viernes, 2 de enero de 2009

TIERRAS DE MERCADERES cap 21





Atravesando llanos y montañas dos fieles al compromiso, sin darse descanso a las obligaciones que se firman en el alma de un contrato, aparecen por las tierras de Almeria, áridas, secas y demás filantropías.

-Mi señor, destas tierras que están tan secas, peleadas parece que lo estén con la lluvia, como la nuera con la suegra, que recela la mayor de su "fruto" a los malos descuidos.

-Sancho, los descuidos obedecen a la ignorancia, igual en los excesos, en la confianza, pero la madre naturaleza que es sabia, entiende de los equilibrios que, si no llueve en estas tierras, en la misma demanda lo hace en otras, para que se diga siempre que, la botella este ni medio vacía, ni medio llena, siempre en la justa medida.

-¿Y, dice mi señor que en estos lugares, de se dieron las primeras mercaderías?

-Cierto es Sancho, que yo lo diga y no me lo haya inventado, pero en el mismo punto de los equilibrios de la nuera y suegra antes mencionados, sean los mismos equilibrios que tenga el nivel del mar con la tierra, que una mano la puedas mojar y al mismo tiempo la otra la tengas seca. Que la mano derecha no sepa de su hermana izquierda, pero ambas por separado, presuman de las mejores intenciones y nobleza del otro lado.

-Bueno, bueno mi señor, de una cosa estoy de seguro que, de mi mujer y mi suegra, de si a la vuelta que se me hace de larga, no le llevo las fortunas prometidas, les han de faltar manos para soltarme de palos con las dos manos compinchadas y de una misma cosa enteradas.

-Mala fortuna y desdicha predicáis en los cimientos de las mercaderías de colonos y fenicios, Sancho, a lo menos que, de tus ilustres damas están unidas por la misma empresa y, ese que ya es un buen comienzo.

Mientras caminaban con una muy buena luz solar, con sus siempre dóciles Rocinante y el noble pollino, siempre guiados por donde sus primeros estiramientos hace el sol que, fueron a toparse con una extensa llanura de, estación de placas solares como medio de obtención de energía.

-¡Sancho! ¡he ahí un milagro de la naturaleza! fija os bien los resultados de los abusos desmedidos que alto precio se paga.

-¡Mi señor, que desto que me resulta raro y la primera vez que se vea!

-Como podéis apreciar Sancho, esto son un conjunto de olas a un solo toque de nota musical, que abusando de una de sus notas de la partitura musical en el lenguaje de las olas, haciendo fijación en una sola mirada hacia el sol, la divinidad del altísimo, mando petrificar estas olas como castigo por los abusos desmedidos, así como igualmente se rompe la hilaridad de los sonidos creados.

-Mi señor, que no entiendo de olas, pero estas de petrificadas, muy a pesar de los pesares que están muy bien ordenadas.

-Sancho, ordenadas y prisioneras me quedó decir, que como penitencia devuelven la energía prestada por el Sol que, en su naturaleza se nos presta generoso y complacido. Pues fue, en el mar mediterraneo, en todo su perímetro generoso, donde las sabias olas amigas de las brisas acariciaron las velas de los mercaderes, que guiados por sus nobles necesidades, en sus corazones albergaban las mejores notas musicales, rimando estas con el sonido de las olas.

En ese continuado caminar, un poco de agua no les vendría mal, que media hora mas tarde se encontraron encima de una meseta, donde la geografía seguida mente escalonada, dibujaba una llanura de invernaderos o mar de plata, para la sorpresa presumida del generoso escudero que, con mucho asombro y curiosidad le despertaba tanta plata acumulada, pues se tiene por persona de muy puestos los pies sobre la tierra.

-¡¡MI SEÑOR, POR VENTURA QUE NO ME SIENTO CIEGO!! ¡¡QUE, CERRANDO Y HABRIENDOSEME POR TRIPLE LOS OJOS, VEO LO MISMO SIN RECATO COMPLACIDO!!

-¡Sancho, vuestra calma se ha roto! pero, bien cierto es que del padre mar mediterraneo, un hijo suyo de plata no me suene que campe a sus anchas.

-Mi señor, que me siento de muy valiente, que si me tiene prestada de su confianza, bajo hasta la orilla de un periquete, que hasta mi asno se ve sonriente y de complacido.

-No puedo negar la confianza, que he depositado en vos Sancho, como la valentía que yo a un tiempo os presumia, quedaré complacido que satisfagas tus curiosidades por las orillas de estos mares, que yo desde esta meseta quedaré presto en vigilancias por si se dan daños a terceros.

Y, Sancho, baja la meseta escalonada mente mas contento que el día de su patrona, pues con martillo y cincel piensa arrancar unos kilos de plata de la orilla de ese mar, piensa que ya es hora de cobrar algunos adelantos y, con intereses de su contrato establecido como escudero andante, pero a medida que se acerca le crece la sorpresa con desgana, cuando observa de cerca aquello que parecía plata, era producto y reflejo de la luz con los plásticos del invernadero hacían de espejo. Mas la curiosidad cabreada por uno de aquellos pasillos se metió con su borriquillo.

-¡¡Que desgracia la mía, que de tos los síntomas del caballero andante me de contamina, investiguemos amigo jumento destas callejuelas petrificadas!!

Y, desde la meseta Don Quijote con su mano de visera derecha puesta en su frente, atónito observa a su fiel escudero adentrando se en ese mar de plata, como por arte de magia en unos trayectos flota y en otros a capricho se queda sumergido, decidiendo salir a su auxilio antes de que su alma se pierda en los delirios. Mientras tanto Sancho, se metía y salia por las portezuelas de los invernaderos, que conociendo oficio parecido, hace acopio de lo que la falsa plata esconde en sus entrañas.

-¡¡AAAH, FALSO Y ENGAÑOSO MAR DE LA PLATA!! ¡¡QUE ESTA NO ES VUESTRA RUTA DESIGNADA, ABTENEROS DE HACER DAÑO A MI ESCUDERO, SI NO QUEREIS REDUCIROS A CALDO CON EL FILO DE MI ESPADA!! ¡¿Sancho os encontráis bien?! ¡cuidado con la magia desta plata, que intenciones de cobrarse caro, con los mismos precios del mercado!

-¡Que noooo, mi señor, que esta plata no se de parece ni la que cagó la gata! de sus entrañas he cogido unos kilos de pimientos, pepinos y tomates, pa una buena pipirrana. Pues tenia razón mi señor, es tierra de mercadeo que yo he encontrao abierto.

-Sancho, lo que veamos con los ojos del corazón, aun con el ánimo del cobarde, no dejan de ser verdades.





11 comentarios:

SraM. dijo...

Pues sí, y que de esos jamás quedemos ciegos.
Un beso amigo y feliz 2009!

Anónimo dijo...

Buenas noches Terry:
Un placer pasear por esas tierras con los ojos del corazón que tú le pones. Ya me dirás donde te guardas los paneles solares que iluminan tu imaginación y tu talento. Me dices la marca y me los pido para reyes. Millones de gracias. Se prevé un buen año, si nos amenizas tú el camino. Besos.

cristal00k dijo...

Si es que no hay peor ciego que el que no quiere ver... Y de lo perdido,saca lo que puedas...
Pero que bonito lo explicas Terry.
Muas!

terry dijo...

Sara M., presumiendo de tener de los mejores oculistas que sois todas/os ustedes, esa clase de vista perdurará.

Meranfan, con los elementos que encontramos en nuestra naturaleza, haciendo una armoniosa combinación, intento que me salga un plato exquisito a lo Arguiñano.

Cristal00k, con cierta humildad en esta sociedad tan agresiva, hasta de unos geranios secos se le saca buena melodía.

Besos y Abrazos.

Martín Garrido dijo...

Feliz Navidad!!!!!!!!!

Meryone dijo...

una de las pocas cosas que estoy segura de ir a hacer este 2009 es releer el quijote

no por nada, sino porque se supone que tendría que presentarme a las oposiciones, así que, como no pienso estudiar, al menos tener frescas algunas de las obras que se supone que van a caer

beso

terry dijo...

Martín, bienvenido al 2009.

Meryone, que todas tus oposiciones te vengan de la mano, suerte.

Antonio Martín Bardán dijo...

Admirable, como siempre, la visión de tu Quijote, Terry, que todo lo que ve lo interpreta de buena manera, aunque no sepa en realidad qué es lo que está viendo. Sólo él puede convertir una estación de placas solares en un conjunto de olas petrificadas... Bendita locura.

Leí tu sabroso texto anoche, así que lo considero como un buen regalo de reyes.

Un saludo, caballero Terry.

terry dijo...

Gracias Antonio, esta debería ser la locura que albergue en este mundo infectado por las guerras, la ambición de la ceguera, las religiones, parece que están por encima del SER HUMANO.

Anónimo dijo...

Muy divertida la parte de la metáfora de las manos. Pobre Sancho.

Y aprendí lo que es una pipirrana, que no tenía ni idea. Pero no soy muy amigo del pepino, yo.

terry dijo...

Bueno Ordefla, la base de la pipirrana en este caso es el pepino, en esta aventura Sancho tenia ese protagonismo.

Saludos.

мι ℓιѕтα ∂є вℓσgѕ