-De bolsillos vacios, a veces, resultan nobles corazones, que de este Quijote enamorado, el sol le calienta el casco, que por la noche también lo hace la luna celestina, que se ha acostumbrado a oír a los terráqueos, lloros, súplicas y regalos, -la luna lunera, de oídos finos, que oyen desde alabanzas de Platón, hasta el rugido del cañón. -Dice Quijote, -grata es la gravedad, que con la justa medida impide, que la luna se vea salpicada con la sangre de su vecina tierra, la que cubierta con ese mantón de manila, la descolore el carbono un poco - -¿Qué sabéis de vuestra amada Dulzinea mi Señor?- -comenta Sancho, -y dice Quijote, -mira Sancho, habéis pronunciado su dulce nombre, con la consonante equivocada, la “z” de Zacarías, la de la zorra, la del marido de esta, la del negro zumbón, cuando su nombre es dulce como la miel, como el turrón de Jijona, como el melocotón en almíbar, y además es la ultima de nuestro distinguido castellano.
-Mire mi señor, que no era esa mi intención, que sé que sois hombre leído, -mire que por esa misma regla, la “c” de consonante, dulce como vos decís, también hay una fila de nombres esperando en esta taquilla; cabrón, copula, coño, - y he de deciros que aunque parezca dulce, sabe como las almendrillas saladillas, vecinas estas de la jijona por ser hermanas la una de la otra, que con las una se case con la miel del turrón y las otras con la sal y, sean invitadas en la misma boda y bendecidas por el mismo cura. –Quijote intenta salir airoso, pues más entendido en libros que lecciones de la calle, comenta-; -Fíjate bien escudero, el amor y la miel tienen el mismo sabor, aunque la abeja ignore el sabor del amor, al igual comparativa, la sal que es un mineral que no la fecunda ningún insecto, pero la luna que influye en las mareas, a muy buen grado que la hechiza, para disfrute de todos los enamorados y, en todos los grados.
-Enrollado este caballero, que por casualidades de la vida a todo encontraba solución, explicación, -comentaba y seguía-, -He de añadir que la gravedad con que la tierra se atrae con la luna, es por todos los enamorados que recitan sus versos, más cuando la luna brilla, para que se vea la letra pequeña, esta se nos acerca, porque, Iberdrola pasa la factura de la luz cada mes, y esta, la luna, siendo un espejo del sol, de momento nos sale gratis, pero mucho me temo que en poco tiempo un canon tengamos que pagar, por recibir luna de noche. –Y dice Sancho-, -Entiendo lo que decís-, -pero, ¿Los que no estén enamoraos? O ¿sufran el mal de amores? -Y añade Quijote-; -Nuestro alfabeto que de cierto orden de vocales y consonantes están establecidos para pagos de cánones, de la misma forma que cuando se contratan unos Watios, por eso en el abecedario la “c” ocupa uno de los primeros puestos en el arte de amor, siendo la “z” el último lugar en este arte y, de ello es testigo la luna, no olvidemos que este abecedario castellano lo confeccionó un cura- -A lo que Sancho añadió-; - Pues a buen seguro que si este cura, le da la vuelta al este abecedario, siendo la primera letra la “z” la iglesia siempre la tendría llena.
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