-La caperucita roja, que recuerde fue unos de los primeros cuentos que de niño muy niño, tenían por costumbre contarnos nuestros mayores, resulta que por aquel entonces, oí varias versiones, la caperucita con magdalenas en la cesta, con fresas, con limones para limonadas, hasta con higos chumbos; -Este me imagino por el cariño que guardaba a alguna anciana, presumo. Luego los diferentes muebles donde se esconde la susodicha abuelita; -Debajo de la cama, en el armario, en un cajón de la mesita de noche y, luego estábamos en aquella vieja mesita, sacando el cajón, midiendo las posibilidades de dicha certeza.
Es posible que muchas personas decidan una carrera o profesión, por la misma curiosidad que le despierta, la búsqueda de una respuesta para dar la solucion a una mas tierna infancia, por haber recibido la versión de un cuento universal. Por eso no era de extrañar a esa tierna edad de declinarse ha decir para un futuro que querías ser; -Policía, para investigar toda la tramada del lobo, -Medico cirujano, para aprender ha coser la barriga del lobo, una vez llenado de piedras, -Arquitecto, por la curiosidad que despierta la cabaña de la abuelita, sin faltar la de, -Abogado, que aun quedando probado la culpabilidad del lobo, los padres que venían de ciertas costumbres, aconsejaban, eso de tener un abogado en casa, no veas como le tenía que joder a la vecina. La profesión de leñador, parece ser que no se aconsejaba mucho y el, fue el salvador de la historia.
Actualmente estos niños, demandan mucho aquello de quiero ser de mayor futbolista, se ve que aquello de atravesar caperucita el bosque por un atajo y de prisa sorteando pinos, en zig-zag, alternativos, le induce a tales famas.
A veces la descripción de una historia que varie de la matriz, crea en la misma proporción de posibilidades de búsqueda para encontrar dicha matriz, si todas estas posibilidades se asocian en dicha búsqueda, la matriz vendrá por si sola ha encontrarse con dichas asociadas. Hoy día, recibimos cantidad de cuentos no menos infantiles, con todas sus versiones de variaciones y combinatoria, es cierto que ya no tenemos cierta edad, para aplicar una posibilidad de estudio y demostrar que mentira nos cuentan o verdad a medias, mas, las obligaciones que tenga cada cual, la susodicha caperucita roja, incrementa su amplio armario de vestuario al igual que su abuelita en un amplio dormitorio que quepan toda clase de muebles para dar posibilidades de escondite.
Y no digamos del leñador que, por casualidad, pasó por allí, el arsenal variado con que contaba, desde el arco de Guillermo Tell, pasando por el colt de Bufalo Bill y hasta una pluma del buitre rompe-huesos, que me imagino, para matar al lobo a plumazos y cosquilleos. Ahora que lo pienso yo hubiera echo lo mismo, eran las circunstancias del momento, hoy los personajes se han diversificado, se derivarón otros cuentos, mucho mas sofisticados, los tiernos corderitos iban aprendiendo el acecho del lobo, pero aun así, el lobo impaciente que no necesita la luna para morder, estableció en dicha matriz constitucional, para que no le tocaran los huevos.