martes, 29 de diciembre de 2009

MAQUILLAJE CIRUJANO cap 45


Olas de viento frío se prestan a despedir otro año, año de puntuales fuertes aguas y nieves, como bajas temperaturas y altas lo fueran en el largo verano. Tras haber pasado D.Quijote la noche de acción de gracias con la única compañía de su inseparable Rocinante, en el pensamiento de este hidalgo no cabían más contradicciones, por un lado quería salir a seguir arreglando las malas suertes, por otro quería permanecer más tiempo en el lugar de hospedaje, planificar cada paso y no sufrir las bajas de moral que se adornan en cualquier batalla, pues entendía que en la vida, para vivirla de contemplaciones y otras musarañas, se sentía muy alejado del formulario de los monjes. Aquella mañana, mediante una coloquial charla con su caballo Rocinante, no llegaron a desacuerdo y, con rodilla en suelo dijo un formulario de palabras muy entrelazadas.

-¡OH! Rocinante viajero,

Infatigable en los caminos,

Voluntario en los senderos,

Agradecido a los vientos,

Peinan la crin de tus cabellos,

Vientos de azahar perfumados,

Vientos de sangre y fuego,

De tu nobleza soy testigo,

De la madre nobleza parido,

Yo, soy hombre agradecido,

Para tal empresa sois cumplido,

Universalmente conocido,

En los tiempos duradero,

Con júbilo jamás envejecido,

Brillante tu luminoso camino,

La estrella que alumbra del cielo,

Te allanan todos los senderos………,

Y, así, un rato largo, tanto que Rocinante en uno de esos mágicos momentos, soltó un palabrerío interrumpiendo la estrofa de D.Quijote.

-¡Menos jabón y más soluciones!

Con gran disimulo, Rocinante mascaba granzones secos de paja, haciéndose el sueco y desconcertando al señor hidalgo que, miraba a su alrededor, no viendo a nadie y con los ojos tensos empezaba a dudar de lo que sus oídos escuchaban

-¿Habéis oído Rocinante? La invisible providencia nos aconseja que salgamos de esta estancia pasajera. Cuatrocientos años dan para muchas arrugas de nuestra piel y, la de nuestros cuerpos se mantienen fiel a sus promesas, simétricas a la de nuestros corazones que laten en palabras haciendo caminos infinitos en todos los tiempos.

De nuevo Rocinante, salta y dice….

-Conocí una yegua en Sevilla que, esta perdió su silla por mi sobrada demanda.

Con razón y cabreo, mirando a todas partes menos al sujeto que parió tal frase y, con su espada en mano, le dio por dar sablazos golpes al vacío, en todas direcciones y, picadas de espada de un lado para otro.

-¡Dad la cara menesteroso! ¡Cuan cobarde sois que os escondéis en la otra dimensión! ¡Mostraros en cuerpo y alma, que dudo tengáis alma, que un cuerpo sin alma no sea digno de mostrar por brumosa fealdad!!!

En esos precisos momentos, aparece Sancho por la puerta de aquella vieja nave y, dirigiéndose al caballero hidalgo.

-¿Qué os pasa mi señor, que os veo tan agitado y danzando como los Ninja en el manejo de la espada?

-¡Sancho! ¡Tened cuidado! ¡Alguien me amenaza sin dar la cara escondido detrás del maquillaje de la otra dimensión!!

-¡Ah! Ahora que dice mi señor, lo del maquillaje y que viene a cuento, en Italia un de político ministro, por abusar de los maquillajes, tanto que quisiere de parecer a un niño y, en el primer juego de tirarse piedras, el ha recebido la primera, expresando todos los cabreos de niño y de mayor. Y, que no muy lejos de allí, dando el padre de todos los curas la misa del gallo picantón, que este papado dijo “dejad que los niños se acerquen a mí”. No siendo hora de jugar a las canicas, saltándose una señora toda indignada la valla para enseñarle el horario escolar.

-¿Tan viaje largo habéis echo Sancho?

-Como bien sabéis las noticias, van bien aceleradas, pero sin irse más lejos, y en estas fechas señaladas, los Belenes estaban rejuvenecidos y maquillados, tanto que la figurita del rey Baltasar, en vez de dar regalos recibe el premio de la paz, y sus compañeros Malechor y Basaltar tienen la guerra emprendida con el máximo accionista de Papa Noel.

-Bien Sancho, algo me dice que debemos partir, hay mucho desarreglo y cobarde suelto que no se brinda a dar la cara, vayamos a su encuentro. La fortuna no ha de esperar en estas cuatro paredes, prepara tu rucio con despensa incluida, mientras yo saco brillo a mi modesta y singular armadura, única bandera que en el mundo se adelanta y representa.

-A pasear tocan.

Otra vez, Rocinante hace de las suyas……..


miércoles, 9 de diciembre de 2009

MOMENTO GRAFFITERO cap 44



Después de la despedida de aquella familia de cales, D.Quijote con cierto nerviosismo entiende y comprende que se repiten los caminos en planes de el año anterior, sin haber resuelto, siendo todo aún con más descontento.

-¡Sancho! ¡Las aventuras de las aceitunas bien salimos escaldados que, aquel mariscal de campo, su ascenso, de muy seguro que lo hizo de chusquero!

-Mi señor, que eso de los estudios para las de batallas desta vida, que de estudiar se quiten las ganas, cuando la elección se hace a dedo. Fíjese que, en política los elegidos se hacen de puertas para dentro, cuando de millones de peregrinos feligreses depositan su voto en un encajonado rajado.
-¡Tengo que expresar esta circunstancia que como un rayo me atraviesa Sancho!

-Si, mi señor exprésese, pero sin que se estrelle, que el ave de pasa muy cerca de estos aposentos y con todas sus velocidades, previniendo un seguro y fijo de hierro camino. De cambiando de conversación, en estos tiempos en que me hayo en paro y como le dije, estoy practicando el baile coreográfico para irme de gira con Lady Gaga. Me he traído este aparato con mucha magia de la buena que, apretándole una tecla aparecen todas las voces encerradas y seleccionadas.

Y, efectivamente Sancho, había traído una vieja radio con porta CD, en el que incluía la música que estaba ensayando en su particular coreografía. Encendido el aparato a Sancho le cambia la mirada, hace el mismo gesto de Gardel con el tango, empieza a moverse despacio al son de la música de Lady Gaga, gestea con los brazos, con las piernas, pero con la redondez de su barriga rompe algo más que el hechizo del momento. D.Quijote rompe y estalla dirigiéndose a las escasas brasas de la hoguera en aquella vieja nave. Coge varios tizones y se dirige a la pared amarillenta de ese cobertizo y entre murmuraciones, pamplinas, tomando dicha pared como si de un lienzo se tratase, D.Quijote empezó a dar tizonadas en todos los sentidos, también usaba las manos para suavizar tonos de la figura que solo en su mente él veía.

-¡Sancho! ¡Veo que en vuestra infancia abusasteis del juego de la peonza! -Lleváis girando veintisiete vueltas como los molinos de estas tierras.

-Mi señor, es que como los molinos, de resulto muy ecológico, que bien me lo agradecerá la capa de ozono. Que ahora que lo pienso usted mi señor, en su juventud de tuvo que ser piconero, por que mueve y alienta los tizones con la gran maestría de los carboneros.

-¡No! ¡Sancho! ¡Y, estáis equivocado! La madre naturaleza que es sabia, nos abastece como hijos necesitados, para crear aquella obra que habita en nuestra mente. Son nobles pinceladas, como noble es la obra que pinto y represento. Las tizonadas, los carboneros, obedecen a otros gremios que, sin duda hagan matrimonios con su nobleza. Pero os repito que vuestro baile, sin querer aburriros, todas sus noblezas presumo quedaran solteras. Por que vuestra música coge la dirección de los caminos olímpicos y, vos mi escudero, la dirección del gallo veleta.

-¡Pues que sepa mi señor!!! ¡Que el gallo veleta nos avisa de los vientos, con todas sus sabias direcciones!!!!

-Cierto Sancho, que, también nos avisen de los adornados relámpagos antes de las tormentas.

-¡Y, ¿Qué pintáis mi señor?

-Pinto un compendio de notas musicales, las notas de muchos políticos, que anestesian nuestras mentes cada cuatro años, de esa eclosión dibujo el ave que nos embruja, anula voluntades y, como bien veis, lo hago con toda la nobleza, respetando al animal que forma una cadena en nuestro habitad.

-En estas fechas, más le valdría haberse de inspirado en el ave del día de acción de gracias, mi señor pintor.

Hubo momentos, en los que no se sabía si, la música provenía de la radio CD de Sancho o del graffiti de D.Quijote.

viernes, 27 de noviembre de 2009

EL HABITO NO HACE AL LOCO cap 43






Tras una noche fría y larga de tecleo de un piano figurado, nuestro caballero hidalgo se encuentra acompañado por una familia de gitanos que al parecer, tenían por costumbre de alojarse en aquella nave abandonada y vieja para pasar el frío invierno, después de haber correteado parte de España en las vendimias, recolección de patatas, fresas y otras frutas frescas. Una vieja furgoneta ligeramente acomodada, herramienta de esta familia de un matrimonio patriarcal de una cincuentena de años cada uno, con sus dos hijas y sus correspondientes maridos. Sumándole cinco nietos a estos patriarcales abuelos. D. Quijote al verse invadido aquel espacio, siente curiosidad y pregunta.

-Bien venidos sean a esta morada espaciosa, grande familia de singular niños, padres y escudería que dan nombre los abuelos. ¿Y, qué les trae por aquí?

-¿Y, Quien eres tú payo? ¿Que haces aquí en nuestro albergue de invierno?

-Yo soy, el caballero de la triste figura, el resolvedor de todos los entuertos encontrados que, la divina providencia pone en mi camino. Estoy en estas guarnecidas paredes compartiendo vecindad con una banda de palomas que, se marchó esta mañana y, sin previo aviso presumo, de una leve despedida. Ellas no me confesaron que este singular albergue ya, tenía sus inquilinos.

Esta forma de hablar, hizo que nuestro caballero andante se hubiese rodeado y con interés de toda esta grande familia que, en toda la vida de esta consanguinidad de generaciones, jamás les habían hablado con tal respeto alocado. Dicho sea de paso que haya un dicho hipérbole “más vivo que un gitano”

-¿Aquel caballo delgao es tuyo? ¿Y, cuando pensaba marcharse deste lugar?

-Ciertamente es mío, su delgadez obedece a las tristezas y alegrías compartidas, no están hechos los caminos de rosas, del cielo cae lluvia y granizo, el sol en su estación preferida calienta nuestros huesos, quemando nuestra piel al descubierto, los calabozos también se prestan como albergues no deseados. Decís de mi marcha, eso solo lo sabe el reloj que marca la hora de mi fortuna.

-Que tiene usted razón, que asines son nuestros caminos. ¡Neneeee!!!!! ¡deja tranquilo al pobre caballooooo que te va a dar una pataaa!!!

Los integrantes de dicha familia, de la sorpresa y entusiasmo pasaron al exceso de confianza, haciendo acopio del dominio de la superficie de aquella vieja nave, tanto que uno de aquellos gitanillos con una vara le dio por pinchar a Rocinante en su bajo vientre. Rocinante con la sabiduría de un maestro, acercósele su hocico al oído del gitanillo, y con voz baja muy clarita.

-Enano, date con esa vara en los huevecillos y verás como te crecen………

-¡Glup!!

El gitanillo, muy sorprendido no dio ningún crédito y, miró a su alrededor para ver si cerca había alguien más. A esa distancia, ni siquiera sus tíos y primos, hermanos era imposible que alguno de ellos, se haya pronunciado con aquel acento llano castellano.

Aquel niño, más que una coz, recibió una lección, tiempo le llevará cambiar el semblante de su cara. Corrió al encuentro de sus otros primos y hermanos forzando una risa para encubrir tal misterio. Mientras tanto los demás hicieron un hermoso fuego que poco a poco se fueron arrimando a el, acomodándose en unas sillas y, el resto en piedras. Todos escuchaban a D. Quijote, que en pié, narraba algunas de aquellas aventuras tiempos atrás, pero más que sus aventuras con Sancho, era su forma de contarlas y con el respeto que lo hacia a tan gratos contertulios. Uno de los yernos de patriarca gitano, se hizo el remolón y, encendiéndose un cigarrillo se puso en pié y allí donde horas antes había fijado su mirada, se acercó como el que no quiere la cosa, en un rincón estaban las armas oxidadas y armadura magullada de nuestro hidalgo. Más por el valor de su antigüedad que de su peso, este gitano había echo sus cálculos financieros en el rastro de Madrid y disponiéndose a coger lo que no es suyo, una vez más Rocinante acompañado en su montura, un conjunto de palomas superpuestas sobre si, aparentando una figura humana, caballo y jinete figurado se acercan sigilosos al presunto delincuente. Y, una vez más Rocinante.

-Pissssssssss, oye tú, ¡pero hombre! ¿Vas a vaciar a ese pobre hombre productivo, como hacen las empresas con los eres a sus trabajadores con su sueldo digno, para contratar a una mitad o tercio de jóvenes empleados con derechos a la baja?

Nada más decir esto Rocinante, las palomas en orden se fueron marchando deshaciendo la figura humana que hacia de jinete.

¡AH! ¡Perdone usted! Es que me gustan las antideguades, y ¡Eh!

Al ver tal fenómeno, las palpitaciones del adulto gitano hicieron que se tragara el cigarro y empezara a toser con tos carrasposa hasta que expulsó lo que fue un cigarro, dirigiéndose a la tertulia del hidalgo caballero, que disfrutaba como un enano contando sus aventuras. A todo esto que vino Sancho al lugar, ya entrada bien la noche.

-A la paz con todos ustedes, buena compañía tiene mi señor.

-Honorable familia es la que hoy me acompaña, ¿Qué buenas traes Sancho?

-Que el trabajo esta muy mal, que no puedo pagarme mis clases de baile y, he de pensado que podríamos ir a las recolecciones de las aceitunas, que bien nos vendrá.

-Cierto que tendríamos que probar fortuna una vez más, ahora me hayo distraído con esta numerosa familia, contándoles algunas de nuestras experiencias aventureras.

El patriarca de repente se acordó que en aquellas tierras andaluzas tenia parientes y, que bien les vendría buscar algún tajo de aceituna. Con lo cual decidió recoger y salir zumbando. El nieto gitanillo, el del percance insólito se abrazó al cuello de su abuelo comiéndoselo a besos. El yerno, el admirador de las antiguallas le dio por cantar una seguidilla bien acentuada. Fueron despedidos a la buena fortuna y, Nuestros caballeros quedaban haciendo planes de economía, Rocinante rumiaba algo de paja.

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viernes, 13 de noviembre de 2009

ESCRITURA GRAVE cap 42








En una vieja nave y palomar, se había alojado nuestro hidalgo caballero, su nueva estancia por el momento. De muebles un colchón de paja, una mesa vieja barroca carcomida y, de compañera una silla. Con un brasero de carbón vegetal, que, el buen escudero Sancho le había procurado, más si cabe decir otro regalo que, le llevó. Un ordenador portátil que a su mujer le había tocado por puntos en el Carrefour.

-¿Que tal en su nueva estancia, mi señor?

-No me quejo Sancho, pero como bien sabes, de esta estancia yo, no soy propietario. Futuro incierto tengo como esas palomas suspendidas, en esos tirantes, a la espera de que sean devoradas por viles comadrejas.

-Mire lo que le traigo, que de me creo que le saque buen provecho, por que, aunque barato este piano, lo sea porque le falte su cola.

-Sancho veamos tal instrumento musical que, aunque se vea escaso en menudencias, sus principales notas hablaran a los ruiseñores, pidiéndoles las mejores disculpas si por tales oníricos sonidos se sintieran humillados.

-Ya, de le veo muy puesto en partituras que, de impaciencia estoy a rebosar.

Y, disponiendo sobre la vieja mesa el portátil ordenador como un libro abierto y sus teclas muy a la vista, D.Quijote se sienta en la mesa ejercitando los dedos como los deportistas en competición.


-¡Mirad Sancho! siguiendo este abecedario en el teclado, pondré nombre a la historia que quisiere contar o denunciar, que de seguro un entonado sonido musical acompañara.

-Pues, toque ya, que mis oídos ansiosos están de ser testigos deste piano sin cola.

La configuración de este portátil desarrollaba un tono musical en cada una de sus teclas, que lo primero que le vino en mente fue, siguiendo cada letra de los nombres de personas mas queridas y, después con los malvados enemigos. Al principio la música sonaba de lo más suave, más tarde resultaba roncona y decaída, hasta que se acabo la pila.

-Ya no suena mi señor.

-¿Que decís? yo, aún la oigo.

Tecleando sin descanso, con su música aparte, en su mundo particular y de todos.

-Sancho, hasta los sordos crean música ¿Como podéis decir que no oís?

-Ese aparatejo moderno, que no suena y bien limpios tengo los oídos.

-¡Mirad esas palomas allí arriba! ¡Que atentas y dispuestas!

-Si, atentas, si se le escapa algo del zurrón y, dispuestas a planear en vuelo para llenar el buche. Bien, me marcho mi señor, que tengo clases de baile particulares para mi curriculum devitae, aprovechando este tiempo de parado.

Don Quijote, siguió tecleando sin descanso, todos los nombres conocidos, desconocidos, haciendo frases con historias bien acabadas e inacabadas, escuchando su propia música, la que en su memoria cada letra le decía, dibujando las mil batallas hasta el amanecer. Minutos más tarde aquellas quinientas y pico palomas que pasaron su noche en aquella nave, dispusieron su vuelo en una dirección magnética de su inteligible gps, haciendo su vuelo sobre una autovia por la cual un coche de gran cilindrada había sobrepasado el doble de la velocidad permitida. Ese coche era el único que circulaba y, como aviones las palomas descendieron su vuelo para cruzarse en un punto con el loco conductor, que todas defecaron a escasos metros sobre su parabrisas, desconcertando al piloto, impidiéndole reaccionar con un giro inesperado de su volante, dando trece vueltas de campana. En la prensa aparece un articulo "Alcalde muere en accidente de tráfico" casualmente se había dado orden desde la fiscalía nacional, de su detención por malversación, cohecho y fuga de capitales a paraísos fiscales.
D.Quijote seguía tecleando partitura.

-He de conseguir la solución, melodía que dé descanso y paz en la tierra, como esas palomas que fueron a buscar su ramo de olivo..........Tras la caida del muro, de ambos lados se aunaron las mentiras, las verdades quedaron aletargadas.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

400 AÑOS DE PERDÓN cap 41



Como una estatua de bronce, de la que no ve pasar el tiempo, sin que le afecten las inclemencias del tiempo, por que no pasa de moda. Nuestro D. Quijote, sentado en su solar, acompañado de su inseparable Rocinante y, el galgo mas contento de todos los canes del momento. Ignorando que algunos gurteles estan al descubierto, más si cabe, otros que dicense llamarse pogres, tambien cogieron costumbres de gurtelanos. El verano se ha hecho largo, los traunsentes más preocupados por su bolsillo, apenas advirtierón que D.Quijote se habia quedado sin techo, pero que más dá si se habia dedicado ha ser un trotamundos, junto a su escudero Sancho. Se habia prometido salvar al mundo de las injustas causas, resolver los entuertos que a su paso pusiera la divina providencia, ser honorable a la simpar Dulcinea. Un cierto dia de madrugada, una constructora le invitó a abandonar dicho solar, que iban ha hacer los agujeros para cimientos y aparcamientos, que aquella finca ya no le pertenecía. La policia local al servicio del Alcalde, presenciaba de cerca la actitud de D.Quijote.

-Rocinante, alejemonos de aquí, en nuestro pensamiento y zapatos escasos, está todo nuestro mobiliario, ligeros de equipaje busquemos el centro de gravedad para que no nos disipe el aire.

Sancho, cada dia le visitaba y, algo le llevaba para comer, ese dia un bocadillo de mortadela con aceitunas. Y, al pie de un alamo negro, en pie estaba nuestro D. Quijote hablando con las ramas y pajarillos que este árbol alvergaba.

-Oh! nobles pajarillos revoltosos que gritais con vuestros canticos de felicidad, que la naturaleza se os muestra generosa y formais parte de esta partitura músical!!. Se me tome a mi por loco, por no caberme entre pecho y espalda este viejo corazón!!.

-Entre de pecho y espalda te vas a meter este bocata de mortadela de la buena, que es hora de descanso en este teatro de los libres albedrios.

-Sancho, como siempre, desentonas la partitura al unisono de las confabuladas estrofas.

-Ah, de propósito mi señor, me estoy de proponiendo adelgazar unos kilejos. Quiero intentar como medio de vida, aprender de bailarín y formar parte en la coredeografia de Lady Gaga, ya que esa insula se quedó de muy cuesta arriba.

-Sancho, no conozco a esa señora o señorita, pero no deberias renunciar a lo prometido, en mi fé, en mi vida doy palabra de caballero.

-Mi señor, tengo que deciros, que en este pueblo que os vió nacer, y con mucho dolor decirolo, os tienen por loco.

-Sancho, tu y yo hemos viajado mucho, en muchos lugares, en muchos pueblos y ciudades. ¿Observasteis que en cada lugar deambulaba algúno, que suelen llamar loco?

-Si, alguno de recuerdo en esos caminos y de callejuelas.

-Pues, que sepais que, llamarlos locos por que hablen solos, solo es un sintoma de que estan sobrados de palabras y necesitan repartirlas como rosas perfumadas. Darle gracias a la naturaleza y sus seres vivos como yo hace un momento hacia con estos pajarillos.

-Si, mi señor, pero en este mundo hay pajarillos, pajaros y pajarones, que de estos últimos con sus artimañas, su casa, se la han desvalijado hasta los cimientos. Como ese Alcalde gurtelano o gominado urbanita con relojes, trajes elegantes y laboriosos. Llevando toda su riqueza a paraisos fiscales.

-Sancho, de cristianos van por la vida, pero sin embargo, invierten sus dineros en paraisos terrenales, esa sea la verdadera fe que les mueve o quererse asegurar el cielo y la tierra, apuñalando a ambos lados de las fronteras.

-Mi señor! fijaos en esas avecillas que acaban de pararse en esa rama, la una no para de moverse como si acabara de salir de una cabina de telefonia y la otra, ¿Os suena ese suave canto hilado?

-Sancho, de palabras estamos hechos, nuestras carnes, ropas, nuestros versos y sufrimientos. Estos buenos pajarillos vienen a saludarnos, que sepas que durante su tiempo aquí en la tierra, ellos nos han estado cuidando. ¡Mira que felices se les ve contemplandonos!

-Bien mi señor, tomese este bocata.

-¿Que me habeis traido hoy?

-De mortadela....

-Sancho en dos meses, te has mantenido fiel a la mortadela.

-A caballo regalado, no le mires el diente.

Rocinante, se les quedó mirando dejando de mascar granzos.

sábado, 15 de agosto de 2009

DE VUELTAA CASA cap 40





Como perdidos en el espacio, como saturados andadores del ancho campo, el dúo anémico, sin haber resuelto ningún entuerto, deciden volver a la suya tierra que, les vio nacer. La distancia que aún les separaba del lugar desde donde se encontraban, hasta su aldea, no les fue menos dificultoso, el atravesarlo entre caminos, autopistas, jarales y, sus vecinos pinares abrasados por la mala educación de esta nuestra inquilina población.

-Mi señor, el decir que estamos más quemados que la pipa un indio, caerá en deshuso por ganarle en carreras estos pinares y laderas.

-Sancho, la naturaleza en esta tierra es un circuito cerrado, sola se regenera, pero los que se encierran en una botella, se embuten como los chorizos, acortan las alas a la frágil inteligencia. En cambio nosotros si, nos quemamos, dicha quemadura, dejará su huella de cualesquiera de las maneras, cicatriz física o mella en nuestro privilegia do pensamiento.

Es evidente, que estos andantes, en esos trayectos reponían calorías en algunos melocotoneros y melonares. Si con ropas limpias salieron de sus hogares a la buena ventura, la vuelta a casa, una grande diferencia con preliminares. La ropa de Sancho había perdido su color, desgastadas y como roídas de los ratones, hacían juego con un mosaico de lamparones. Su barba de cinco días mal afeitada, con polvo y tierra invitaba a sembrar una cosecha de patatas.
Metidos ya en la provincia de Ciudad Real, acercándose a su comarca y, vuelta de su destino. Una mujer con mucha entereza, Teresa, la paciente mujer de Sancho con una hija casadera y, otro hijo Sanchico, pierdepueblos como su padre. Teresa, Sueña con comprarse una lavadora NEW POL
va en serio, de clase energética A, con las presumibles riquezas que traería su marido de tales aventuras. La pobre mujer que, se quedo en su humilde casa de la aldea, lavando los trapos sucios de algunos vecinos pudientes en una tabla de lavar en el pilar de la vieja fuente, frota que te frota, tambien al cuidado de un cerdo que con cariño le llamaban ricanor, cuatro gallinas ponedoras y siete conejos de crianza, como medio de subsistencia o economía domestica.

-¡Ay! mi señor, que ya diviso mi casa, mi hogar y tranquilidad. Con mucha pena de no traerle presentes a mi mujer e hijos, porque, en este nuestro viaje todo ha sido una desdicha.

-Sancho, no perdáis los ánimos, siempre en cualquier lugar puede saltar la liebre.

-¡Eh! ¡mi señor, no me habléis de saltos, que sin haber trabajado en un circo, tengo las practicas aprobadas y, de confirmar en pergamino con su sello el sipcotecnico!.

Y, acercándose estos lugareños intrépidos a casa de Sancho propiamente dicho y comentado, la hija que a unas decenas de metros observa como se acercan y los contempla.

-¡Mama! ¡mama! se acercan dos gitanos.

-Que raro, a estas horas del dia con estos calores y, estando todos en rastrillos y mercados.
Asomara se, la pobre mujer a contemplar lo que la ignorancia demanda. Esta era su sorpresa, no quería ver, ni siquiera creerse a quien pudo finalmente ver.

-¡Dichosos los ojos que contemplan a mi hija y, a mi queridísima Teresa.

-¡Dichosos tienen que ser, para que aún con esas fachas yo te pueda reconocer, pero mas me cave adivinar que a mi el frotar no se va acabar!

Y, Sancho se echó a llorar como un descosido, entendiendo que de aquella inversión en aventuras, ni ínsulas, ni migajas trajo a esta humilde casa. La patente de la desgracia es vieja y rastrera.

-Perdone mi intromisión buena señora, pero siempre hay un mañana por descifrar, una semilla amarillenta y seca, retorna en hermosa esperanza verde.

-¡Si! ¡pues a mi parecer esas semillas danzarinas han estado todo un año dando saltos sin poner los pies en la tierra!

-Bueno, señora muchas explicaciones y arrumacos tendría que daros vuestro marido Sancho, marcho a mi hogar, que allí me esperan la Ama y sobrina, ¡nos vemos Sancho!

Dispuesto el hidalgo caballero D. Quijote se dirigía hacia su noble hogar, desconociendo la suerte que le aguardaba, que el galgo pulgoso minutos más tarde le iba a revelar. Y, ciertamente en el lugar donde tendría que estar la noble casa, solo era un solar limpio de polvo y paja, allí aguardaba el galgo pulgoso dando vueltas en dicho solar que se alegró mucho de ver a su dueño acompañado de las carantoñas y su protocolo. Rocinante miraba extraño ese lugar, de su cuadra, solo quedaban los cimientos.

-Mi querido pulgoso, mi velocímetro destos restrojos y enemigo de las liebres saltarinas,
¿Decidme? ¿que ha pasado aquí? ¿donde está mi Sobrina y Ama? y esta casa que parece que la han arrancado de cuajo?

Pero, aquel viejo galgo poco podía explicar, solo mostrar alegría y cariño a su dueño. Se da la circunstancia Que el párroco de la villa es del opus dei y muy convencidos Ama y sobrina de que su tío está loco y que no tienen nada que hacer con el, al párroco se le ocurrió la idea de que podían meterse ellas a monjas clarisas, en la confección de mazapanes hasta el final de sus días. El alcalde del lugar que, al mismo tiempo tenia una constructora, promotora, inmobiliaria y tambien es el máximo accionista. Mediante un nuevo plan urbanístico aprobado, había decidido construir en ese mismo solar un gran bloque de pisos, mediante una cesión de firma por la sobrina, subrayando por todas las autoridades que D. Quijote estaba loco...Negocio redondo.

-Rocinante, como conoces tu rincón de descanso que, por encantamiento el mismísimo cielo nos ha robado nuestro humilde techo, que las penas se van sumando al abrigo de las escasas alegrías...

Y, sentado en cuclillas nuestro hidalgo caballero, apoyandose su cabeza en su viejo lanzón, con mirada perdida al horizonte acariciando al mismo tiempo al agradecido galgo que parecía ser el más optimista.

miércoles, 22 de julio de 2009

BARATO Y VA MAS cap 39





Sin dejar la rivera de playa, ya, metidos en costa levantina, con el sol que aprieta y la humedad que no refrigera, dos compañeros inseparables con sus ropas quijanas. Dos equinos, Rocinante y su compañero asno no pasan desapercibidos a los olores de sardinas, difiriendo bastante a los olores de los henos y la paja. Las playas saturadas muy a pesar de la crisis, predominan do la fruta fresca y los generales bocadillos de tortilla de patatas, previamente traídos desde casa.

-Mi señor, mucho les gusta el agua resalada a estas gentes domingueros y entre semanas.

-Sancho, la chispa de la vida está en sazonar la vida sosa en su justa medida.

-Y, me de parece tambien mi señor que, muchos dellos cogen el color del salmón ahumado.

-Acepto que cojan colores pero, los humos los acumulan durante todo el año, Sancho.
En uno de aquellos escasos claros, entre tanta sombrilla y, señoras de la tercera edad en grupos caminando playa arriba, arreglando medio mundo, grupos de señores de la misma edad playa abajo, arreglando la otra mitad. D.Quijote y Sancho deciden parar y darse un descanso en uno de aquellos escasos claros.

-Sancho, hagamos un alto en este camino arenoso apiñado de gentes ligeros de ropa, tan armoniosos, desiguales por los colores de la piel y cinturas radiales.

-Mi señor, bien nos vendría de darnos un remojon, para que las axilas no demanden desodorantes, que estos tufillos que llevamos, van de gratis sin haber pagado peaje.

-Remoja te tu, Sancho, que yo me sentaré a observar a estas gentes, ver que demandan, que les duele, que padecen. Que yo pueda sus males resolverles.

Nada más sentarse en la arena, nuestro estimado caballero oye una voz que se dirige hacia él.

-Massag, massag, buenos dias señol, un massag.

-Apenas, si os entiendo, pero vuestros rasgos asiáticos certifican vuestro mal castellano. Si os explicáis un poco mejor.

Una señora de procedencia China de mediana edad, entre su mal castellano y gestos con las manos, fue entendida por nuestro caballero andante.

-Y, decís que vuestro masaje, me dejará como nuevo. Bien, primero tengo que despojarme de esta armadura.

La chinita bien intencionada, se prestó a ayudar a nuestro caballero a deshacerse de su armadura. Pero, esta armadura, no es una armadura cualquiera, entre nudos de cuerdas, correas de cueros entrelazadas, remaches y demás abolladuras empalmadas, apremiaron una hora bien rematada. Que la chinita se quedó con las manos desguazadas, que mañana volvería y le daria un masaje.

-Como queráis pues, pero somos caminantes y, quizás hayamos partido para mañana...De todas formas, me siento más relajado, más aireado, como las sardinas libres de su lata abriendo las fronteras a la divina brisa del mar.

-No pasaron dos minutos, cuando un africano joven de color, se acerca tambien a nuestro hidalgo.

-¿Gafas Raiban? ¿cinturones Doche Gabana?

-Buen africano, gracias por vuestras ofrendas, pero os seré sincero, tengo un cinturón con tal fama como su inseparable compañera espada y de gafas huso la visera de mi yelmo de mambrino.

El africano al oir esto, siguió su camino. Otra chinita de la misma edad que la primera, se ofrece a dar un masaje.

-Massag, buenos lias, ¿un massag?

-Buenos los tenga usted tambien, pero he quedado en casi palabra, con una compañera de usted para mañana.

Y, así, cinco chinitas más, otros siete africanos por lo menos, con las debidas explicaciones a cada uno por nuestro caballero D.Quijote, con más paciencia que un ciego contando un saco de muelas. Mientras tanto, Sancho revolcando se entre las olas como un cerdo en un charco, decide más tarde salir del agua y contarle a su señor las maravillas del baño.

-Y, después una ola me reman guilló, que no sabia donde estaba el bajar o subir, sin atreverme a dar un paso en ninguna dirección por si bajaba de sopetón.

-Sancho, veo que habéis disfrutado como los niños y sus golosinas. Pero aquí sentado sin moverme, me han ofrecido innumerables regalos y hasta masajes curtidos para este cuerpo delgado, pero como podréis comprobar estoy bien servido y, todos ellos he rechazado. En estas tierras, parece ser que, se tienen costumbres de hacer regalos, que pudieran ir desde la alta bisutería a colecciones de trajes, para más tarde hacer inversiones de capitales en paraísos fiscales, tomando por imbéciles a todos estos ciudadanos.

-Me queréis de decir, que políticos de estas tierras os han visitado mientras yo me daba un baño.

-No Sancho, esa clase de políticos solo se mezclan con estas gentes para pedirles su voto.

-Pero si decís que son ofrendas, los destos africanos y chinos, yo he visto que algunos domingueros a cambio pagaban unos dineros.

-Sancho, aún, así, los finales beneficiarios compartiran la misma mesa y filosofías.

-Queréis decir, los mismos destinos residencia les como vecinos.

-También, se puede decir así, Sancho, pero entre esos con vecinos, los gastos que generen, se harán cargo de pagarlos estas humildes gentes, que forman la verdadera comunidad.

-De osease, que las derramas son como las olas que te arremolinan.

-Sancho, se piensa mejor teniendo los pies en suelo y firme.



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