viernes, 29 de agosto de 2008

BABIECA DE VACACIONES cap 2



Como cada vacaciones de verano, este corcel más maduro de piel que de mente, como todo penitente se dispone a disfrutar en familia, si, es posible, un descanso por el descanso del resto del año, pero tiene que figurar en carteles compromiso y oficios, los que determinen tales cansancios con oficios, para lo cual el que haría el verdadero trabajo sería, el tal escribano como se hacía en el antiguo Egipto, pues los favores que le vienen de la santa iglesia, ya los está cobrando. Valencia sus playas se han masificado, los vuelos chárter de Roma y las Azores estaban acostumbrados, tal caballo altanero, se había hecho a los gustos de su amo, por aquello de Isabel y Fernando, amo que se ha cortado el mostacho.

Márchese Sr González decía, ahora otra guapita de cara dice; -Gobierne, zp, leche, gobierne.. Del Euribor y petróleo, los peperos dicen que hubieran frenado la crisis, si las leyes a los bancos con los dos gobiernos les favorecen, prueba está, en, miren sus ganancias y, aun se atreven a decirnos que podemos ahorrar, friendo huevos con agua. Mientras Tanto Babieca no pierde bocado, de todas las dietas él, siempre sale beneficiado. Al otro lado de una realidad más llana, por donde rima la península, Ínsula y tierra Castellana, Rocinante caminante, viaja por caminos polvorientos, comarcales, con algunas sombras de encinares, higueras y tragos del botijo, después de una siesta, no, sin antes, oír el tarareo del escudero, de esa música trovadora del gran autor, compositor y cantante “KOALA” de entre otros múltiples oficios, desde cuidar gallinas a poner ladrillos. Rocinante con herradura de segunda mano por su peso hacia poco desgaste, a diferencia de, Babieca, que las suyas de marca Adidas, eran flamantes, con correas y estribo marca cocodrilo, pa, pasease por la romería del Rocío, sacando más pecho que el que diera aquel beso con tronío de “al cardillo”.

Dijo le una vez Quijote a su caballo viejo; -. Sois afortunado en esta aventura que no se pierde nobleza alguna, que yo vistiendo camisa vieja, hermano de los remiendos de tu montura, aun así lleváis mi pasaporte de atrevido, entre algodones te llevará la fama, fama que tiene el precio del infortunio de escaseces, pasando todos los exámenes que exigen las oposiciones de la vida, aceptando que te llamen loco, por no coger el camino más corto, camino que a dedo eligen los del rezo, porque entre trepa y trepa, el camino del cielo lo tienen más corto. Babieca que se ha acostumbrado a apostar a caballo ganador, se había olvidado que él era un caballo, daba propinas en la playa a los hamaqueros, incluso aprendió a coger un vaso de refrigerio con su casco, ni decir tiene, lo bien que le sentaban las gafas de sol, con su bañador a rayas, todo vecino que le contemplaban, en ese momento se acordaba de ¿Quién susurro a la mula Francis?

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