viernes, 12 de febrero de 2010

LAZARILLO DE TORPES cap 48




Por la comarca de Valladolid, aparecen los intrépidos incansables, por laderas, montes y pinares. Horas lleva nuestro hidalgo murmurando, hablando consigo mismo, en su particular mundo planetario, viéndose siempre acorralado por tanta desdicha en el camino que ofrece la tan singular vida. Y, murmurando sobre su caballo Rocinante, sintió como que un ruido desconocido, le venia por detrás, a escasos metros de ellos. Creyó ver al girarse, un gigante libro, ocupando toda la carretera comarcal, dando botes y, en cada bote este libro se habría por la mitad, como queriéndoselos tragar.

-¡¡SANCHO!! ¡¡AVIVA TU RUCIO, EL CARCELERO DE LOS TIEMPOS QUIERE ATRAPARNOS, ENCERRARNOS EN EL LETARGO Y TROCEARNOS EN DIMINUTAS LETRAS, LEJOS DEL CONOCIMIENTO, ARROPANDONOS CON MULTIPLES CAPAS DE POLVO EN EL TRASTERO DE LOS OLVIDOS!!! ¡¡Y, ATACA POR LA ESPALDA COMO VIL COBARDE, SIN BUENAS INTENCIONES ALEJANDOLO DE SER TODO UN CABALLERO!!!!!!!!!

La tranquilidad del pobre Sancho se había roto, llevándose tal susto, más por el ruido de su señor que, de las amenazas de un libro que no pudo ver.

-¡AAHHYYYY MI SEÑOOOR!!!

-¡¡SANCHO, SEPAREMONOS!! ¡¡GIRA A TU DERECHA QUE YO LO HARÉ A MI IZQUIERDA!! ¡¡VENDEREMOS CARO LA AMENAZA DE ESTE PRESIDIO!!

¡¡LA DIVINA PROVIDENCIA NOS ACERCARÁ MÁS TARDE EN ALGÚN LUGAR DEL CAMINO!!!

Sancho, vuelve a mirar hacia tras y, una vez más no ve nada, se queda quieto con su rucio al pié de la carretera, viendo como su señor se aleja perpendicularmente de la carretera, perdiéndose entre unos pinares verdes. Pero la vida ofrece casualidades, que casualidades ofrece la vida. Unos instantes después, Sancho miró nuevamente hacia donde su señor había visto algún peligro, pues un ruido sospechoso se dirigía hacia el por el camino. Era tal la velocidad con la que se acercaba, que con la misma el se santiguaba.

-¡Hay mi rocín, que va ha tener razón mi señor y a ese libro, con nosotros se va ha tomar el primer almuerzo!!

No muy lejos de allí, nuestro hidalgo caballero, llegado a un riachuelo, con aguas transparentes y sus orillas como las esperanzas verdes. Rocinante, clavó sus herraduras en aquel lugar, negándose a continuar y con ganas de reclamar sus derechos sindicales, más revisión de contrato.

-¿Por qué paráis Rocinante? ¿Es que quieres que, engrosemos en las listas del soldado desconocido?

Rocinante, hacia oídos sordos, bebía agua cristalina, con la misma felicidad que los bebes maman de su biberón.

Mientras tanto, Sancho corría otras suertes. Un furgón destartalado, con un matrimonio de jóvenes gitanos, se acercaba a la altura de Sancho. Este furgón venía con una rueda trasera reventada, de tal forma que lo que quedaba de dicha rueda, era un trozo de cubierta que golpeaba dicha carrocería a medida que esta giraba. Sancho, se quedaba más tranquilo, pero el ruido aún le mosqueaba, tanto era así, que la furgoneta paraba a su altura, al ver el susto en la cara que Sancho reflejaba.

-Miiiiira Liboooorio, que carita tiene ese paaaayo, con la misma cara que su borriiico.

-Dulgeenia, coge datras en la caja un racimo de uvas, haber si asina se le va el susto.

Este matrimonio con fruta fresca, como las uvas (posiblemente de Alicante)

-Andaaa paaayo, coge estas uvas pa ve si te cambia el color de la cara, que la tienes como el simblante de tu borrico.

-Gracias, mil gracias,- ¿Ustedes no de habrán visto un libro gigante pegando saltos por estos caminos?

-Aaaaaay Liboooorio, arranca la fregoneta que hoy llegamos tarde al mercadillo.

-Si, amonos que a este paayo, la dao unaire.

Sancho, con las riendas de su rucio en una mano, y en la otra, el agradecido racimo de uvas, sigue el rastro que dejó el ilustre hidalgo. Encontrándolo en dicho arroyuelo.

-Dichosos sean los ojos con los que te veo mi fiel escudero, veo que de momento, hemos dado esquinazo al sabueso libro.

-Si, mi señor, dese libro de tiene que ser más canso y pegajoso quel del Paco Umbral. Y, además, dos ángeles caídos del cielo me han dado este racimo de uvas frescas que, ahora mismo nos las compartimos. Ya librados de que nos expriman en letras, también quedan libres estas uvas de exprimirlas, convirtiéndolas en vinos y vinagres.

Repartido aquel racimo de uvas y, mitad en mano de Sancho, mitad en mano de D.Quijote y, este con la mirada perdida en el horizonte. Mirandole Sancho haber si vuelve. Ni corto ni perezoso, Rocinante con habilidad, coge el medio racimo de la mano de su jinete DQuijote, el rucio hace acopio, también coge el medio racimo de Sancho, endulzando el paladar de dicho día.

-Sancho, en mi frente siento la brisa fresca, del movimiento de que deja la página desta vida.

-Eso, mi señor, de quiere decir que el libro está a su albedrío, navegando por las tierras, los mares y aires.




domingo, 24 de enero de 2010

DULCINEA DEL DOLOROSO cap 47


Siguiendo la ruta del sol, estos caballeros aparecieron por tierras de Plasencia, caminando sin descanso, salvaguardándose de la lluvia en refugios, bajo puentes y demás apeaderos.

-De vuestra la sin par, inigualable y de resplandeciente señora Dulcinea, no habláis casi nada, por no decir nada, mi honorable señor.

-Parece ser, Sancho, que a vuestra querida y humilde señora Teresa no la pronunciáis, salvo cuando os toca comer pan duro, acordándonos en esos precisos momentos de sus abundantes y apetitosos pucheros.

-¡Ay! no me lo de recuerde que me hace pensarme, lo desta empresa, de arreglar los mundos tuertos. Que si con un ojo sano se vea mucha podredumbre, con los dos sanos estos se multipliquen.

-Si no me falla la memoria Sancho, de aquellos primeros deberes que os encargué, de que llevarais una carta a la venerable Dulcinea, mientras yo hacia penitencia.

-Y, que de preciosa que es mi señor, cuando la vi que, de tal palo le salen astillas.

-Sancho, más que bella posee el aguardiente del amor, tanto es así que, si fallara su ausencia en la madre tierra, yo, de este mi pecho arrancaría este corazón, abriéndolo como una naranja y, en el último de los suspiros, bebería su recuerdo, en la despedida de los más exquisitos paladares de un recuerdo beso.

-Mi señor, visto así, hasta las trancas como los amantes de Teruel y Salamancas.

Mientras tanto, Rocinante y su compañero rucio caminaban impasibles con la tranquilidad que dan conversaciones tan relajadas. Aguantándose la risa maría luisas como el lindo perro pulgoso. Fueron adelantados por un lujoso coche, el cual en su trasero parachoques llevaba varias hileras de vacías latas. Unos recién casados con direcciones a las lunas de miel.

-Y, de hablando de roma por la puerta asoman mi señor, un par de tortolitos equipados y bien de namoraos.

-Sancho, el amor tiene muchos trajes, ese quizás sea el de los domingos pero, los verdaderos quereres se manifiestan con el traje de los lunes a viernes.

-¡Claro! Es que de entre fines y fines de semana lo de en medio como los bizcochos está lo más sabroso.

Unos pocos kilómetros más recorridos, decidieron apearse, observando como un taxi recogía a la recién casada y su novio de rodillas le suplicaba que tal acción al cabo no llevara. Sin éxito por parte del desgraciado amante, ella parte en el taxi bien segura de la decisión tomada al instante. Tales hechos no pasan desapercibidos a los intrépidos D.Quijote y Sancho Panza, acercándose al desdichado amante, preocupándose por los nuevos acontecimientos que invitan a la sorpresa.

-¡Buen joven y enamorado! ¿Qué os ha pasado que de loco enamorado, en un instante habéis pasado a enamorado desgraciado?

-Snif, snif, ¡¡¡¡¡¡buuuuaaaa!!!!!

-Mi señor, de me parece a mi que deste namorao, tomando el postre de los dulces se le haya atragantado.

De nuevo D.Quijote insiste en la pregunta.

-¡¡¡Es que solo sabéis llorar como niños!!!

-Snif, snif………todo iba también,….hasta que le he dicho, que lo he perdido todo, lo invertido todo en acciones Sofico.

-Bien, pues yo os digo, sea por el amor que, de él fluya la verdad, una que produce dolor y de la otra se libere de un lastre como al preso encadenado. Y, dad gracias a vuestra desdicha, siendo esta quien os revela la verdad de la que hubiere sido vuestra amante.

-Snif, snif, snif, ¡¡¡¡¡¡buuuaaaaa!!!!! ¡¡¡¡booouuuaaa!!!!!

-Mi señor, mucho de me temo que, a este amante su ya alejada novia de las lunas y sus días con todas sus mieles, se le adelantaron, arrancándole de su pecho con una puñalada trapera toda una repleta cartera. No quedándole ni una gota de zumo de naranja en su corazón y rompa a rabiar con los llantos.

-Sancho, el amor tiene sus reglas que no obedece al azahar ni a casa de empeños.


viernes, 15 de enero de 2010

CENTAUROS DUROS DE ROER cap 46





Caminando por la llanura de castilla la mancha, toda blanca por causas de las nieves, cogieron el primer camino o carretera que siempre lleva a algún lugar.

-Mi señor, que de blanco está el campo llano, que de todo silencioso, como los niños de blanco en su primera comunión, esperando su chocolate caliente a la salida de la iglesia.

-Sancho, ese blanco sin duda que, es el alma de la naturaleza, blanca como ella misma descansa en el remanso de la tierra, para luego más tarde elevarse a los altares de los cielos, habiendo echo comuniones con los océanos y sus mares.

-Y, ¿De los silencios?

-Si la música da flotabilidad a nuestra mente, haciendo elevación de nuestro pesado cuerpo, sea esos mismos sonoros los que desgastan, rompen y evaporan las nieves. Sea esa la causa de todos los silencios en estos precisos momentos.

-Le recuerdo mi señor que son pocas las provisiones en alimentos y abrigo que llevamos en el serón de mi rucio. .

-Yo te recuerdo a ti también Sancho, que en otros viajes hicisteis cursillos acelerados, nunca olvidéis que la providencia siempre tiende su mano en las desgracias y escaseces.

-Si que de lo recuerdo, que la elegancia no ocupa de lugar pero, mejor estaría con un armario bien repleto de despensa y sus complementos.

Siguiendo por una carretera recta y llana, tuvieron un particular encuentro. Una señora apeada con su coche en el arcén, estaba siendo ayudada por una patrulla de la guardia civil, poniendo las cadenas a las ruedas del coche por causa del hielo y nieves. D.Quijote y Sancho pasaban de largo por el lugar, pero uno de los agentes de tráfico añadía argumentos a las habilidades de poner cadenas a unas ruedas.

-¡Mira que bien! ¡Esos para caminar no necesitan cadenas!

D.Quijote que les oye, da un fuerte tirón a Rocinante, dando media vuelta y dirigiéndose a los auxiliadores de carreteras.

-¡La paz sea con ustedes! ¡Las cadenas que se han inventado para caminar, restan vuelo al libre pensamiento!

-¡Queeeeeeeee dice usted!

-Perdonen señores de gendarmes, lo que mi señor quiere de decir es que, teniendo una cabra encadenada en un sembrado de los campos, su estomago de esta cabra se mide por el radio de su cadena y que de sus hambres en matemáticas sean calculables.

-¿Hacia donde se dirigen ustedes?

-A resolver las injusticias, a equilibrar los altibajos como estas llanuras que se funden en el horizonte con el cielo, que no haya un resquicio de luz donde el sol tenga un ojo vago, brille la armoniosa alegría y el contento en el universal mundo, hoy tan afligido.

-Mi teniente, parecen las estatuas que han recobrado vida, unos kilómetros más abajo. La de D.Quijote y Sancho Panza.

-Si, dos actores que han cogido un mal día para hacer unos ensayos.

La señora, fiel seguidora de radio onda cero que, escuchaba a Carlos Herrera, apaga la radio, baja aún más la ventanilla de su coche socorrido, prestando su mejor oído.

-Bien, sigan su camino y en la próxima intersección comarcal, salgan de la carretera principal, ustedes podrían provocar un accidente.

Y, así, lo hicieron caballero y escudero.

-Mi teniente, ¿Qué decía de atarle la cadena a la cabra?

-No se, si, creo, estando bien sujeta la cabra con la cadena esta tragaría sin desgana.

La señora que rozaba los 65 años.

-¡Oigan señores agentes! ¡Que aquí no se ven pastores ni cabras ni cabrones! ¡Si quieren auxiliarme, las cadenas son para las ruedas! ¡Y, si no márchense con viento fresco que, por el móvil llamo a mi hermano Lucrecio.

No tocaba otra más que tranquilizar la situación, máximo teniendo en cuenta la competencia en futuros ascensos.

Lejos de allí, por otro camino rural y nevado, nuestro hidalgo y escudero se toparon con un rebaño de cabras negras y pardas. Con sus pezuñas estas cabras escarbaban en la nieve descubriendo escasos pastos y retoños verdes.

-Poca fe de tienen estas cabras que, no esperan que los hielos y las nieves evaporen estos campos, para morder sus escasos pastizales.

-Sancho, la dicha de la vida no está en quedarse quieto.

-Si, si, de igual que las cabras hay que tirar al monte.

martes, 29 de diciembre de 2009

MAQUILLAJE CIRUJANO cap 45


Olas de viento frío se prestan a despedir otro año, año de puntuales fuertes aguas y nieves, como bajas temperaturas y altas lo fueran en el largo verano. Tras haber pasado D.Quijote la noche de acción de gracias con la única compañía de su inseparable Rocinante, en el pensamiento de este hidalgo no cabían más contradicciones, por un lado quería salir a seguir arreglando las malas suertes, por otro quería permanecer más tiempo en el lugar de hospedaje, planificar cada paso y no sufrir las bajas de moral que se adornan en cualquier batalla, pues entendía que en la vida, para vivirla de contemplaciones y otras musarañas, se sentía muy alejado del formulario de los monjes. Aquella mañana, mediante una coloquial charla con su caballo Rocinante, no llegaron a desacuerdo y, con rodilla en suelo dijo un formulario de palabras muy entrelazadas.

-¡OH! Rocinante viajero,

Infatigable en los caminos,

Voluntario en los senderos,

Agradecido a los vientos,

Peinan la crin de tus cabellos,

Vientos de azahar perfumados,

Vientos de sangre y fuego,

De tu nobleza soy testigo,

De la madre nobleza parido,

Yo, soy hombre agradecido,

Para tal empresa sois cumplido,

Universalmente conocido,

En los tiempos duradero,

Con júbilo jamás envejecido,

Brillante tu luminoso camino,

La estrella que alumbra del cielo,

Te allanan todos los senderos………,

Y, así, un rato largo, tanto que Rocinante en uno de esos mágicos momentos, soltó un palabrerío interrumpiendo la estrofa de D.Quijote.

-¡Menos jabón y más soluciones!

Con gran disimulo, Rocinante mascaba granzones secos de paja, haciéndose el sueco y desconcertando al señor hidalgo que, miraba a su alrededor, no viendo a nadie y con los ojos tensos empezaba a dudar de lo que sus oídos escuchaban

-¿Habéis oído Rocinante? La invisible providencia nos aconseja que salgamos de esta estancia pasajera. Cuatrocientos años dan para muchas arrugas de nuestra piel y, la de nuestros cuerpos se mantienen fiel a sus promesas, simétricas a la de nuestros corazones que laten en palabras haciendo caminos infinitos en todos los tiempos.

De nuevo Rocinante, salta y dice….

-Conocí una yegua en Sevilla que, esta perdió su silla por mi sobrada demanda.

Con razón y cabreo, mirando a todas partes menos al sujeto que parió tal frase y, con su espada en mano, le dio por dar sablazos golpes al vacío, en todas direcciones y, picadas de espada de un lado para otro.

-¡Dad la cara menesteroso! ¡Cuan cobarde sois que os escondéis en la otra dimensión! ¡Mostraros en cuerpo y alma, que dudo tengáis alma, que un cuerpo sin alma no sea digno de mostrar por brumosa fealdad!!!

En esos precisos momentos, aparece Sancho por la puerta de aquella vieja nave y, dirigiéndose al caballero hidalgo.

-¿Qué os pasa mi señor, que os veo tan agitado y danzando como los Ninja en el manejo de la espada?

-¡Sancho! ¡Tened cuidado! ¡Alguien me amenaza sin dar la cara escondido detrás del maquillaje de la otra dimensión!!

-¡Ah! Ahora que dice mi señor, lo del maquillaje y que viene a cuento, en Italia un de político ministro, por abusar de los maquillajes, tanto que quisiere de parecer a un niño y, en el primer juego de tirarse piedras, el ha recebido la primera, expresando todos los cabreos de niño y de mayor. Y, que no muy lejos de allí, dando el padre de todos los curas la misa del gallo picantón, que este papado dijo “dejad que los niños se acerquen a mí”. No siendo hora de jugar a las canicas, saltándose una señora toda indignada la valla para enseñarle el horario escolar.

-¿Tan viaje largo habéis echo Sancho?

-Como bien sabéis las noticias, van bien aceleradas, pero sin irse más lejos, y en estas fechas señaladas, los Belenes estaban rejuvenecidos y maquillados, tanto que la figurita del rey Baltasar, en vez de dar regalos recibe el premio de la paz, y sus compañeros Malechor y Basaltar tienen la guerra emprendida con el máximo accionista de Papa Noel.

-Bien Sancho, algo me dice que debemos partir, hay mucho desarreglo y cobarde suelto que no se brinda a dar la cara, vayamos a su encuentro. La fortuna no ha de esperar en estas cuatro paredes, prepara tu rucio con despensa incluida, mientras yo saco brillo a mi modesta y singular armadura, única bandera que en el mundo se adelanta y representa.

-A pasear tocan.

Otra vez, Rocinante hace de las suyas……..


miércoles, 9 de diciembre de 2009

MOMENTO GRAFFITERO cap 44



Después de la despedida de aquella familia de cales, D.Quijote con cierto nerviosismo entiende y comprende que se repiten los caminos en planes de el año anterior, sin haber resuelto, siendo todo aún con más descontento.

-¡Sancho! ¡Las aventuras de las aceitunas bien salimos escaldados que, aquel mariscal de campo, su ascenso, de muy seguro que lo hizo de chusquero!

-Mi señor, que eso de los estudios para las de batallas desta vida, que de estudiar se quiten las ganas, cuando la elección se hace a dedo. Fíjese que, en política los elegidos se hacen de puertas para dentro, cuando de millones de peregrinos feligreses depositan su voto en un encajonado rajado.
-¡Tengo que expresar esta circunstancia que como un rayo me atraviesa Sancho!

-Si, mi señor exprésese, pero sin que se estrelle, que el ave de pasa muy cerca de estos aposentos y con todas sus velocidades, previniendo un seguro y fijo de hierro camino. De cambiando de conversación, en estos tiempos en que me hayo en paro y como le dije, estoy practicando el baile coreográfico para irme de gira con Lady Gaga. Me he traído este aparato con mucha magia de la buena que, apretándole una tecla aparecen todas las voces encerradas y seleccionadas.

Y, efectivamente Sancho, había traído una vieja radio con porta CD, en el que incluía la música que estaba ensayando en su particular coreografía. Encendido el aparato a Sancho le cambia la mirada, hace el mismo gesto de Gardel con el tango, empieza a moverse despacio al son de la música de Lady Gaga, gestea con los brazos, con las piernas, pero con la redondez de su barriga rompe algo más que el hechizo del momento. D.Quijote rompe y estalla dirigiéndose a las escasas brasas de la hoguera en aquella vieja nave. Coge varios tizones y se dirige a la pared amarillenta de ese cobertizo y entre murmuraciones, pamplinas, tomando dicha pared como si de un lienzo se tratase, D.Quijote empezó a dar tizonadas en todos los sentidos, también usaba las manos para suavizar tonos de la figura que solo en su mente él veía.

-¡Sancho! ¡Veo que en vuestra infancia abusasteis del juego de la peonza! -Lleváis girando veintisiete vueltas como los molinos de estas tierras.

-Mi señor, es que como los molinos, de resulto muy ecológico, que bien me lo agradecerá la capa de ozono. Que ahora que lo pienso usted mi señor, en su juventud de tuvo que ser piconero, por que mueve y alienta los tizones con la gran maestría de los carboneros.

-¡No! ¡Sancho! ¡Y, estáis equivocado! La madre naturaleza que es sabia, nos abastece como hijos necesitados, para crear aquella obra que habita en nuestra mente. Son nobles pinceladas, como noble es la obra que pinto y represento. Las tizonadas, los carboneros, obedecen a otros gremios que, sin duda hagan matrimonios con su nobleza. Pero os repito que vuestro baile, sin querer aburriros, todas sus noblezas presumo quedaran solteras. Por que vuestra música coge la dirección de los caminos olímpicos y, vos mi escudero, la dirección del gallo veleta.

-¡Pues que sepa mi señor!!! ¡Que el gallo veleta nos avisa de los vientos, con todas sus sabias direcciones!!!!

-Cierto Sancho, que, también nos avisen de los adornados relámpagos antes de las tormentas.

-¡Y, ¿Qué pintáis mi señor?

-Pinto un compendio de notas musicales, las notas de muchos políticos, que anestesian nuestras mentes cada cuatro años, de esa eclosión dibujo el ave que nos embruja, anula voluntades y, como bien veis, lo hago con toda la nobleza, respetando al animal que forma una cadena en nuestro habitad.

-En estas fechas, más le valdría haberse de inspirado en el ave del día de acción de gracias, mi señor pintor.

Hubo momentos, en los que no se sabía si, la música provenía de la radio CD de Sancho o del graffiti de D.Quijote.

viernes, 27 de noviembre de 2009

EL HABITO NO HACE AL LOCO cap 43






Tras una noche fría y larga de tecleo de un piano figurado, nuestro caballero hidalgo se encuentra acompañado por una familia de gitanos que al parecer, tenían por costumbre de alojarse en aquella nave abandonada y vieja para pasar el frío invierno, después de haber correteado parte de España en las vendimias, recolección de patatas, fresas y otras frutas frescas. Una vieja furgoneta ligeramente acomodada, herramienta de esta familia de un matrimonio patriarcal de una cincuentena de años cada uno, con sus dos hijas y sus correspondientes maridos. Sumándole cinco nietos a estos patriarcales abuelos. D. Quijote al verse invadido aquel espacio, siente curiosidad y pregunta.

-Bien venidos sean a esta morada espaciosa, grande familia de singular niños, padres y escudería que dan nombre los abuelos. ¿Y, qué les trae por aquí?

-¿Y, Quien eres tú payo? ¿Que haces aquí en nuestro albergue de invierno?

-Yo soy, el caballero de la triste figura, el resolvedor de todos los entuertos encontrados que, la divina providencia pone en mi camino. Estoy en estas guarnecidas paredes compartiendo vecindad con una banda de palomas que, se marchó esta mañana y, sin previo aviso presumo, de una leve despedida. Ellas no me confesaron que este singular albergue ya, tenía sus inquilinos.

Esta forma de hablar, hizo que nuestro caballero andante se hubiese rodeado y con interés de toda esta grande familia que, en toda la vida de esta consanguinidad de generaciones, jamás les habían hablado con tal respeto alocado. Dicho sea de paso que haya un dicho hipérbole “más vivo que un gitano”

-¿Aquel caballo delgao es tuyo? ¿Y, cuando pensaba marcharse deste lugar?

-Ciertamente es mío, su delgadez obedece a las tristezas y alegrías compartidas, no están hechos los caminos de rosas, del cielo cae lluvia y granizo, el sol en su estación preferida calienta nuestros huesos, quemando nuestra piel al descubierto, los calabozos también se prestan como albergues no deseados. Decís de mi marcha, eso solo lo sabe el reloj que marca la hora de mi fortuna.

-Que tiene usted razón, que asines son nuestros caminos. ¡Neneeee!!!!! ¡deja tranquilo al pobre caballooooo que te va a dar una pataaa!!!

Los integrantes de dicha familia, de la sorpresa y entusiasmo pasaron al exceso de confianza, haciendo acopio del dominio de la superficie de aquella vieja nave, tanto que uno de aquellos gitanillos con una vara le dio por pinchar a Rocinante en su bajo vientre. Rocinante con la sabiduría de un maestro, acercósele su hocico al oído del gitanillo, y con voz baja muy clarita.

-Enano, date con esa vara en los huevecillos y verás como te crecen………

-¡Glup!!

El gitanillo, muy sorprendido no dio ningún crédito y, miró a su alrededor para ver si cerca había alguien más. A esa distancia, ni siquiera sus tíos y primos, hermanos era imposible que alguno de ellos, se haya pronunciado con aquel acento llano castellano.

Aquel niño, más que una coz, recibió una lección, tiempo le llevará cambiar el semblante de su cara. Corrió al encuentro de sus otros primos y hermanos forzando una risa para encubrir tal misterio. Mientras tanto los demás hicieron un hermoso fuego que poco a poco se fueron arrimando a el, acomodándose en unas sillas y, el resto en piedras. Todos escuchaban a D. Quijote, que en pié, narraba algunas de aquellas aventuras tiempos atrás, pero más que sus aventuras con Sancho, era su forma de contarlas y con el respeto que lo hacia a tan gratos contertulios. Uno de los yernos de patriarca gitano, se hizo el remolón y, encendiéndose un cigarrillo se puso en pié y allí donde horas antes había fijado su mirada, se acercó como el que no quiere la cosa, en un rincón estaban las armas oxidadas y armadura magullada de nuestro hidalgo. Más por el valor de su antigüedad que de su peso, este gitano había echo sus cálculos financieros en el rastro de Madrid y disponiéndose a coger lo que no es suyo, una vez más Rocinante acompañado en su montura, un conjunto de palomas superpuestas sobre si, aparentando una figura humana, caballo y jinete figurado se acercan sigilosos al presunto delincuente. Y, una vez más Rocinante.

-Pissssssssss, oye tú, ¡pero hombre! ¿Vas a vaciar a ese pobre hombre productivo, como hacen las empresas con los eres a sus trabajadores con su sueldo digno, para contratar a una mitad o tercio de jóvenes empleados con derechos a la baja?

Nada más decir esto Rocinante, las palomas en orden se fueron marchando deshaciendo la figura humana que hacia de jinete.

¡AH! ¡Perdone usted! Es que me gustan las antideguades, y ¡Eh!

Al ver tal fenómeno, las palpitaciones del adulto gitano hicieron que se tragara el cigarro y empezara a toser con tos carrasposa hasta que expulsó lo que fue un cigarro, dirigiéndose a la tertulia del hidalgo caballero, que disfrutaba como un enano contando sus aventuras. A todo esto que vino Sancho al lugar, ya entrada bien la noche.

-A la paz con todos ustedes, buena compañía tiene mi señor.

-Honorable familia es la que hoy me acompaña, ¿Qué buenas traes Sancho?

-Que el trabajo esta muy mal, que no puedo pagarme mis clases de baile y, he de pensado que podríamos ir a las recolecciones de las aceitunas, que bien nos vendrá.

-Cierto que tendríamos que probar fortuna una vez más, ahora me hayo distraído con esta numerosa familia, contándoles algunas de nuestras experiencias aventureras.

El patriarca de repente se acordó que en aquellas tierras andaluzas tenia parientes y, que bien les vendría buscar algún tajo de aceituna. Con lo cual decidió recoger y salir zumbando. El nieto gitanillo, el del percance insólito se abrazó al cuello de su abuelo comiéndoselo a besos. El yerno, el admirador de las antiguallas le dio por cantar una seguidilla bien acentuada. Fueron despedidos a la buena fortuna y, Nuestros caballeros quedaban haciendo planes de economía, Rocinante rumiaba algo de paja.

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viernes, 13 de noviembre de 2009

ESCRITURA GRAVE cap 42








En una vieja nave y palomar, se había alojado nuestro hidalgo caballero, su nueva estancia por el momento. De muebles un colchón de paja, una mesa vieja barroca carcomida y, de compañera una silla. Con un brasero de carbón vegetal, que, el buen escudero Sancho le había procurado, más si cabe decir otro regalo que, le llevó. Un ordenador portátil que a su mujer le había tocado por puntos en el Carrefour.

-¿Que tal en su nueva estancia, mi señor?

-No me quejo Sancho, pero como bien sabes, de esta estancia yo, no soy propietario. Futuro incierto tengo como esas palomas suspendidas, en esos tirantes, a la espera de que sean devoradas por viles comadrejas.

-Mire lo que le traigo, que de me creo que le saque buen provecho, por que, aunque barato este piano, lo sea porque le falte su cola.

-Sancho veamos tal instrumento musical que, aunque se vea escaso en menudencias, sus principales notas hablaran a los ruiseñores, pidiéndoles las mejores disculpas si por tales oníricos sonidos se sintieran humillados.

-Ya, de le veo muy puesto en partituras que, de impaciencia estoy a rebosar.

Y, disponiendo sobre la vieja mesa el portátil ordenador como un libro abierto y sus teclas muy a la vista, D.Quijote se sienta en la mesa ejercitando los dedos como los deportistas en competición.


-¡Mirad Sancho! siguiendo este abecedario en el teclado, pondré nombre a la historia que quisiere contar o denunciar, que de seguro un entonado sonido musical acompañara.

-Pues, toque ya, que mis oídos ansiosos están de ser testigos deste piano sin cola.

La configuración de este portátil desarrollaba un tono musical en cada una de sus teclas, que lo primero que le vino en mente fue, siguiendo cada letra de los nombres de personas mas queridas y, después con los malvados enemigos. Al principio la música sonaba de lo más suave, más tarde resultaba roncona y decaída, hasta que se acabo la pila.

-Ya no suena mi señor.

-¿Que decís? yo, aún la oigo.

Tecleando sin descanso, con su música aparte, en su mundo particular y de todos.

-Sancho, hasta los sordos crean música ¿Como podéis decir que no oís?

-Ese aparatejo moderno, que no suena y bien limpios tengo los oídos.

-¡Mirad esas palomas allí arriba! ¡Que atentas y dispuestas!

-Si, atentas, si se le escapa algo del zurrón y, dispuestas a planear en vuelo para llenar el buche. Bien, me marcho mi señor, que tengo clases de baile particulares para mi curriculum devitae, aprovechando este tiempo de parado.

Don Quijote, siguió tecleando sin descanso, todos los nombres conocidos, desconocidos, haciendo frases con historias bien acabadas e inacabadas, escuchando su propia música, la que en su memoria cada letra le decía, dibujando las mil batallas hasta el amanecer. Minutos más tarde aquellas quinientas y pico palomas que pasaron su noche en aquella nave, dispusieron su vuelo en una dirección magnética de su inteligible gps, haciendo su vuelo sobre una autovia por la cual un coche de gran cilindrada había sobrepasado el doble de la velocidad permitida. Ese coche era el único que circulaba y, como aviones las palomas descendieron su vuelo para cruzarse en un punto con el loco conductor, que todas defecaron a escasos metros sobre su parabrisas, desconcertando al piloto, impidiéndole reaccionar con un giro inesperado de su volante, dando trece vueltas de campana. En la prensa aparece un articulo "Alcalde muere en accidente de tráfico" casualmente se había dado orden desde la fiscalía nacional, de su detención por malversación, cohecho y fuga de capitales a paraísos fiscales.
D.Quijote seguía tecleando partitura.

-He de conseguir la solución, melodía que dé descanso y paz en la tierra, como esas palomas que fueron a buscar su ramo de olivo..........Tras la caida del muro, de ambos lados se aunaron las mentiras, las verdades quedaron aletargadas.


мι ℓιѕтα ∂є вℓσgѕ