viernes, 15 de enero de 2010

CENTAUROS DUROS DE ROER cap 46





Caminando por la llanura de castilla la mancha, toda blanca por causas de las nieves, cogieron el primer camino o carretera que siempre lleva a algún lugar.

-Mi señor, que de blanco está el campo llano, que de todo silencioso, como los niños de blanco en su primera comunión, esperando su chocolate caliente a la salida de la iglesia.

-Sancho, ese blanco sin duda que, es el alma de la naturaleza, blanca como ella misma descansa en el remanso de la tierra, para luego más tarde elevarse a los altares de los cielos, habiendo echo comuniones con los océanos y sus mares.

-Y, ¿De los silencios?

-Si la música da flotabilidad a nuestra mente, haciendo elevación de nuestro pesado cuerpo, sea esos mismos sonoros los que desgastan, rompen y evaporan las nieves. Sea esa la causa de todos los silencios en estos precisos momentos.

-Le recuerdo mi señor que son pocas las provisiones en alimentos y abrigo que llevamos en el serón de mi rucio. .

-Yo te recuerdo a ti también Sancho, que en otros viajes hicisteis cursillos acelerados, nunca olvidéis que la providencia siempre tiende su mano en las desgracias y escaseces.

-Si que de lo recuerdo, que la elegancia no ocupa de lugar pero, mejor estaría con un armario bien repleto de despensa y sus complementos.

Siguiendo por una carretera recta y llana, tuvieron un particular encuentro. Una señora apeada con su coche en el arcén, estaba siendo ayudada por una patrulla de la guardia civil, poniendo las cadenas a las ruedas del coche por causa del hielo y nieves. D.Quijote y Sancho pasaban de largo por el lugar, pero uno de los agentes de tráfico añadía argumentos a las habilidades de poner cadenas a unas ruedas.

-¡Mira que bien! ¡Esos para caminar no necesitan cadenas!

D.Quijote que les oye, da un fuerte tirón a Rocinante, dando media vuelta y dirigiéndose a los auxiliadores de carreteras.

-¡La paz sea con ustedes! ¡Las cadenas que se han inventado para caminar, restan vuelo al libre pensamiento!

-¡Queeeeeeeee dice usted!

-Perdonen señores de gendarmes, lo que mi señor quiere de decir es que, teniendo una cabra encadenada en un sembrado de los campos, su estomago de esta cabra se mide por el radio de su cadena y que de sus hambres en matemáticas sean calculables.

-¿Hacia donde se dirigen ustedes?

-A resolver las injusticias, a equilibrar los altibajos como estas llanuras que se funden en el horizonte con el cielo, que no haya un resquicio de luz donde el sol tenga un ojo vago, brille la armoniosa alegría y el contento en el universal mundo, hoy tan afligido.

-Mi teniente, parecen las estatuas que han recobrado vida, unos kilómetros más abajo. La de D.Quijote y Sancho Panza.

-Si, dos actores que han cogido un mal día para hacer unos ensayos.

La señora, fiel seguidora de radio onda cero que, escuchaba a Carlos Herrera, apaga la radio, baja aún más la ventanilla de su coche socorrido, prestando su mejor oído.

-Bien, sigan su camino y en la próxima intersección comarcal, salgan de la carretera principal, ustedes podrían provocar un accidente.

Y, así, lo hicieron caballero y escudero.

-Mi teniente, ¿Qué decía de atarle la cadena a la cabra?

-No se, si, creo, estando bien sujeta la cabra con la cadena esta tragaría sin desgana.

La señora que rozaba los 65 años.

-¡Oigan señores agentes! ¡Que aquí no se ven pastores ni cabras ni cabrones! ¡Si quieren auxiliarme, las cadenas son para las ruedas! ¡Y, si no márchense con viento fresco que, por el móvil llamo a mi hermano Lucrecio.

No tocaba otra más que tranquilizar la situación, máximo teniendo en cuenta la competencia en futuros ascensos.

Lejos de allí, por otro camino rural y nevado, nuestro hidalgo y escudero se toparon con un rebaño de cabras negras y pardas. Con sus pezuñas estas cabras escarbaban en la nieve descubriendo escasos pastos y retoños verdes.

-Poca fe de tienen estas cabras que, no esperan que los hielos y las nieves evaporen estos campos, para morder sus escasos pastizales.

-Sancho, la dicha de la vida no está en quedarse quieto.

-Si, si, de igual que las cabras hay que tirar al monte.

5 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Que peligro tiene la señora...

Centauros duros de roer, si señor, muy duros.

Saludos.

arradiopatio dijo...

Pero Tarry esos son centauros y lo que mace falta mi pa esta noche dales alas chequejas cuando salgan pala viyoteca son cienauros.Yo nisiquia vua salir oi de ronda con esta cresis cai.El afoto cas puesto mu pricioso con los anemalicos,pegan muncho con los orajes cacen ara.

Ricardo Miñana dijo...

Excelente texto y bonito blog,
un placer pasar por tu casa
que tengas una feliz semana
un abrazo
RMC

terry dijo...

Cierto Toro, esta clase de señoras es mejor no tropezarse en su camino.

Saludos.




Arradiopatio, parece que te has quedado en la viyoteca o te ha tocao la primi.

Saludejos.



Gracias RCM, ven siempre que quieras.

Saludos.

Anónimo dijo...

hola Terry, gracias por tu comentario. Tu blog es muy bonito.. Las imágenes son únicas. Me alegro de conocerte.
Un saludo sincero. Campanita

мι ℓιѕтα ∂є вℓσgѕ