miércoles, 22 de julio de 2009

BARATO Y VA MAS cap 39





Sin dejar la rivera de playa, ya, metidos en costa levantina, con el sol que aprieta y la humedad que no refrigera, dos compañeros inseparables con sus ropas quijanas. Dos equinos, Rocinante y su compañero asno no pasan desapercibidos a los olores de sardinas, difiriendo bastante a los olores de los henos y la paja. Las playas saturadas muy a pesar de la crisis, predominan do la fruta fresca y los generales bocadillos de tortilla de patatas, previamente traídos desde casa.

-Mi señor, mucho les gusta el agua resalada a estas gentes domingueros y entre semanas.

-Sancho, la chispa de la vida está en sazonar la vida sosa en su justa medida.

-Y, me de parece tambien mi señor que, muchos dellos cogen el color del salmón ahumado.

-Acepto que cojan colores pero, los humos los acumulan durante todo el año, Sancho.
En uno de aquellos escasos claros, entre tanta sombrilla y, señoras de la tercera edad en grupos caminando playa arriba, arreglando medio mundo, grupos de señores de la misma edad playa abajo, arreglando la otra mitad. D.Quijote y Sancho deciden parar y darse un descanso en uno de aquellos escasos claros.

-Sancho, hagamos un alto en este camino arenoso apiñado de gentes ligeros de ropa, tan armoniosos, desiguales por los colores de la piel y cinturas radiales.

-Mi señor, bien nos vendría de darnos un remojon, para que las axilas no demanden desodorantes, que estos tufillos que llevamos, van de gratis sin haber pagado peaje.

-Remoja te tu, Sancho, que yo me sentaré a observar a estas gentes, ver que demandan, que les duele, que padecen. Que yo pueda sus males resolverles.

Nada más sentarse en la arena, nuestro estimado caballero oye una voz que se dirige hacia él.

-Massag, massag, buenos dias señol, un massag.

-Apenas, si os entiendo, pero vuestros rasgos asiáticos certifican vuestro mal castellano. Si os explicáis un poco mejor.

Una señora de procedencia China de mediana edad, entre su mal castellano y gestos con las manos, fue entendida por nuestro caballero andante.

-Y, decís que vuestro masaje, me dejará como nuevo. Bien, primero tengo que despojarme de esta armadura.

La chinita bien intencionada, se prestó a ayudar a nuestro caballero a deshacerse de su armadura. Pero, esta armadura, no es una armadura cualquiera, entre nudos de cuerdas, correas de cueros entrelazadas, remaches y demás abolladuras empalmadas, apremiaron una hora bien rematada. Que la chinita se quedó con las manos desguazadas, que mañana volvería y le daria un masaje.

-Como queráis pues, pero somos caminantes y, quizás hayamos partido para mañana...De todas formas, me siento más relajado, más aireado, como las sardinas libres de su lata abriendo las fronteras a la divina brisa del mar.

-No pasaron dos minutos, cuando un africano joven de color, se acerca tambien a nuestro hidalgo.

-¿Gafas Raiban? ¿cinturones Doche Gabana?

-Buen africano, gracias por vuestras ofrendas, pero os seré sincero, tengo un cinturón con tal fama como su inseparable compañera espada y de gafas huso la visera de mi yelmo de mambrino.

El africano al oir esto, siguió su camino. Otra chinita de la misma edad que la primera, se ofrece a dar un masaje.

-Massag, buenos lias, ¿un massag?

-Buenos los tenga usted tambien, pero he quedado en casi palabra, con una compañera de usted para mañana.

Y, así, cinco chinitas más, otros siete africanos por lo menos, con las debidas explicaciones a cada uno por nuestro caballero D.Quijote, con más paciencia que un ciego contando un saco de muelas. Mientras tanto, Sancho revolcando se entre las olas como un cerdo en un charco, decide más tarde salir del agua y contarle a su señor las maravillas del baño.

-Y, después una ola me reman guilló, que no sabia donde estaba el bajar o subir, sin atreverme a dar un paso en ninguna dirección por si bajaba de sopetón.

-Sancho, veo que habéis disfrutado como los niños y sus golosinas. Pero aquí sentado sin moverme, me han ofrecido innumerables regalos y hasta masajes curtidos para este cuerpo delgado, pero como podréis comprobar estoy bien servido y, todos ellos he rechazado. En estas tierras, parece ser que, se tienen costumbres de hacer regalos, que pudieran ir desde la alta bisutería a colecciones de trajes, para más tarde hacer inversiones de capitales en paraísos fiscales, tomando por imbéciles a todos estos ciudadanos.

-Me queréis de decir, que políticos de estas tierras os han visitado mientras yo me daba un baño.

-No Sancho, esa clase de políticos solo se mezclan con estas gentes para pedirles su voto.

-Pero si decís que son ofrendas, los destos africanos y chinos, yo he visto que algunos domingueros a cambio pagaban unos dineros.

-Sancho, aún, así, los finales beneficiarios compartiran la misma mesa y filosofías.

-Queréis decir, los mismos destinos residencia les como vecinos.

-También, se puede decir así, Sancho, pero entre esos con vecinos, los gastos que generen, se harán cargo de pagarlos estas humildes gentes, que forman la verdadera comunidad.

-De osease, que las derramas son como las olas que te arremolinan.

-Sancho, se piensa mejor teniendo los pies en suelo y firme.



martes, 23 de junio de 2009

LA SIRENITA cap 38








Siguiendo la rivera de playa de, este, nuestro querido mediterraneo, los cascos flacos de un caballo y, su compañero jumento, salpicando a cada paso, como los niños hacen con las papillas en su babero. Entrando en playas de Tarragona, refrigerando los equinos sus patas y bien sazonadas, fieles a sus monturas dos caballeros van cogiendo tonos morenos que a un lado izquierdo tienen las caprichosas olas de mar y al derecho un gentío con sus sombrillas, sillas y, demás alfombrillas.

-Cuanta de gente, hay aquí mi señor, que, sus alrededores y capitales las hayan quedado vacías.

-Sancho, no todos presumo tengan crédito, muchos se han de conformar con el orballo de la ducha, la piscina del ayuntamiento y, si me apuras, el río de toda la vida, compartido con las resistentes carpas a los residuos de mercúrios, aceites y demás familiares químicos.

Una avioneta, con su correspondiente banda de propaganda, interrumpe la presumible tranquilidad de esta pareja de viandantes que, chapurrean por aguas refrescantes.

-Mi señor, ese aparato de vuela como los antiguos dragones meneando su larga cola.

-Sancho, verás, sucede que estas gentes, acostumbradas a ver en casa sus videntes aparatos cuadrados, donde las tele bricomanias ejercidas por los adivinadores echadores de cartas y suertes, ahora, estas nobles gentes en su tiempo ocioso, no echen de menos, los parecidos consejos. Para que la vaselina de engrase, a la vuelta del engranaje, este sistema responda,con esos aparatos voladores como dragones, así, recuerdan su memoria.

Un niño enteradillo salta y, dice.

-¡Papa, papa, mira...Son los del anuncio que han cambiado las bicicletas por un caballo y un burro!

-¿Veis, Sancho lo que os decía? hasta los niños han cogido la enfermedad de la tele bricomania.

-Si, mi señor, pero con bicicletas o burros, nosotros estamos haciendo aventuras con el giro y tour por destos mundos las veinticuatro horas del día.

Siguiendo la misma dirección, se encontraron con una playa tranquila, Waikiki por nombre, pocas gentes se veían y todas ellas desnudas, que la primera que avistaron, era una bella dama sobre una roca erosionada en la misma orilla, mirando el horizonte que confunde el color del mar con el cielo.

-¡Mi señor! ¿Veis lo que yo veo?

-¡Por Neptuno que si lo veo Sancho! ¡Una hermosa sirena regalada por la brisa del mar, se presta a contemplar la despedida del sol de este día, con su alegre canto y melodía!

Y, D. Quijote con su escudero se acercan hasta tan semejante imagen idolatrada, haciendo todos los honores ocurrentes que están escritos, más los improvisados por caballero andante frágil y servidor de las buenas causas. Sancho alegraba una vez más las bolillas de los ojos, dejando hacer a su fiel caballero todos los honores que manda el protocolo, tomando el mismo interés en la observacion de los movimientos angulares y gráciles de la presumible sirena que, bajando se estos de sus equinos. Sancho se queda a unos metros custodiando a Rocinante y a su jumento, acercándose D. Quijote y con rodilla clavada en la misma orilla y arena.

-Buenas y encontrados sean los horizontes que anhelan vuestros ojos de sirena, permitid que me presente: Por humilde caballero me tengo y mi nombre Don Quijote de la mancha, acompañado de mi fiel escudero Sancho Panza. No es, nuestra intención molestaros, simplemente satisfacer la curiosidad que, escrita está en los libros y hoy la providencia nos brinda a contemplaros.

-Que cosas más bonitas dice usted caballero, gracias por lo de sirena ¿Nunca vio una mujer desnuda? Por que creo, que usted, ni es Don Quijote por mucha chapa que lleve oxidada, ni yo una sirena. Me parece un viejo verde, con ganas de ligar. Aquí, en esta playa somos transparentes y, no escondemos nada de detrás de la ropa, menos aún de la mente.

-Creo, que me juzgáis mal, hija de Poseidon, princesa de los siete mares, por más desnuda y clara yo tengo el alma. Que os pido y suplico que en este casual encuentro, no nos retengáis 20 años con encantamientos, como al sabio Ulises, desesperando a su Penélope y, yo a mi Dulcinea del Toboso, pues son muchos los caminos torcidos que, enderezar tengo para que me hagáis perder ese tiempo.

No cabe duda, que el ego de esta bella mujer, esa misma tarde le había crecido. Naturalmente, la que confundieron con sirena no estaba sola y, su compañero viendo que esta tenia compañía, se acercó haber que pasaba. Sancho, advirtió tal presencia y aún más grande sorpresa. La bella sirenita viendo acercarse a su novio...

-¡Haberse visto cara dura! ¡encima vacilandome y quedando se conmigo!

-¡Mi señor, de se acerca el sireno con las manos vacías, pero, con el tridente entre las piernas y, por la arena arrastrando!

-¿Que pasa cariño?

-No, nada mi amor, estos señores..., sobre todo este muy gracioso...Les he dicho que esta es una playa para nudistas, que si no toman ejemplo, se marchen y guarden respeto.

-Bueno, señores, oído cocina, o toman ejemplo o mejor sigan su camino.

-¿Quien se atreve a dar ejemplos cívicos a este caballero?

-Mi señor, sigamos nuestro camino y que la providencia salga a encuentro nuestro. Este tritón desescamado nos lo dice muy educado.

-Sí, que no se piense este al que le cuelga el minutero que, siempre las horas le darán toda la razón.

Y, sin mediar más palabra por parte de los nudistas, los famosos caballeros, montan sus jacopacos y siguen su camino. La sirenita protagonista no puede evitar mirar por el rabillo del ojo, alejarse al caballero de la triste figura.

-Mi señor, esta playa de tenia un nombre, así, como guay quiqui y, aunque los sirenos no tengan escamas, la pescadilla siempre muerde la cola.

-Sancho, prevalecer de buenas intenciones es de caballeros, como de intenciones es hacer buena siembra, ya sea en tierra fértil o pedregales.



viernes, 12 de junio de 2009

HACE Y DECAE cap 37







Tras comprobar, que este par de personajes no constaban en tales ficheros y todos los presumibles locos habian fichado por la mañana en dicha localidad y demás España, quedando claro que nadie faltaba. Este jefe de policía decidió que allí encerrados pasaran la noche, que mientras buscarían el lugar exacto de donde según el, este par de locos o personajes extraños, se habian escapado.

-Mi señor, otra vez enrejados.

-Sancho, prendidos, esposados, enjaulados, enclaustrados, que más da. Este es uno de los resultados que, de consecuencias tiene liberar al mundo de su ceguera.

-Lo dice por lo de arreglar entuertos, mi señor que, más le hubiese valido ser estudioso en la universidad, la rama de oftalmologias y, de paso cantar los clavelitos pa enamoramiento de su Dulcinea.

-Sancho, no deja de sorprenderme vuestra frescura de palabras, tan entonadas como relacionadas, de un tiempo acá, en esta universidad que compartimos sin techo desde el alba de aller al de mañana. Cumpliendo un circulo redondo en todos estos amaneceres, para que la luz del sol satisfaga la demanda de todos los rincones, por la penumbra de su ignorancia.

Este policía de grado superior, responsable de la suerte de Don Quijote y Sancho Panza, se le ocurrió una idea redonda, puesto que el era el responsable, tanto que, decidió controlar el asunto de la forma siguiente. Resulta, que esa misma noche actuaban en Barcelona los AC/DC y durante muchos años, el poli había reprimido sus instintos y gustos por el heavy, llevando una vida familiar tradicional más aburrida, que una tortuga lamiéndose su propio caparazón. Decidió y sacó del cuartelillo a estos dos caballeros por una puerta trasera más discreta y, les pidió que por favor, les acompañaran ha ver dicho concierto que, el se hacia cargo de las entradas. Y, así mismo se iban sucediendo los hechos que, llegados al lugar donde se iba a celebrar dicho concierto, antes de bajarse del coche y disponer de las entradas, este jefe de policía se puso una peluca de melena larga y unas gafas de sol. Hecho que no se había atrevido a hacer con sus compañeros y otros conocidos por la forma de vida que había elegido, para ir de conciertos. Una vez dentro del campo de fútbol y concierto.

-Mi señor, que raro de resulta este nuestro mecenas de concierto, que lo mismo ba pa Vigo que pa Valencia, que solo tenga la consonante "V" parecido.

-Sancho, a veces los caminos elegidos en la vida resulten tortuosos. Puede que con nosotros, nuestro obligado compañero, esté viendo la luz que antes el sol, solo, le hacia sombra.

-Bueno, lo de la luz seguro, que estoy viendo un montón de soles que me deslumbran y de más gente que cabe en hormiguero con silbidos incluidos.

Y, empezó el concierto de los AC/DC. Estos curiosos espectadores, estaban cerca del escenario donde sonaba la música a reventar. Con un cubata Don Quijote, Sancho y su acompañante mecenas, este medio poli, medio heavy empezó a saltar y mover la cabeza como un desarmado, rompiendo toda la frustracion y rabia acumulada, tarareando las letras en directo que eran cantadas por Brian Johnson
como vocalista y Angus Young con su guitarra, con el resto de músicos acompañan tes.

-Mi señor, estos de músicos me suenan de algo que, juraría que en las ventas los vimos hace un año. Los sal titos del guitarrista y su traje cito de me suenan muy de cerca. Parece que a su traje cito de niño escolapio le cogió cariño y no se lo quita de encima, ni con aceite hirviendo. Y, el vocalista parece con su gorrilla un tentador de toros andaluz, con mucho chillo en la boca.

-Sancho, he de deciros que ni escolapio y que ni andaluz, son australianos, por que tambien así lo dicen los libros.

-Ya de me parecía a mi lo sospechoso de los sal titos. Costumbre sin duda cogida de los nobles canguritos y, con el vocalista no me habré mucho equivocado que, de su tiempo libre pa ensayo, dedique sus ratos libres al pastoreo y los chillos a tan noble ganado, sean cabras, sean ovejas o vacas en restrojos australianos.

Mientras tanto, el melenudo con sus gafas de sol, se lo pasa pipa, se mueve al compás de todos como una ola cantando las mismas letras.
El vocalista Brian Johnson, nada más percibir se de un señor entrado en años como el, con una armadura (nuestro Don Quijote) se dirigió hacia él invitándolo a subir al escenario, bajando al mismo tiempo el tono de la música, Sancho desde abajo, más ancho que orgulloso y cara de asombro. Y le habla Brian a D. Quijote.

-¡Bravo! ¡bravo! ¡puta madre! ¡you are cojonudo! ¡this fans heavy metalico de pies a cabeza! ¡we are of the la misma quinta y, my congratuleission que will come vestido así....!

En el cuadrilátero del bullicioso público, al unisono de esta manera pedían.

-¡Que cante el quijote! ¡que cante el Quijote!
!que cante el Quijote!...

Animado por la sublime oferta y, con permiso de los principales, Brian Johnson, deja el micrófono a nuestro D. Quijote.

-¡¡Gracias público bullicioso!! ¡¡que aclamáis a tan diestros trovadores en su canto, así, como a sus rimas de acordes y tambores!! ¡¡os atiendo y dispongo!!

SEPAN TODOS USTEDES QUE,

HOY AQUÍ SE HAN CONCENTRADO,

INCLUSO PAGANDO UNOS DINEROS,

UN BUEN NUMERO SE HAN JUNTADO,

MUCHOS CON IDEAS DIFERENTES,

PERO TODOS PAGAMOS AL FISCO,

TRIBUTOS Y DEMÁS INTERESES,

SI UN SOLO DIA, AL MISMO TONO DE VOZ,

PACIFICO SIN GASTARNOS UN DURO,

EN UNA SOLA NACION,

USTEDES MULTIPLICAN EL NÚMERO,

MILLONES EN LA CALLE DICIENDO,

BASTA YA A UN SISTEMA,

DE CUATRO SINVERGUENZAS,

AHORRAREMOS DOLORES DE CABEZAS.

Angus Young, con su guitarra y sal titos distinguidos acompañó a la letra de D. Quijote.
El policía quería subir a darle un abrazo a Brian Johnson y su compañero guitarrista, aludiendo que el, apadrinaba a D. Quijote, pero dos gorilas se lo impidieron. Sancho con lágrimas en los ojos, ve por primera vez, como su caballero es aclamado por varias decenas de miles de personas.
Y, la fiesta siguió, que una vez acabado el concierto, el apadrinador llevó a este par de personajes a las cuadras donde muy cómodamente descansaban Rocinante y su fiel compañero de herraduras, que tras una despedida, decidieron ir haciendo caminos por las playas con dirección a los levantes. Que a eso de medio dia.

-Mi señor, todas esas señoras ligeras de ropa y discretas hecha das sobre la arena como las salchichas a la parrilla, vuelta, vuelta y, listas.

-Toman el sol Sancho para mejorar, un tono de piel y con cremas de cuidado.

-Ah! como el lomo adobado y sabroso. De a propósito ¿Sabe mi señor que yo tambien canturreo un poco?

-Cantad, pues.

"Como una ola es mi Teresa"

"Como una ola que golpea las rocas"

"Si haciendas de ínsulas se vaporan..."

-Sancho, ya estáis con la burra a brincos.

-Mi señor, es un burro dócil y tranquilo.


domingo, 31 de mayo de 2009

KELVINATOR cap 36






Y, entre el devaneo de si era cigüeña o águila, los calores aprietan, con casi 40 grados en los pilares de Cristóbal Colon, la semana se acalora entre mítines políticos para representacion en Europa.
El submarino amarillo de Riosa Diez, como quien cambia de pelo con la misma facilidad que se disfraza mortadelo. Una apuesta fuerte, casi del mismo talonario que apuesta por un club merengue.

-Mi señor, ese empeño vuestro de ir corriendo a las americas espero que sea pasajero, por que habiendo sido Colon el descubridor, toda la gloria y su nombre se la quedo ese Americo, que de su apellido Vespucio le venga lo de avispado y astuto. Digo que arreglemos primero nuestras calles y vecindario como hace aquel buenisimo Alcalde de Marina leda, austero y total que, bien querido.

-Sancho, no os falta razón, tanto tiempo nos han tenido engañados con lo de salvar a la oveja descarriada, de salir todos a su encuentro, cumpliendo las reglas impuestas de las bien guardadas, para manjar del lobo y su camino abierto bien dispuesto.

-Si os fijáis bien mi señor, ahora que esta mas de cerca ese pájaro y, haciendo vuelo en raso os repito que yo veo una cigüeña.

Y, nuestro Don Quijote mira nuevamente hacia riba, con la letal mala suerte, que dicha cigüeña defeca en vuelo y, en dicha altura, cayendo le toda la gracia en la mismísima cara de nuestro hidalgo y caballero.

-¡Hija de puta! ¡tenéis razón Sancho! ¡el espíritu del águila jamás nos enviaría un mensaje de tales maneras!

-Si, mi señor que, esa cigüeña, su mensaje es de diarrea, de cagar en alto como se hace en los campanarios.

El pobre hidalgo y caballero, los tintes del gallo en su frente, le cambiaron como un boquerón enharinado y, quito se las cuatro plumas mal colgadas, asentándose, no sin calentar temperaturas a las tres de la tarde, cuando en dicha rotonda pasaban automoviles con un remolque y gran pancarta con la figura de un señor y una gaviota, con megafonía incluida que dice "Vota a la gaviota para que no te tomen por idiota" ante tal mensaje, reacciona Don Quijote.

-¡Voto a bríos! ¡que de tal gaviota prima de la cigüeña, nos tome por unos primos!

Y, con los ojos vidriosos, rabiosos de la anterior cagada, embiste con su lanza al carro con su cartel anunciador, volcando a este en medio de la circulación, desenganchando a dicho carro del vehículo que lo transportaba.

-¡Hay mi señor! ¡que la habéis tomado como con pajaros de cuidado! pero este es de cara acartonada y no dice ni pío.

-¡Tened cuidado Sancho! estas son las avanzadillas de zapadores con almidones acartonados.

Casualmente, otro carro propagandistico enganchado a su vehículo y megafonías, hace el mismo recorrido, cuyo emblema dice representar a todos los trabaja-dores y cuyo eslogan dice, "Por una Europa de progreso de futuro". A lo que nuestro hidalgo caballero Don Quijote, aún mas cabreado si puede y, con la misma lanza golpea dicho carro, que lo vuelca igual que al primero.

-¡Insensatos! ¡si dejáis esa fresca y roja rosa para regarla en un futuro! ¡A BUEN SEGURO QUE LA ENCONTRAREIS SECA Y MARCHITA!

-Mi señor, esa rosa tambien es de cartón, que ni siente ni padece y, la estáis liando.

Cierto que la estaban liando, interrumpiendo el tráfico, hasta los que tenían facilidad de salida, paraban su coche para ver tal escena de película, por que así lo creían. No tardaron, en venir los mozos de escuadra bien equipados, con sus uniformes hasta los dientes, que empezaron a repartir a diestro y siniestro. Hasta Rocinante se tiro un cuesco y, su compañero asno soltó un par de coces que, según parecía tuvieron que venir refuerzos. El tráfico completa mente colapsado en el lugar, Don Quijote amenaza con su lanza a la calma, pero las venillas de sus ojos rojos como tomates, no dicen lo mismo.

-¡Mi señor! ¡me de dao de cuenta que aquí no se reparten caramelos! ¿Y, si, nos alejamos en un descuido?

-¡Sancho, si, decidimos no hacer las americas y solucionar los entuertos destas tierras!
¡queda os junto a vuestro caballero, como hace todo bien servidor, haciéndose llamar escudero!

Pero las bolas de goma con su velocidad y repetidas fue fácil tumbarlos en el suelo, aún así Don Quijote se arrastraba hacia uno de aquellos blindados mozos de choque, con el sonido característico de su ya desgastada armadura sobre el asfalto y sus ojos rojos ensangrentados, más por la rabia que por el dolor, que en eso tenían callos. Fueron llevados al cuartel y sus rocines a las cuadras, estos últimos disfrutaron de un buen pienso. Y,en el cuartelillo.

-Vamos ha ver, ¿Quien coño sois vosotros?

-Yo, soy Don Quijote de la mancha y, mi fiel escudero quien en mi nombre me acompaña.

-Y, yo Santa Teresa de Jesús...No me toquéis los cojones, ¡encima de la que habéis liado!

-Con permiso, señor gendarme y, de mi señor, si, nosotros somos quien somos y usted Santa Teresita, pa que tenga cojones de me pienso que es un tras-vestido.

-JAAJAAAAAJAAJEEE, JAAAJA, JIIIJJJIIII, JAAAAAAAJA..... ,

Los demás compañeros de este interrogador, no pudieron aguantar la risa. Don Quijote pidió un poco de agua fresca y se la sirvieron, prestando la siguiente declaración.

-Me dá igual si ustedes creen en mi nombre o no y, de quien me acompaña. Dicho de otra manera soy el mensajero del tiempo, testigo de los buenos hace res, soy la frescura de este planeta, como este agua que me servís y refresca mi garganta seca. Vengo anunciaros que las malas educaciones del ambicioso bolsillo, hace subir en grados temperaturas, sucumbiendo las esperanzas verdes de las Dulcineas y hombres buenos.

-Así, que mensajeros del tiempo. Una ficción de Cervantes hecha realidad. ¡Sargento Perez! ¡llama al centro psiquiatrico haber si esta mañana estos dos no han fichado!

-Mi señor, estos de gendarmes nos toman por locos.

-Si, Sancho, tomando el camino recto nos llaman locos, los que se dejan arrastrar por las costumbres de caminos tuerzos y del avaricioso dinero.

sábado, 23 de mayo de 2009

UNA MUY BUENA RESACA cap 35







Y, como la canción de Juaquín Sabina a este par de personajes, en tal fiesta de celebraciones, les dieron las una, las dos y las tres de madrugada. Que incluso fueron invitados a bailar sardanas, hecho muy gracioso y, que la bebida en exceso invita ha decir tonterías.

-Mi señor, que deste baile de sarnada con gusto no pica.

-Sancho, he de corregiros, es sardana, baile de folclore que identifica a estas nobles gentes catalanas.

-Un poco de lento, si que es mi señor.

-Y, con lo que habéis tomado entre bebidas y granja avícolas, ¿Podéis mover vuestro redondo cuerpo al son de un rocanrol?

-Si, será para que nos baje la cena con gracia.

-No, os acordáis, cuando de niños jugabais al corre que te pillo, pues ya habernos todos maduros, quedamos pillados en el laberinto de los diferentes bailes pagando tributos.

Despidieron se, del FC- Barcelona de jugadores y directivos, ofreciéndose estos, a invitarlos nuevamente el próximo año si se proclamasen tri campeones. Y, por el paseo de Las Ramblas pasadas las tres de madrugada, montados en sus pacientes rocines, corrieron otra fantástica suerte al ser acometidos por jóvenes africanas ligeras de ropa y, hasta lo mas parecido a un tanga.

-Señor del caballo, ¿Quiere que juguemos con su lanza?

-Si, os referís a mi, tengo que deciros que esta mi lanza, es solo para resolver entuertos.

A Sancho, no le faltarón tambien sus alagos.

-Baja te de platero y, te hago la borriqueta.

-¿Es que no queréis echar un polvo?...A lo mejor es que son chaperos...

Y, siguieron caminando despacio alejándose de aquel encuentro.

-Mi señor, lo de chapero, al igual lo decían por su armadura, pero lo de querer hacerme la borriqueta, tengo mis dudas si esa frescura que mi Teresa manchega nunca salió a la palestra, o de quería juguetear con mi pollino.

-Sancho, de cualquier manera estas jóvenes de color nos invitaban a otra fiesta y, no tengo ánimos de responder les con un "no" con clase de caballeros, por que aún me hormiguean los ojos por el exceso del cava. Pero si recodáis la aventura que tuvimos en Albacete hace algunos meses, la estructura y coacción de estas jóvenes alejadas de sus tierras están sometidas contra su voluntad. En alguno de los puntos falla este mundo liberal capitalista, que permite esclavos con cadenas invisibles hechas de emociones que aprisionan sus manos, haciendo un cerco de miedo en sus mentes para que los agentes dominantes se salgan con la suya.

Cuando llegaron al final de las Ramblas, exhaustos se sentaron en uno de aquellos bancos, después de amarrar a los equinos a los extremos del mismo, durmiendo los excesos hasta...Que un gallo dio su canto a las diez de la mañana enjaulado que, otra persona sentada frente a ellos allí descansaba.

-Mi señor, cantó el gallo al alba.

-No, Sancho, este gallo está fuera de hora, dándonos el tiempo falso.

Un niño de improviso, se les acercó y depositó un euro en el casco o vacin que curiosamente estaba boca arriba en el suelo al lado de Don Quijote y Sancho, corrió hacia su padre que le acompañaba y, ambos padre e hijo esperaron mirando la reacción de estos aventureros. Don Quijote y Sancho, tambien se quedaron esperando mirando fijamente a aquel padre y a su hijo que después de diez minutos el niño rompe diciendo.

-¡Papá! estos cómicos no hacen nada de nada.

-Perdonen, vuestras mercedes pero, estamos en horas de descanso y, que un gallo desfasado de enfrente vino con su canto retardado.

-Es que, ese gallo no se de entera de la fiesta por estar mal de sincronizado.

Solo bastaron aquellas palabras para hacer reír al padre y su hijo, que se marcharon contentos por la inversión de un euro. Pero el gallo enjaulado que tenían en un banco de enfrente con su presumible dueño, no correría las mejores de las suertes.

-Sancho, en este corto descanso donde estamos sentados, me ha venido a buscar el espíritu guerrero indio Jerónimo, me pide que siendo él, el último guerrero dejando aquella empresa sin acabar, corra a continuar la campaña que él había empezado. Y, lo siento por ese gallo de pelea que , ahora mismo lo quito de en medio para competencias.

Ni corto, ni perezoso Don Quijote se levantó como un rayo anunciando la tormenta, dio una patada a la jaula que, después de desguazada agarro al gallo por el cuello, descabezandolo. Su dueño no daba crédito, que viéndolo tan loco no se atrevió a preguntar que es lo que hacia, por si con el, hacia huso con la espada. Que más asombrado quedaba su escudero Sancho, al verle como se dibujaba su caballero en su cara con sangre del gallo los dibujos de empie de guerra, hizo un haz de plumas sueltas que, se las colocó en su cabeza he invitó a su escudero a embarcarse en el primer puerto. Subieronse a sus rocines corriendo el resto de metros que les quedaba de Ramblas y, Don Quijote se para mirando la estatua de Cristóbal Colon.

-Mi señor, vais a acabar conmigo, que de estando en reposo y tranquilo, rompéis los ánimos como las tormentas en tierra y en el mar los remolinos.

-Sancho, tenemos una misión por ser los hacedores del bien de este mundo, fija os en aquel señor petrificado genovés encima de la columna, fue a descubrir las americas para los españoles para mas tarde esclavizar a sus gentes nativas, pero un avispado Americo Vespucio, dicho continente lleva su nombre.

-Entonces las americas están en la dirección que señala su brazo.

-No, exactamente, este señor descubridor parece ser que lo paso bastante mal, hacia allí esta su ciudad natal Génova.

-De seguro que, tendría muchos lloros y añoraba su casa con los abrazos de su madre.
Pero ese cambio de luck con pintura de guerra y plumas descafeinadas sin laca que, me hace mucha gracia. Y, diga me mi señor, si no hemos arreglao los entuertos de este nuestro país
¿Que vamos de arreglar en un país extraño y lejos?

-Sancho, recuerda la fiebre de los mezquinos, si no se corta la cepa que la produce estamos expuestos en todos los tiempos. Ahora veo que el espíritu del águila blanca, allí arriba, viene hacia nosotros, ha servirnos de guia.

-Ese pájaro, me parece mi señor que es una cigüeña.

-Sancho, solo alcanzamos a ver lo que queremos.


viernes, 8 de mayo de 2009

TRIPLETE cap 34




Tras haber dejado atrás los monegros y un antiguo campo de batalla, donde la bisectriz de sus aguas el Ebro dividía en otros tiempos a familias enfrentadas, más por una voluntad quebrada de ignorancia y su inercia de costumbres largas. Don Quijote y su escudero Sancho se adentran en tierras catalanas, tierras de grandes autopistas de peaje, de grandes artistas, escritores, pintores y hasta deportistas. Estos trotamundos habian recibido ecos de que un hecho importante se había producido por un equipo de deportistas, ganaban tres trofeos, hecho histórico para un equipo de fútbol y pudiera ser para el país que representan.

-¡Mi señor! ¿Que destos campeonisimos tripleros han de echo tres esfuerzos?

-Sancho, más bien yo diría que con un mismo esfuerzo, con la misma templanza y caballerosidad se garantizan los premios, que sumarle pueden todos los que se quieran. Bien sean procedentes de un reinado, nacional o internacional y, si me apremias, todos los demás del universo, pues esa es la esencia de seguir el camino recto.

-Mi señor, de se aglomera mucha gente por destas calles catalanas, yo, a mi pollino mejor lo llevo de reata.

-Bien pensado Sancho, que ante tanta aglomeracion y ruidos no se sobresalten nuestros serviciales dóciles equinos.

-Gran celebración se de presta para estos campeones que visten de rallas azul y granas mi señor. Y todo de dicen de averiguar una pelota en la red, que de antemano se la sortean de aquí pallí, da qui pallá.

En una de aquellas calles, perpendiculares a las Ramblas, les llamó la atención una cierta aglomeración de personas que todas quietas en ruedo, estos caballeros se prestaron a satisfacer su curiosidad.

-Sancho, allí en aquella esquina, algo importante debe ocurrir cuando mucha gente se aglomera. Acercaros, asta allí, yo me haré cargo de vuestro asno mientras tanto.

Y, servicial como de costumbre, se presta Sancho a tal recado que, una vez introducido en ese tal bullicio, observa como un señor con camiseta del barsa tiene una caja de cartón con tres cascos de nuez sorteando una pelotita, que curiosamente Sancho a uno de los espectantes le pregunta que era lo que allí se cocía.

-Buen señor, perdone y mil molestias, destoooo, Que es lo que aquí se despacha?

-Ya veo, que usted, hoy es la primera vez que sale de su pueblo. Mire, estos son los trileros, este juego consiste en averiguar donde está la pelotita entre esos cascos de nueces, apostándose dineros, si lo adivina donde está la dicha pelotíta, pero esta gente tiene unos ganchos para que la gente inocente pique y se le quede la cartera escurrida.

Sancho, con oír la palabra "trileros" a lo demás no prestó atención y, fue presto a dar la noticia a su Señor.

-¡Mi señor! ¡los tripleros! ¡los campeanisimos los de tenemos ahí mesmo con demostraciones de juego!

-¡No perdamos tiempo Sancho! demos nuestras felicitaciones a tan cercanos y de providencia campeones, de tal audacia y camino a seguir con los mejores ejemplos de este equipo bien avenido.

Y, abriéndose paso con el más genuino gesto educado, entre tantas gentes, se acercaron ante este triplero o trilero y, con la reverencia que le caracteriza a este Don Quijote, ve y observa como a un inocente pica facilmente llevándose 20 euros en principio y, al final con el mismo juego de cascos de nueces, (aquí, allí, palante, pa trás, izquierda, derecha) deja entrever donde está la pelotita, que este mismo inocente tan seguro de si mismo apuesta los 100 euros que tenia destinados para la juerga de esa misma noche.

-¡Si, aquí! ¡apuesto 100 euros!

Al levantar el trilero el casco de nuez...Aquel inocente pudo sentir el mismo desconsuelo de un portero que recibe seis goles como seis soles. Y, Don Quijote de la tal escena revienta y dice.

-¡¡Estafadores, ingratos!! ¡¡sois como alguno de esos personajes políticos que se disfrazan de colores de partido solo para llenarse el bolsillo!!

-Diga que si, mi señor, del arte birley-birloque, de osease, birlar.

Treinta segundos fueron suficientes para que el malabarista y sus secuaces desaparecieran entre el bullicio. Pero, otro año más, al otro lado del canal de la mancha, para que rime, por que todos navegamos en este océano de la vida. Un desconsolado capitán del chelsea, Terry, comprende que el golpeo de su bota, la que le hizo fallar un penalti en otra competición anterior, otra bota, de la misma marca, este año en los pies de un manchego, ha tenido el acierto de lanzarla a las redes, para discordia de la araña de la serie de la abeja maya. A cinco minutos de allí, todo el equipo del FC Barcelona montado en su autobús descapotable, con la resonancia de vítores y campeones, en lo que estos dos aventureros con sus rocines se vieron embutidos. Tales eran su perfilado porte que desde el autobús el jugador Iniesta, se quedó asombrado y presumió que se le hacia un homenaje con Don Quijote y Sancho por ser los tres de origen manchego. Iniesta dio las gracias a Guardiola y, tambien al presidente, he invitó a subir al autobús a sus paisanos Quijanos, dándose los correspondientes saludos a los tri campeones como se merecen, saborearon el cava en las tres copas que corrían a corro.

-Puyol, tu dentre pecho y espalda te metes un pollo picantón.

-Jajajajajjajaja, jejejejejejjejje y, tu esta noche te vas ha comer otro Sancho.

-Así, Iniesta que sois manchego, se dice que acariciáis el balón con tales cariños que no se despega de vuestra sombra.

-Eso, dicen Señor Quijote, pero este año hemos demostrado ser más equipo, los méritos son de todos.

-Sabias palabras, de todo un caballero, presumo que tenéis una muy buena escudería...Este cava sabe bien, me lo dicen los rizos de mis bigotes...Y, llevamos caminando un largo trecho que bla,bla,bla, en la fiesta de blas.

jueves, 30 de abril de 2009

FIEBRE MEZQUINA cap 33






Antagónico resulta el asfalto de carretera que, en la refriega de unas herraduras desgastadas, al unísono tableteo de castañuelas en concierto de dos tonos equinos de un caballo desgastado y de un domado jumento, que al compás de sus movimientos de orejas fijan la medida de velocidad que no cortan los vientos. Ligera brisa les peina, a quien acompaña oxidada armadura y albarda, con dirección a Zaragoza, siempre por donde no molestan ni a coches y camiones, guardando todas las distancias entre el mundo de las prisas y la suave caída de la pluma del ave Phoenix.

-Ah! mi señor, que de dolor de riñones, de llevar siempre la mesma postura en deste mi dócil pollino.

-Sentiros orgulloso, pues sois vos quien monta al burro. ¿Sentiríais los mismos dolores si fueses tú quien caminando y sobre tus hombros llevaríais a tan dócil burro?

-Dejemos lo estar así mi señor, que el contrato entre mi animalejo y yo, no se hizo con letra pequeña que, fue testigo el mismo notario que sirvió entre vos y Rocinante.

-Cierto, pero mis quejas no se entretienen en menudencias ni pelos de ombligo y soluciones baratas que no afectan a propio bolsillo.

-¿De que bolsillo habláis, que yo no tenga conocimiento? que, por no tener ni lo tengo lleno ni vacío, solo cuento con vuestro pagaré de boquilla pa cobrarme su de prometida ínsula.

-Sancho, es costumbre de aquellos que de lo que tienen sin ningún esfuerzo, se presten a dar consejos a quienes realmente sudan el pan con el sudor de su frente. Dicho de otra manera, como dicen y hacen algunos Pepes, sería que, el burro después de su caída, este se le apalee o reciba dos patadas, se le pida que rebaje su sueldo, se abarate su despido y se le exija que trabaje hasta que justo al doblar la esquina, la parca impaciente, le espere con su barba blanca.

-Mi señor, entramos en Aragón, de seguro que, el entuerto esta al doblar la esquina. Por destas tierras andurreó Agustina del Cañón, tengo de entendido.

-Sancho, el apellido que le habéis puesto a la tal señora son primos de rima, que de ruidos ya lo hace el cañón.

-Mire mi señor, que del roce con mi humilde pollino, además del cariño, se me haya pegado la parte del borrico.

-Es natural que se manifieste esa parte animal, porque de allí venimos. Un buen consejo en la vida, siempre es bien agradecido, Sancho, la experiencia parió a la ciencia y esta sazonó el pescado, midiendo los tiempos de los relojes de Dalí.

-Ahora, de me pierdo mi señor, desto, de un buen consejo ¿Sería bueno un muy buen consejo en la vida, mi señor?

-Ni preguntar tiene lo que se presume de buenas intenciones Sancho. Pero he de deciros que, existen personas que necesitan doce o más consejos para sobrellevar una vida, son los menos dotados que necesitan esa muletilla para poder caminar por este mundo tortuoso. Esta chapa oxidada y abollada que me cubre, es de privilegiados enfrentarse a las inclemencias de la vida que, de insignificantes tormentas, huracanes y demás necesidades sientan
envidia.

Siguiendo por dicha carretera nacional en la provincia de Zaragoza, decidieron apearse en una zona de descanso, donde almorzaba un camionero en una mesa de madera un bocadillo, mientras su camión cargado de cerdos y sus alientillos, junto a los ecos de orquesta chirrional, a esta pareja le auguraba cierta emoción.

-¡Mire mi señor! ¡una carreta de cerdos hasta la bandera, de por lo menos quinientos! mire que rebonicos y de tienen la misma cara que mi cerdo ricanor que, allá deje en la chiquera manchega.

-Y, de seguro que usan la misma marca de colonia Sancho.

El camionero añade.

-¡Dejen tranquilos a los cerdos que ahí no se les ha perdido nada!

-¿Nos tomas por unos ladrones carretero?

-¡No!, miren ustedes, es que hay una fiebre que según dice la contagian los cerdos, es tan rápida que traspasa las fronteras en cuestión de horas y las personas se contagian.

-¿Queréis decir, que unos cerdos encarcelados, sin voluntad propia como los que lleváis en vuestro ancho carro, nos han declarado la guerra?

-No, miren, es que es complicado, parece que el virus que la produce muta y es difícil de controlar.

-De osea, que de usa traje del camuflaje, quiere de decir, mi señor.

-Viene a ser algo así como, ese capital que se deposita en una determinada marca o firma comercial que tiene fama, para exprimirla y, una vez succionada, parte de ese capital irá en busca de otra firma y así sucesiva mente, cambiándose de traje, de acuerdo con el clima y costumbres autóctonas del habitad.

-Bien aconsejados están ustedes, caballeros.

-Noble caballero, solo el consejo de la humildad llevamos como equipaje. Para tal fin de enfermedades se necesitan, como mínimo doce consejos, en cambio vos lleváis enjaulados a unos inocentes cerdos como los mismísimos que, son conducidos a galeras y os ordeno que, ¡los pongáis en libertad!

-¡Estáis loco! ¡me vais ha buscar la ruina!

Y, como alma que pierde el diablo, dicho camionero salió pitando con sus guarros.
Haciendo amagos de persecución Quijote y Sancho, perdieron de vista al tal carruaje de cerdos como ellos entendían y, curioso momento se produce justo al paso de uno de esos radares, cuando un vehículo saltándose el código de circulación, el armarito metálico fijado en dicha carretera, dio su fogonazo de fotografía, que Sancho advirtió con el rabillo de su ojo, pero su burro hizo un requiebro y dio un estruendo salto que a Sancho lo derribó. Tanta era la rabia que con una vigueta metálica abandonada, daba buena cuenta del tal radar, que lo deja más abollado que el peto metálico de su amo.

-¿Que pasa Sancho, que la emprendes con lo metálico?

-¡Mi señor! ¡en deste armario metálico, uno de esos malos consejos sa mimetizao con el terreno! ¡y, de mi caída fina, le enseño un poco de humildad!

-Cosas veredes Sancho, cosas veredes y, raro instrumento habéis elegido para tal enseñanza.

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