Glamuroso en palabras viejo corcel suave movido por el viento, préstamo de su nombre autorizado por caballero andante, que a buen seguro tratare dejar en buen lugar tales personajes, aportándonos sin necesidad de vestir su lenguaje por haber sabido elegir pasta y cepillo de dientes, para dicha lengua enjueguetee con los piños y los pinos, como los picos de Europa, frescos e sus alturas de pensamiento, flujos de vientos para cuerdas vocales, más que cuerdos en ese escaparate.
Quiso la providencia, la de las grandes avenidas, tierras en otros tiempos de trigales y cáñamo, libre alimento de Rocín y Jumento, de trote, de largos paseos con descansos incluidos por techo la luna llena y hasta veces cuando esta se mostraba juguetona, jugando a las escondieras, estos inseparables amigos leían en las estrellas. La modernidad se manifiesta sin aviso, de improviso, con debito, rédito, crédito y, hasta crisantemos para bolsillos vacios. -,
Una mañana cualquiera, elegida al azahar, previo guión de Don Quijote, el que pone más ganas en pasta y dote, -Digo pasta italiana con dote de galán, con más hambre que un enjambre de avispas en el desierto sin puerto- . En aquellas tierras de las repetidas idas y venidas, un hermoso edificio acristalado con su etiqueta verde ingles, extendido a lo largo de la manzana o mejor dicho de esquina a esquina de calle.
Rocinante y su compañero de cuadras, llenos de curiosidad mucho más que ganas de comer trigo y cebada, entraron por una de aquellas puertas, - En otros tiempos de trigo y cebada allí mesmo se alimentaban, pero como está escrito que eso no es lugar para caballeretes con tales disfraces y descosidos de albarda, fueron invitados a ser acompañados por seguridad a la salida, añadiendo les que ya se pasaron los carnavales, que muy a sus pesares tales disfraces no estaban a la moda. Tras la retahíla de vacile que caracteriza a estos segura tas de cinco horas diarias de gimnasio sin articular frases un poco largas, por que de ser así hacia tiempo hubiesen pedido aumento de sueldo por saberse bien sus derechos de convenios, (no ten rolles que Rocín es el protagonista), - Perdón a lo que íbamos. Tal efecto causales a estos cuadrúpedos mucho más interés por curiosear aquel recinto que de seguro, querían saber por sus derechos hábitos y modas si es que no tenían algo aprendido que no saliese aun del tintero y leídos en pergaminos.
Por esa misma calle abajo a diez minutos del Corte ingles, se toparon con un todo a cien (chino capuchino) se compraron traje barato incluso corbata que junto con sus cascos y herraduras, parecía que, tenían baile dúo de claqué. Con tales disfraces se adentraron en dicho santuario Británico, dentro de dicho recinto con aires amanerados por la cincha de dichos trajes, pareciose que siempre los habían lucido, más dentro con ascensores que subían pal cielo; -, Decía jumento, -otra salvedad se le ocurrió de decir, que pa subir pal cielo menesteroso, vamos bien encaminaos con traje bien apretao, no queda hueco pa los pecados, ni mucho ni poco de pensamiento que de ello andamos cortos,,,,,,estribillos, trabajos de hacienda aprendidos de nuestro caballero y su inteligente escudero.
Por esa misma calle abajo a diez minutos del Corte ingles, se toparon con un todo a cien (chino capuchino) se compraron traje barato incluso corbata que junto con sus cascos y herraduras, parecía que, tenían baile dúo de claqué. Con tales disfraces se adentraron en dicho santuario Británico, dentro de dicho recinto con aires amanerados por la cincha de dichos trajes, pareciose que siempre los habían lucido, más dentro con ascensores que subían pal cielo; -, Decía jumento, -otra salvedad se le ocurrió de decir, que pa subir pal cielo menesteroso, vamos bien encaminaos con traje bien apretao, no queda hueco pa los pecados, ni mucho ni poco de pensamiento que de ello andamos cortos,,,,,,estribillos, trabajos de hacienda aprendidos de nuestro caballero y su inteligente escudero.
Perdidos entre estanterías bien surtidas, anduvieron de un lado para otro, volvieron a bajar, cinco veces a subir otras diez, estaban hasta las orejas de sentirse primos de Anacleto o su primo Carpanta, pues los últimos reales que llevaban a su espalda, al cambio del euro pa la vestimenta capuchina, no le dio para más, y menos mal que por mirar no cobran, pues ciegos nos habrían parido se decían. Con tales orejas agradecidas en dimensiones, hechas para toda melodía, casualidades de la vida, se encontraron en la sección de música, aquellos ritmos les eran conocidos, aquellos ritmos les traían recuerdos, en aquellos paseos de aventuras y, en descansos de posadas, castillos y otras moradas, parecidos trovadores con melena al viento ya habían conocido, los KISS, los Accept, entre otros, sus vestimentas no pasaban de moda porque ellos la creaban y ahí digamos que reside el dicho, “vístete despacio si bien sabes elegir los trapos” “que el que se viste de prisa, viste trapos haciendo fila”.
Encantados revolviendo platos de discos con bolsillos vacios más por vergüenza sin apenas conocerla, que a tal condena pusieron de tierra de por medio, sin juramentos des medidos, solo con justicia de talentos. El caballero andante y su escudero se tomaron el día libre de aventuras, motivo tal que dicha noche anterior, decidieron acudir a la plaza de las ventas, pues gran concierto de trovadores, en los que él se decía, -Puede que aprenda alguna frase pa engatusa a mi Dulcinea-
Cinco horas de conciertazo, hasta, se rompieron alguna guitarra, se lanzaron en volandas al público, que trovadores eran manteados complacidos, -a lo que Quijote argumenta-; a Sancho, -¿Recordáis mi fiel escudero, como fuiste manteado, apaleado, en aquel castillo encantado?-,-Simi señor, como no lo voy a recordar, que de tales menesterosos, entre palos, puñetazos y, ser manteado cuando había más gana de dormir por cansancio-, -Mi señor observo que le está entrando la risa cañamonera, donde decís mas verdad en la tierra que en el cielo-, -Mi fiel escudero, llevas cuatro horas y media con la misma risa-, -Más me dice la luna que no sea noche de encantamientos, pero estará gustosa, si dicha luna flexiona sus pulmones aspirando esta chimenea de las ventas , para que venga a saludarnos y nos alumbre el camino de vuelta por que el perro lazarillo, mucho me temo que también se halla venido al concierto-, -Bien dicho mi señor.
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