían los cielos.
-Que de preciosidad cuenta mi señor, ¡mire mi señor allí dan comida, en ese "Mesón Pepa".


Después de unos sabrosos, torreznillos, costillas adobadas, choricillo y un buen vino tinto. Como su dueña, de buen corazón y ved los en tales estado, les invitó a dicho almuerzo y, se presentaron a seguir su camino, dándoles las gracias y, a todos los demás vecinos. Al día siguiente después de haber pasado la noche en el albergue ubedense, compartido por marroquíes y senegaleses, Quijote esa noche no pego ojo.


-Mi señor, tengo entendido que debemos reunirnos en dicha plaza, para que nos digan, nos orienten, para empezar esta campaña de la aceituna.
-Sancho, no he dormido nada, he compartido tus ronquidos con los de los negritos, marroquines y no encuentro las diferencias en el sonido, son tan humanos que se prestan juntos en esta batalla de campañas de las aceitunas.



Uno de aquellos encargados de una finca, recogió a una cuadrilla de estos emigrantes y tambien a estos dos fieles compañeros, supuso que al delgado viéndolo con su vara (lanza) y caballo arrugado mas burro de carga, bien le servirían en conjunto para transporte de aceitunas en bancales de montaña, presumiendoles bastante dominio en ese arte. Dispuestas las cuadrillas, cada mochuelo en su olivo, la aceitunas cogidas con una sola mano pican, los vareadores colocados por pareja en cada olivo. Al cabo de dos horas, esta pareja de aventureros aún estaban por el primer olivo, cuando los demás hacían su numero 20.



-Mi señor, esta batalla la venceremos, estoy dándole de palos a estas aceitunas al vacío y al siniestro, que por intenciones no se me quedan.
-Sancho, te aseguro que esta batalla, me es de las mas raras, embisto a cada aceituna, una por una con la punta de mi lanza, como duelo se hacen de ser, dignos caballeros y de alguna de ellas hasta veinte pinchazos, hasta que cae rendida en estos agradecidos mantos, por su resistencia tienen que tener sangre de oro, ricos alimentos tienen estos reinos de las aceitunas, que se defienden con gallardía mas el brillo de su piel uniformada que, como los calamares derramando tinta para no ser apresadas.
-Mi señor, se os va la fuerza por la boca, que yo le doy duro, que al garrotín, que al garrotán.



-¡¡PEEEEROOO!! ¡¿QUEE HAACEEEIS?!
-Usted sin duda es el mariscal de campo, en esta guerra, por los gritos lo describo.
-¡Y, una miércoles a la sombra!, ¡Es que no se han dao cuenta que me han dejao solo los troncos del olivo, rotas todas las ramas!!.
-Señor mariscal de los campos, es que de con todas las intenciones, le hemos dao de duro por que se resistieron con todas la fuerzas agarradas.
-¡Anden, cojan su reata y marchense por donde vinieron, los hay cada unos, trabajaran el alambre solo cuando tienen hambre!!.



-Vallamonos de aquí pronto, Sancho, el mundo lleno está de desagradecidos, busquemos el valle del guadalquivir, que historias aun nos quedan por vivir.
-Eso,eso mi señor, y que forma de vivir...

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