viernes, 13 de noviembre de 2009

ESCRITURA GRAVE cap 42








En una vieja nave y palomar, se había alojado nuestro hidalgo caballero, su nueva estancia por el momento. De muebles un colchón de paja, una mesa vieja barroca carcomida y, de compañera una silla. Con un brasero de carbón vegetal, que, el buen escudero Sancho le había procurado, más si cabe decir otro regalo que, le llevó. Un ordenador portátil que a su mujer le había tocado por puntos en el Carrefour.

-¿Que tal en su nueva estancia, mi señor?

-No me quejo Sancho, pero como bien sabes, de esta estancia yo, no soy propietario. Futuro incierto tengo como esas palomas suspendidas, en esos tirantes, a la espera de que sean devoradas por viles comadrejas.

-Mire lo que le traigo, que de me creo que le saque buen provecho, por que, aunque barato este piano, lo sea porque le falte su cola.

-Sancho veamos tal instrumento musical que, aunque se vea escaso en menudencias, sus principales notas hablaran a los ruiseñores, pidiéndoles las mejores disculpas si por tales oníricos sonidos se sintieran humillados.

-Ya, de le veo muy puesto en partituras que, de impaciencia estoy a rebosar.

Y, disponiendo sobre la vieja mesa el portátil ordenador como un libro abierto y sus teclas muy a la vista, D.Quijote se sienta en la mesa ejercitando los dedos como los deportistas en competición.


-¡Mirad Sancho! siguiendo este abecedario en el teclado, pondré nombre a la historia que quisiere contar o denunciar, que de seguro un entonado sonido musical acompañara.

-Pues, toque ya, que mis oídos ansiosos están de ser testigos deste piano sin cola.

La configuración de este portátil desarrollaba un tono musical en cada una de sus teclas, que lo primero que le vino en mente fue, siguiendo cada letra de los nombres de personas mas queridas y, después con los malvados enemigos. Al principio la música sonaba de lo más suave, más tarde resultaba roncona y decaída, hasta que se acabo la pila.

-Ya no suena mi señor.

-¿Que decís? yo, aún la oigo.

Tecleando sin descanso, con su música aparte, en su mundo particular y de todos.

-Sancho, hasta los sordos crean música ¿Como podéis decir que no oís?

-Ese aparatejo moderno, que no suena y bien limpios tengo los oídos.

-¡Mirad esas palomas allí arriba! ¡Que atentas y dispuestas!

-Si, atentas, si se le escapa algo del zurrón y, dispuestas a planear en vuelo para llenar el buche. Bien, me marcho mi señor, que tengo clases de baile particulares para mi curriculum devitae, aprovechando este tiempo de parado.

Don Quijote, siguió tecleando sin descanso, todos los nombres conocidos, desconocidos, haciendo frases con historias bien acabadas e inacabadas, escuchando su propia música, la que en su memoria cada letra le decía, dibujando las mil batallas hasta el amanecer. Minutos más tarde aquellas quinientas y pico palomas que pasaron su noche en aquella nave, dispusieron su vuelo en una dirección magnética de su inteligible gps, haciendo su vuelo sobre una autovia por la cual un coche de gran cilindrada había sobrepasado el doble de la velocidad permitida. Ese coche era el único que circulaba y, como aviones las palomas descendieron su vuelo para cruzarse en un punto con el loco conductor, que todas defecaron a escasos metros sobre su parabrisas, desconcertando al piloto, impidiéndole reaccionar con un giro inesperado de su volante, dando trece vueltas de campana. En la prensa aparece un articulo "Alcalde muere en accidente de tráfico" casualmente se había dado orden desde la fiscalía nacional, de su detención por malversación, cohecho y fuga de capitales a paraísos fiscales.
D.Quijote seguía tecleando partitura.

-He de conseguir la solución, melodía que dé descanso y paz en la tierra, como esas palomas que fueron a buscar su ramo de olivo..........Tras la caida del muro, de ambos lados se aunaron las mentiras, las verdades quedaron aletargadas.


miércoles, 4 de noviembre de 2009

400 AÑOS DE PERDÓN cap 41



Como una estatua de bronce, de la que no ve pasar el tiempo, sin que le afecten las inclemencias del tiempo, por que no pasa de moda. Nuestro D. Quijote, sentado en su solar, acompañado de su inseparable Rocinante y, el galgo mas contento de todos los canes del momento. Ignorando que algunos gurteles estan al descubierto, más si cabe, otros que dicense llamarse pogres, tambien cogieron costumbres de gurtelanos. El verano se ha hecho largo, los traunsentes más preocupados por su bolsillo, apenas advirtierón que D.Quijote se habia quedado sin techo, pero que más dá si se habia dedicado ha ser un trotamundos, junto a su escudero Sancho. Se habia prometido salvar al mundo de las injustas causas, resolver los entuertos que a su paso pusiera la divina providencia, ser honorable a la simpar Dulcinea. Un cierto dia de madrugada, una constructora le invitó a abandonar dicho solar, que iban ha hacer los agujeros para cimientos y aparcamientos, que aquella finca ya no le pertenecía. La policia local al servicio del Alcalde, presenciaba de cerca la actitud de D.Quijote.

-Rocinante, alejemonos de aquí, en nuestro pensamiento y zapatos escasos, está todo nuestro mobiliario, ligeros de equipaje busquemos el centro de gravedad para que no nos disipe el aire.

Sancho, cada dia le visitaba y, algo le llevaba para comer, ese dia un bocadillo de mortadela con aceitunas. Y, al pie de un alamo negro, en pie estaba nuestro D. Quijote hablando con las ramas y pajarillos que este árbol alvergaba.

-Oh! nobles pajarillos revoltosos que gritais con vuestros canticos de felicidad, que la naturaleza se os muestra generosa y formais parte de esta partitura músical!!. Se me tome a mi por loco, por no caberme entre pecho y espalda este viejo corazón!!.

-Entre de pecho y espalda te vas a meter este bocata de mortadela de la buena, que es hora de descanso en este teatro de los libres albedrios.

-Sancho, como siempre, desentonas la partitura al unisono de las confabuladas estrofas.

-Ah, de propósito mi señor, me estoy de proponiendo adelgazar unos kilejos. Quiero intentar como medio de vida, aprender de bailarín y formar parte en la coredeografia de Lady Gaga, ya que esa insula se quedó de muy cuesta arriba.

-Sancho, no conozco a esa señora o señorita, pero no deberias renunciar a lo prometido, en mi fé, en mi vida doy palabra de caballero.

-Mi señor, tengo que deciros, que en este pueblo que os vió nacer, y con mucho dolor decirolo, os tienen por loco.

-Sancho, tu y yo hemos viajado mucho, en muchos lugares, en muchos pueblos y ciudades. ¿Observasteis que en cada lugar deambulaba algúno, que suelen llamar loco?

-Si, alguno de recuerdo en esos caminos y de callejuelas.

-Pues, que sepais que, llamarlos locos por que hablen solos, solo es un sintoma de que estan sobrados de palabras y necesitan repartirlas como rosas perfumadas. Darle gracias a la naturaleza y sus seres vivos como yo hace un momento hacia con estos pajarillos.

-Si, mi señor, pero en este mundo hay pajarillos, pajaros y pajarones, que de estos últimos con sus artimañas, su casa, se la han desvalijado hasta los cimientos. Como ese Alcalde gurtelano o gominado urbanita con relojes, trajes elegantes y laboriosos. Llevando toda su riqueza a paraisos fiscales.

-Sancho, de cristianos van por la vida, pero sin embargo, invierten sus dineros en paraisos terrenales, esa sea la verdadera fe que les mueve o quererse asegurar el cielo y la tierra, apuñalando a ambos lados de las fronteras.

-Mi señor! fijaos en esas avecillas que acaban de pararse en esa rama, la una no para de moverse como si acabara de salir de una cabina de telefonia y la otra, ¿Os suena ese suave canto hilado?

-Sancho, de palabras estamos hechos, nuestras carnes, ropas, nuestros versos y sufrimientos. Estos buenos pajarillos vienen a saludarnos, que sepas que durante su tiempo aquí en la tierra, ellos nos han estado cuidando. ¡Mira que felices se les ve contemplandonos!

-Bien mi señor, tomese este bocata.

-¿Que me habeis traido hoy?

-De mortadela....

-Sancho en dos meses, te has mantenido fiel a la mortadela.

-A caballo regalado, no le mires el diente.

Rocinante, se les quedó mirando dejando de mascar granzos.

sábado, 15 de agosto de 2009

DE VUELTAA CASA cap 40





Como perdidos en el espacio, como saturados andadores del ancho campo, el dúo anémico, sin haber resuelto ningún entuerto, deciden volver a la suya tierra que, les vio nacer. La distancia que aún les separaba del lugar desde donde se encontraban, hasta su aldea, no les fue menos dificultoso, el atravesarlo entre caminos, autopistas, jarales y, sus vecinos pinares abrasados por la mala educación de esta nuestra inquilina población.

-Mi señor, el decir que estamos más quemados que la pipa un indio, caerá en deshuso por ganarle en carreras estos pinares y laderas.

-Sancho, la naturaleza en esta tierra es un circuito cerrado, sola se regenera, pero los que se encierran en una botella, se embuten como los chorizos, acortan las alas a la frágil inteligencia. En cambio nosotros si, nos quemamos, dicha quemadura, dejará su huella de cualesquiera de las maneras, cicatriz física o mella en nuestro privilegia do pensamiento.

Es evidente, que estos andantes, en esos trayectos reponían calorías en algunos melocotoneros y melonares. Si con ropas limpias salieron de sus hogares a la buena ventura, la vuelta a casa, una grande diferencia con preliminares. La ropa de Sancho había perdido su color, desgastadas y como roídas de los ratones, hacían juego con un mosaico de lamparones. Su barba de cinco días mal afeitada, con polvo y tierra invitaba a sembrar una cosecha de patatas.
Metidos ya en la provincia de Ciudad Real, acercándose a su comarca y, vuelta de su destino. Una mujer con mucha entereza, Teresa, la paciente mujer de Sancho con una hija casadera y, otro hijo Sanchico, pierdepueblos como su padre. Teresa, Sueña con comprarse una lavadora NEW POL
va en serio, de clase energética A, con las presumibles riquezas que traería su marido de tales aventuras. La pobre mujer que, se quedo en su humilde casa de la aldea, lavando los trapos sucios de algunos vecinos pudientes en una tabla de lavar en el pilar de la vieja fuente, frota que te frota, tambien al cuidado de un cerdo que con cariño le llamaban ricanor, cuatro gallinas ponedoras y siete conejos de crianza, como medio de subsistencia o economía domestica.

-¡Ay! mi señor, que ya diviso mi casa, mi hogar y tranquilidad. Con mucha pena de no traerle presentes a mi mujer e hijos, porque, en este nuestro viaje todo ha sido una desdicha.

-Sancho, no perdáis los ánimos, siempre en cualquier lugar puede saltar la liebre.

-¡Eh! ¡mi señor, no me habléis de saltos, que sin haber trabajado en un circo, tengo las practicas aprobadas y, de confirmar en pergamino con su sello el sipcotecnico!.

Y, acercándose estos lugareños intrépidos a casa de Sancho propiamente dicho y comentado, la hija que a unas decenas de metros observa como se acercan y los contempla.

-¡Mama! ¡mama! se acercan dos gitanos.

-Que raro, a estas horas del dia con estos calores y, estando todos en rastrillos y mercados.
Asomara se, la pobre mujer a contemplar lo que la ignorancia demanda. Esta era su sorpresa, no quería ver, ni siquiera creerse a quien pudo finalmente ver.

-¡Dichosos los ojos que contemplan a mi hija y, a mi queridísima Teresa.

-¡Dichosos tienen que ser, para que aún con esas fachas yo te pueda reconocer, pero mas me cave adivinar que a mi el frotar no se va acabar!

Y, Sancho se echó a llorar como un descosido, entendiendo que de aquella inversión en aventuras, ni ínsulas, ni migajas trajo a esta humilde casa. La patente de la desgracia es vieja y rastrera.

-Perdone mi intromisión buena señora, pero siempre hay un mañana por descifrar, una semilla amarillenta y seca, retorna en hermosa esperanza verde.

-¡Si! ¡pues a mi parecer esas semillas danzarinas han estado todo un año dando saltos sin poner los pies en la tierra!

-Bueno, señora muchas explicaciones y arrumacos tendría que daros vuestro marido Sancho, marcho a mi hogar, que allí me esperan la Ama y sobrina, ¡nos vemos Sancho!

Dispuesto el hidalgo caballero D. Quijote se dirigía hacia su noble hogar, desconociendo la suerte que le aguardaba, que el galgo pulgoso minutos más tarde le iba a revelar. Y, ciertamente en el lugar donde tendría que estar la noble casa, solo era un solar limpio de polvo y paja, allí aguardaba el galgo pulgoso dando vueltas en dicho solar que se alegró mucho de ver a su dueño acompañado de las carantoñas y su protocolo. Rocinante miraba extraño ese lugar, de su cuadra, solo quedaban los cimientos.

-Mi querido pulgoso, mi velocímetro destos restrojos y enemigo de las liebres saltarinas,
¿Decidme? ¿que ha pasado aquí? ¿donde está mi Sobrina y Ama? y esta casa que parece que la han arrancado de cuajo?

Pero, aquel viejo galgo poco podía explicar, solo mostrar alegría y cariño a su dueño. Se da la circunstancia Que el párroco de la villa es del opus dei y muy convencidos Ama y sobrina de que su tío está loco y que no tienen nada que hacer con el, al párroco se le ocurrió la idea de que podían meterse ellas a monjas clarisas, en la confección de mazapanes hasta el final de sus días. El alcalde del lugar que, al mismo tiempo tenia una constructora, promotora, inmobiliaria y tambien es el máximo accionista. Mediante un nuevo plan urbanístico aprobado, había decidido construir en ese mismo solar un gran bloque de pisos, mediante una cesión de firma por la sobrina, subrayando por todas las autoridades que D. Quijote estaba loco...Negocio redondo.

-Rocinante, como conoces tu rincón de descanso que, por encantamiento el mismísimo cielo nos ha robado nuestro humilde techo, que las penas se van sumando al abrigo de las escasas alegrías...

Y, sentado en cuclillas nuestro hidalgo caballero, apoyandose su cabeza en su viejo lanzón, con mirada perdida al horizonte acariciando al mismo tiempo al agradecido galgo que parecía ser el más optimista.

miércoles, 22 de julio de 2009

BARATO Y VA MAS cap 39





Sin dejar la rivera de playa, ya, metidos en costa levantina, con el sol que aprieta y la humedad que no refrigera, dos compañeros inseparables con sus ropas quijanas. Dos equinos, Rocinante y su compañero asno no pasan desapercibidos a los olores de sardinas, difiriendo bastante a los olores de los henos y la paja. Las playas saturadas muy a pesar de la crisis, predominan do la fruta fresca y los generales bocadillos de tortilla de patatas, previamente traídos desde casa.

-Mi señor, mucho les gusta el agua resalada a estas gentes domingueros y entre semanas.

-Sancho, la chispa de la vida está en sazonar la vida sosa en su justa medida.

-Y, me de parece tambien mi señor que, muchos dellos cogen el color del salmón ahumado.

-Acepto que cojan colores pero, los humos los acumulan durante todo el año, Sancho.
En uno de aquellos escasos claros, entre tanta sombrilla y, señoras de la tercera edad en grupos caminando playa arriba, arreglando medio mundo, grupos de señores de la misma edad playa abajo, arreglando la otra mitad. D.Quijote y Sancho deciden parar y darse un descanso en uno de aquellos escasos claros.

-Sancho, hagamos un alto en este camino arenoso apiñado de gentes ligeros de ropa, tan armoniosos, desiguales por los colores de la piel y cinturas radiales.

-Mi señor, bien nos vendría de darnos un remojon, para que las axilas no demanden desodorantes, que estos tufillos que llevamos, van de gratis sin haber pagado peaje.

-Remoja te tu, Sancho, que yo me sentaré a observar a estas gentes, ver que demandan, que les duele, que padecen. Que yo pueda sus males resolverles.

Nada más sentarse en la arena, nuestro estimado caballero oye una voz que se dirige hacia él.

-Massag, massag, buenos dias señol, un massag.

-Apenas, si os entiendo, pero vuestros rasgos asiáticos certifican vuestro mal castellano. Si os explicáis un poco mejor.

Una señora de procedencia China de mediana edad, entre su mal castellano y gestos con las manos, fue entendida por nuestro caballero andante.

-Y, decís que vuestro masaje, me dejará como nuevo. Bien, primero tengo que despojarme de esta armadura.

La chinita bien intencionada, se prestó a ayudar a nuestro caballero a deshacerse de su armadura. Pero, esta armadura, no es una armadura cualquiera, entre nudos de cuerdas, correas de cueros entrelazadas, remaches y demás abolladuras empalmadas, apremiaron una hora bien rematada. Que la chinita se quedó con las manos desguazadas, que mañana volvería y le daria un masaje.

-Como queráis pues, pero somos caminantes y, quizás hayamos partido para mañana...De todas formas, me siento más relajado, más aireado, como las sardinas libres de su lata abriendo las fronteras a la divina brisa del mar.

-No pasaron dos minutos, cuando un africano joven de color, se acerca tambien a nuestro hidalgo.

-¿Gafas Raiban? ¿cinturones Doche Gabana?

-Buen africano, gracias por vuestras ofrendas, pero os seré sincero, tengo un cinturón con tal fama como su inseparable compañera espada y de gafas huso la visera de mi yelmo de mambrino.

El africano al oir esto, siguió su camino. Otra chinita de la misma edad que la primera, se ofrece a dar un masaje.

-Massag, buenos lias, ¿un massag?

-Buenos los tenga usted tambien, pero he quedado en casi palabra, con una compañera de usted para mañana.

Y, así, cinco chinitas más, otros siete africanos por lo menos, con las debidas explicaciones a cada uno por nuestro caballero D.Quijote, con más paciencia que un ciego contando un saco de muelas. Mientras tanto, Sancho revolcando se entre las olas como un cerdo en un charco, decide más tarde salir del agua y contarle a su señor las maravillas del baño.

-Y, después una ola me reman guilló, que no sabia donde estaba el bajar o subir, sin atreverme a dar un paso en ninguna dirección por si bajaba de sopetón.

-Sancho, veo que habéis disfrutado como los niños y sus golosinas. Pero aquí sentado sin moverme, me han ofrecido innumerables regalos y hasta masajes curtidos para este cuerpo delgado, pero como podréis comprobar estoy bien servido y, todos ellos he rechazado. En estas tierras, parece ser que, se tienen costumbres de hacer regalos, que pudieran ir desde la alta bisutería a colecciones de trajes, para más tarde hacer inversiones de capitales en paraísos fiscales, tomando por imbéciles a todos estos ciudadanos.

-Me queréis de decir, que políticos de estas tierras os han visitado mientras yo me daba un baño.

-No Sancho, esa clase de políticos solo se mezclan con estas gentes para pedirles su voto.

-Pero si decís que son ofrendas, los destos africanos y chinos, yo he visto que algunos domingueros a cambio pagaban unos dineros.

-Sancho, aún, así, los finales beneficiarios compartiran la misma mesa y filosofías.

-Queréis decir, los mismos destinos residencia les como vecinos.

-También, se puede decir así, Sancho, pero entre esos con vecinos, los gastos que generen, se harán cargo de pagarlos estas humildes gentes, que forman la verdadera comunidad.

-De osease, que las derramas son como las olas que te arremolinan.

-Sancho, se piensa mejor teniendo los pies en suelo y firme.



martes, 23 de junio de 2009

LA SIRENITA cap 38








Siguiendo la rivera de playa de, este, nuestro querido mediterraneo, los cascos flacos de un caballo y, su compañero jumento, salpicando a cada paso, como los niños hacen con las papillas en su babero. Entrando en playas de Tarragona, refrigerando los equinos sus patas y bien sazonadas, fieles a sus monturas dos caballeros van cogiendo tonos morenos que a un lado izquierdo tienen las caprichosas olas de mar y al derecho un gentío con sus sombrillas, sillas y, demás alfombrillas.

-Cuanta de gente, hay aquí mi señor, que, sus alrededores y capitales las hayan quedado vacías.

-Sancho, no todos presumo tengan crédito, muchos se han de conformar con el orballo de la ducha, la piscina del ayuntamiento y, si me apuras, el río de toda la vida, compartido con las resistentes carpas a los residuos de mercúrios, aceites y demás familiares químicos.

Una avioneta, con su correspondiente banda de propaganda, interrumpe la presumible tranquilidad de esta pareja de viandantes que, chapurrean por aguas refrescantes.

-Mi señor, ese aparato de vuela como los antiguos dragones meneando su larga cola.

-Sancho, verás, sucede que estas gentes, acostumbradas a ver en casa sus videntes aparatos cuadrados, donde las tele bricomanias ejercidas por los adivinadores echadores de cartas y suertes, ahora, estas nobles gentes en su tiempo ocioso, no echen de menos, los parecidos consejos. Para que la vaselina de engrase, a la vuelta del engranaje, este sistema responda,con esos aparatos voladores como dragones, así, recuerdan su memoria.

Un niño enteradillo salta y, dice.

-¡Papa, papa, mira...Son los del anuncio que han cambiado las bicicletas por un caballo y un burro!

-¿Veis, Sancho lo que os decía? hasta los niños han cogido la enfermedad de la tele bricomania.

-Si, mi señor, pero con bicicletas o burros, nosotros estamos haciendo aventuras con el giro y tour por destos mundos las veinticuatro horas del día.

Siguiendo la misma dirección, se encontraron con una playa tranquila, Waikiki por nombre, pocas gentes se veían y todas ellas desnudas, que la primera que avistaron, era una bella dama sobre una roca erosionada en la misma orilla, mirando el horizonte que confunde el color del mar con el cielo.

-¡Mi señor! ¿Veis lo que yo veo?

-¡Por Neptuno que si lo veo Sancho! ¡Una hermosa sirena regalada por la brisa del mar, se presta a contemplar la despedida del sol de este día, con su alegre canto y melodía!

Y, D. Quijote con su escudero se acercan hasta tan semejante imagen idolatrada, haciendo todos los honores ocurrentes que están escritos, más los improvisados por caballero andante frágil y servidor de las buenas causas. Sancho alegraba una vez más las bolillas de los ojos, dejando hacer a su fiel caballero todos los honores que manda el protocolo, tomando el mismo interés en la observacion de los movimientos angulares y gráciles de la presumible sirena que, bajando se estos de sus equinos. Sancho se queda a unos metros custodiando a Rocinante y a su jumento, acercándose D. Quijote y con rodilla clavada en la misma orilla y arena.

-Buenas y encontrados sean los horizontes que anhelan vuestros ojos de sirena, permitid que me presente: Por humilde caballero me tengo y mi nombre Don Quijote de la mancha, acompañado de mi fiel escudero Sancho Panza. No es, nuestra intención molestaros, simplemente satisfacer la curiosidad que, escrita está en los libros y hoy la providencia nos brinda a contemplaros.

-Que cosas más bonitas dice usted caballero, gracias por lo de sirena ¿Nunca vio una mujer desnuda? Por que creo, que usted, ni es Don Quijote por mucha chapa que lleve oxidada, ni yo una sirena. Me parece un viejo verde, con ganas de ligar. Aquí, en esta playa somos transparentes y, no escondemos nada de detrás de la ropa, menos aún de la mente.

-Creo, que me juzgáis mal, hija de Poseidon, princesa de los siete mares, por más desnuda y clara yo tengo el alma. Que os pido y suplico que en este casual encuentro, no nos retengáis 20 años con encantamientos, como al sabio Ulises, desesperando a su Penélope y, yo a mi Dulcinea del Toboso, pues son muchos los caminos torcidos que, enderezar tengo para que me hagáis perder ese tiempo.

No cabe duda, que el ego de esta bella mujer, esa misma tarde le había crecido. Naturalmente, la que confundieron con sirena no estaba sola y, su compañero viendo que esta tenia compañía, se acercó haber que pasaba. Sancho, advirtió tal presencia y aún más grande sorpresa. La bella sirenita viendo acercarse a su novio...

-¡Haberse visto cara dura! ¡encima vacilandome y quedando se conmigo!

-¡Mi señor, de se acerca el sireno con las manos vacías, pero, con el tridente entre las piernas y, por la arena arrastrando!

-¿Que pasa cariño?

-No, nada mi amor, estos señores..., sobre todo este muy gracioso...Les he dicho que esta es una playa para nudistas, que si no toman ejemplo, se marchen y guarden respeto.

-Bueno, señores, oído cocina, o toman ejemplo o mejor sigan su camino.

-¿Quien se atreve a dar ejemplos cívicos a este caballero?

-Mi señor, sigamos nuestro camino y que la providencia salga a encuentro nuestro. Este tritón desescamado nos lo dice muy educado.

-Sí, que no se piense este al que le cuelga el minutero que, siempre las horas le darán toda la razón.

Y, sin mediar más palabra por parte de los nudistas, los famosos caballeros, montan sus jacopacos y siguen su camino. La sirenita protagonista no puede evitar mirar por el rabillo del ojo, alejarse al caballero de la triste figura.

-Mi señor, esta playa de tenia un nombre, así, como guay quiqui y, aunque los sirenos no tengan escamas, la pescadilla siempre muerde la cola.

-Sancho, prevalecer de buenas intenciones es de caballeros, como de intenciones es hacer buena siembra, ya sea en tierra fértil o pedregales.



viernes, 12 de junio de 2009

HACE Y DECAE cap 37







Tras comprobar, que este par de personajes no constaban en tales ficheros y todos los presumibles locos habian fichado por la mañana en dicha localidad y demás España, quedando claro que nadie faltaba. Este jefe de policía decidió que allí encerrados pasaran la noche, que mientras buscarían el lugar exacto de donde según el, este par de locos o personajes extraños, se habian escapado.

-Mi señor, otra vez enrejados.

-Sancho, prendidos, esposados, enjaulados, enclaustrados, que más da. Este es uno de los resultados que, de consecuencias tiene liberar al mundo de su ceguera.

-Lo dice por lo de arreglar entuertos, mi señor que, más le hubiese valido ser estudioso en la universidad, la rama de oftalmologias y, de paso cantar los clavelitos pa enamoramiento de su Dulcinea.

-Sancho, no deja de sorprenderme vuestra frescura de palabras, tan entonadas como relacionadas, de un tiempo acá, en esta universidad que compartimos sin techo desde el alba de aller al de mañana. Cumpliendo un circulo redondo en todos estos amaneceres, para que la luz del sol satisfaga la demanda de todos los rincones, por la penumbra de su ignorancia.

Este policía de grado superior, responsable de la suerte de Don Quijote y Sancho Panza, se le ocurrió una idea redonda, puesto que el era el responsable, tanto que, decidió controlar el asunto de la forma siguiente. Resulta, que esa misma noche actuaban en Barcelona los AC/DC y durante muchos años, el poli había reprimido sus instintos y gustos por el heavy, llevando una vida familiar tradicional más aburrida, que una tortuga lamiéndose su propio caparazón. Decidió y sacó del cuartelillo a estos dos caballeros por una puerta trasera más discreta y, les pidió que por favor, les acompañaran ha ver dicho concierto que, el se hacia cargo de las entradas. Y, así mismo se iban sucediendo los hechos que, llegados al lugar donde se iba a celebrar dicho concierto, antes de bajarse del coche y disponer de las entradas, este jefe de policía se puso una peluca de melena larga y unas gafas de sol. Hecho que no se había atrevido a hacer con sus compañeros y otros conocidos por la forma de vida que había elegido, para ir de conciertos. Una vez dentro del campo de fútbol y concierto.

-Mi señor, que raro de resulta este nuestro mecenas de concierto, que lo mismo ba pa Vigo que pa Valencia, que solo tenga la consonante "V" parecido.

-Sancho, a veces los caminos elegidos en la vida resulten tortuosos. Puede que con nosotros, nuestro obligado compañero, esté viendo la luz que antes el sol, solo, le hacia sombra.

-Bueno, lo de la luz seguro, que estoy viendo un montón de soles que me deslumbran y de más gente que cabe en hormiguero con silbidos incluidos.

Y, empezó el concierto de los AC/DC. Estos curiosos espectadores, estaban cerca del escenario donde sonaba la música a reventar. Con un cubata Don Quijote, Sancho y su acompañante mecenas, este medio poli, medio heavy empezó a saltar y mover la cabeza como un desarmado, rompiendo toda la frustracion y rabia acumulada, tarareando las letras en directo que eran cantadas por Brian Johnson
como vocalista y Angus Young con su guitarra, con el resto de músicos acompañan tes.

-Mi señor, estos de músicos me suenan de algo que, juraría que en las ventas los vimos hace un año. Los sal titos del guitarrista y su traje cito de me suenan muy de cerca. Parece que a su traje cito de niño escolapio le cogió cariño y no se lo quita de encima, ni con aceite hirviendo. Y, el vocalista parece con su gorrilla un tentador de toros andaluz, con mucho chillo en la boca.

-Sancho, he de deciros que ni escolapio y que ni andaluz, son australianos, por que tambien así lo dicen los libros.

-Ya de me parecía a mi lo sospechoso de los sal titos. Costumbre sin duda cogida de los nobles canguritos y, con el vocalista no me habré mucho equivocado que, de su tiempo libre pa ensayo, dedique sus ratos libres al pastoreo y los chillos a tan noble ganado, sean cabras, sean ovejas o vacas en restrojos australianos.

Mientras tanto, el melenudo con sus gafas de sol, se lo pasa pipa, se mueve al compás de todos como una ola cantando las mismas letras.
El vocalista Brian Johnson, nada más percibir se de un señor entrado en años como el, con una armadura (nuestro Don Quijote) se dirigió hacia él invitándolo a subir al escenario, bajando al mismo tiempo el tono de la música, Sancho desde abajo, más ancho que orgulloso y cara de asombro. Y le habla Brian a D. Quijote.

-¡Bravo! ¡bravo! ¡puta madre! ¡you are cojonudo! ¡this fans heavy metalico de pies a cabeza! ¡we are of the la misma quinta y, my congratuleission que will come vestido así....!

En el cuadrilátero del bullicioso público, al unisono de esta manera pedían.

-¡Que cante el quijote! ¡que cante el Quijote!
!que cante el Quijote!...

Animado por la sublime oferta y, con permiso de los principales, Brian Johnson, deja el micrófono a nuestro D. Quijote.

-¡¡Gracias público bullicioso!! ¡¡que aclamáis a tan diestros trovadores en su canto, así, como a sus rimas de acordes y tambores!! ¡¡os atiendo y dispongo!!

SEPAN TODOS USTEDES QUE,

HOY AQUÍ SE HAN CONCENTRADO,

INCLUSO PAGANDO UNOS DINEROS,

UN BUEN NUMERO SE HAN JUNTADO,

MUCHOS CON IDEAS DIFERENTES,

PERO TODOS PAGAMOS AL FISCO,

TRIBUTOS Y DEMÁS INTERESES,

SI UN SOLO DIA, AL MISMO TONO DE VOZ,

PACIFICO SIN GASTARNOS UN DURO,

EN UNA SOLA NACION,

USTEDES MULTIPLICAN EL NÚMERO,

MILLONES EN LA CALLE DICIENDO,

BASTA YA A UN SISTEMA,

DE CUATRO SINVERGUENZAS,

AHORRAREMOS DOLORES DE CABEZAS.

Angus Young, con su guitarra y sal titos distinguidos acompañó a la letra de D. Quijote.
El policía quería subir a darle un abrazo a Brian Johnson y su compañero guitarrista, aludiendo que el, apadrinaba a D. Quijote, pero dos gorilas se lo impidieron. Sancho con lágrimas en los ojos, ve por primera vez, como su caballero es aclamado por varias decenas de miles de personas.
Y, la fiesta siguió, que una vez acabado el concierto, el apadrinador llevó a este par de personajes a las cuadras donde muy cómodamente descansaban Rocinante y su fiel compañero de herraduras, que tras una despedida, decidieron ir haciendo caminos por las playas con dirección a los levantes. Que a eso de medio dia.

-Mi señor, todas esas señoras ligeras de ropa y discretas hecha das sobre la arena como las salchichas a la parrilla, vuelta, vuelta y, listas.

-Toman el sol Sancho para mejorar, un tono de piel y con cremas de cuidado.

-Ah! como el lomo adobado y sabroso. De a propósito ¿Sabe mi señor que yo tambien canturreo un poco?

-Cantad, pues.

"Como una ola es mi Teresa"

"Como una ola que golpea las rocas"

"Si haciendas de ínsulas se vaporan..."

-Sancho, ya estáis con la burra a brincos.

-Mi señor, es un burro dócil y tranquilo.


domingo, 31 de mayo de 2009

KELVINATOR cap 36






Y, entre el devaneo de si era cigüeña o águila, los calores aprietan, con casi 40 grados en los pilares de Cristóbal Colon, la semana se acalora entre mítines políticos para representacion en Europa.
El submarino amarillo de Riosa Diez, como quien cambia de pelo con la misma facilidad que se disfraza mortadelo. Una apuesta fuerte, casi del mismo talonario que apuesta por un club merengue.

-Mi señor, ese empeño vuestro de ir corriendo a las americas espero que sea pasajero, por que habiendo sido Colon el descubridor, toda la gloria y su nombre se la quedo ese Americo, que de su apellido Vespucio le venga lo de avispado y astuto. Digo que arreglemos primero nuestras calles y vecindario como hace aquel buenisimo Alcalde de Marina leda, austero y total que, bien querido.

-Sancho, no os falta razón, tanto tiempo nos han tenido engañados con lo de salvar a la oveja descarriada, de salir todos a su encuentro, cumpliendo las reglas impuestas de las bien guardadas, para manjar del lobo y su camino abierto bien dispuesto.

-Si os fijáis bien mi señor, ahora que esta mas de cerca ese pájaro y, haciendo vuelo en raso os repito que yo veo una cigüeña.

Y, nuestro Don Quijote mira nuevamente hacia riba, con la letal mala suerte, que dicha cigüeña defeca en vuelo y, en dicha altura, cayendo le toda la gracia en la mismísima cara de nuestro hidalgo y caballero.

-¡Hija de puta! ¡tenéis razón Sancho! ¡el espíritu del águila jamás nos enviaría un mensaje de tales maneras!

-Si, mi señor que, esa cigüeña, su mensaje es de diarrea, de cagar en alto como se hace en los campanarios.

El pobre hidalgo y caballero, los tintes del gallo en su frente, le cambiaron como un boquerón enharinado y, quito se las cuatro plumas mal colgadas, asentándose, no sin calentar temperaturas a las tres de la tarde, cuando en dicha rotonda pasaban automoviles con un remolque y gran pancarta con la figura de un señor y una gaviota, con megafonía incluida que dice "Vota a la gaviota para que no te tomen por idiota" ante tal mensaje, reacciona Don Quijote.

-¡Voto a bríos! ¡que de tal gaviota prima de la cigüeña, nos tome por unos primos!

Y, con los ojos vidriosos, rabiosos de la anterior cagada, embiste con su lanza al carro con su cartel anunciador, volcando a este en medio de la circulación, desenganchando a dicho carro del vehículo que lo transportaba.

-¡Hay mi señor! ¡que la habéis tomado como con pajaros de cuidado! pero este es de cara acartonada y no dice ni pío.

-¡Tened cuidado Sancho! estas son las avanzadillas de zapadores con almidones acartonados.

Casualmente, otro carro propagandistico enganchado a su vehículo y megafonías, hace el mismo recorrido, cuyo emblema dice representar a todos los trabaja-dores y cuyo eslogan dice, "Por una Europa de progreso de futuro". A lo que nuestro hidalgo caballero Don Quijote, aún mas cabreado si puede y, con la misma lanza golpea dicho carro, que lo vuelca igual que al primero.

-¡Insensatos! ¡si dejáis esa fresca y roja rosa para regarla en un futuro! ¡A BUEN SEGURO QUE LA ENCONTRAREIS SECA Y MARCHITA!

-Mi señor, esa rosa tambien es de cartón, que ni siente ni padece y, la estáis liando.

Cierto que la estaban liando, interrumpiendo el tráfico, hasta los que tenían facilidad de salida, paraban su coche para ver tal escena de película, por que así lo creían. No tardaron, en venir los mozos de escuadra bien equipados, con sus uniformes hasta los dientes, que empezaron a repartir a diestro y siniestro. Hasta Rocinante se tiro un cuesco y, su compañero asno soltó un par de coces que, según parecía tuvieron que venir refuerzos. El tráfico completa mente colapsado en el lugar, Don Quijote amenaza con su lanza a la calma, pero las venillas de sus ojos rojos como tomates, no dicen lo mismo.

-¡Mi señor! ¡me de dao de cuenta que aquí no se reparten caramelos! ¿Y, si, nos alejamos en un descuido?

-¡Sancho, si, decidimos no hacer las americas y solucionar los entuertos destas tierras!
¡queda os junto a vuestro caballero, como hace todo bien servidor, haciéndose llamar escudero!

Pero las bolas de goma con su velocidad y repetidas fue fácil tumbarlos en el suelo, aún así Don Quijote se arrastraba hacia uno de aquellos blindados mozos de choque, con el sonido característico de su ya desgastada armadura sobre el asfalto y sus ojos rojos ensangrentados, más por la rabia que por el dolor, que en eso tenían callos. Fueron llevados al cuartel y sus rocines a las cuadras, estos últimos disfrutaron de un buen pienso. Y,en el cuartelillo.

-Vamos ha ver, ¿Quien coño sois vosotros?

-Yo, soy Don Quijote de la mancha y, mi fiel escudero quien en mi nombre me acompaña.

-Y, yo Santa Teresa de Jesús...No me toquéis los cojones, ¡encima de la que habéis liado!

-Con permiso, señor gendarme y, de mi señor, si, nosotros somos quien somos y usted Santa Teresita, pa que tenga cojones de me pienso que es un tras-vestido.

-JAAJAAAAAJAAJEEE, JAAAJA, JIIIJJJIIII, JAAAAAAAJA..... ,

Los demás compañeros de este interrogador, no pudieron aguantar la risa. Don Quijote pidió un poco de agua fresca y se la sirvieron, prestando la siguiente declaración.

-Me dá igual si ustedes creen en mi nombre o no y, de quien me acompaña. Dicho de otra manera soy el mensajero del tiempo, testigo de los buenos hace res, soy la frescura de este planeta, como este agua que me servís y refresca mi garganta seca. Vengo anunciaros que las malas educaciones del ambicioso bolsillo, hace subir en grados temperaturas, sucumbiendo las esperanzas verdes de las Dulcineas y hombres buenos.

-Así, que mensajeros del tiempo. Una ficción de Cervantes hecha realidad. ¡Sargento Perez! ¡llama al centro psiquiatrico haber si esta mañana estos dos no han fichado!

-Mi señor, estos de gendarmes nos toman por locos.

-Si, Sancho, tomando el camino recto nos llaman locos, los que se dejan arrastrar por las costumbres de caminos tuerzos y del avaricioso dinero.

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