-El monte de Venus, bien podría ser aclamado como el rey de las gran paridas, el origen de esta especie de animal que de placentera estancia en el vientre de mujer y, cuya placenta se impregnan nuestros oídos, advirtieran de esa sensibilidad para captar que como ríos y, bajásemos al nivel de la playa como sardinas en lata, para tomar la sal que nos falta, porque el tomate sin sal es como una Harley Davison vista a través de un escaparate, en el supuesto que me gustasen a rabiar las motos. La verdad no estoy muy inspirao en este momento, la poesía parece que se ha ido de fiesta, Quijote y Sancho se ve que, han cogido la paga de final de mes y hasta que no la fundan en el mismo garito donde suelen tomarles el pelo, no volverán.
-Esperemos que la palmera datilera ofrezca esos frutos tan deseados, el alcohol no sea causa de cubatas ensangrentados en la carretera, que nuestros ojos no necesiten muleta para ver y sobre todo cremita para esa piel, sedienta de tertulias romanceras.......tiempo tendremos para saludar a las ricas sardinas.
9 comentarios:
Tus metáforas pueden llegar a describir de la forma más sutil y pícara lo más sexual y sensual...
Y no estás inspirado? No sé, no sé...
Un beso.
Casualmente hoy estuve recorriendo el centro cultural borges con una exposicion muy extraña de cuadros...
Orlando.
Si Rossae, aun así, llevamos la inercia de la velocidad corta y, que sea siempre bienvenida.
Besos metafóricos.
Emiliano Orlando, todas las obras son extrañas hasta que las conocemos,como nuestros vecinos.
Un abrazo.
Pero que genialidad deja latente tu texto.
Una suerte haber llegado casualmente hasta tu blog.
Un abrazo
Damian, gracias por el aprecio, sois todas/os quien me ensenáis y yo aprendo.
Saludos.
lamento comunicar que no es una aguja en un vinilo: es una oveja masticando hierba
si bajas, la ves
besos
Pues no sé yo si esperas demasiado de la Palmera datilera...
Pero la inspiración y las sardinas está ahí a la vuelta de la esquina.
Cristal, es cierto, me he asomado a la esquina y, ahí estaba ella dando le a la sinhueso.
Besos.
Me encantan las "tertulias romanceras". Si se tropiezan en suspiros, mucho mejor.
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