
Aires renovados, en los alientos de estos incansables caminantes que, caminan por tierras de castilla. Rocinante y jumento, los animales más envidiados del momento, serviciales como ellos mismos, pues que mejor premio, que el que llevasen en sus monturas, nadie les ofertó otra clase de caminos, dándose por satisfechos ha seguir con sus destinos.
"Mariaaa de la o"
"marianica dela mo"
"que desgrasiaita deteniendolo to"
"quieres de rei o quiere de llorar"
-¡Sancho! si miráis estos pinares, esas vaguadas, esos pajarillos y este cielo raso claro, ¿no creéis que todos estos dones de la naturaleza, tambien se vuelvan desgraciados?
-De reconozco mi señor, que ricos son los dones desta naturaleza, que pa desgraciaos ya formamos pareja y, que yo entone con mis afortunados cantos.
-Difícil, entendimiento, ese de la fortuna, que sin duda Sancho, esta tenga que ser justa y equilibrada en las emociones, que maduros y autocriticos seamos con nosotros mismos al saber todo lo que valemos por escasos o sobrados premios que recibamos.
Transitaron por tierras de la Sierra Guadalix y, hasta imaginandose Don Quijote, su estancia en el tiempo en la villa de, Villar del Rio, tierras de Soria, no sin antes pasar por Alcobendas, sorteando calles y carreteras. Esta gran ciudad de Alcobendas sus calles se habian vestido de fiesta, grandes carteles de anuncios en sitios públicos, se mostraba una actriz bien premiada.
-Mi señor, que de bien guapa y morena de sale esta mujer retratada, que dice en letras grandes que ha recibido de premio un tal Oscar y de ese oro entre las manos se lo calla.
-Sancho, de mal gusto es pronunciar los oros de una tal valía, pues si en el envite resulta enamorada de ese tal Oscar, doblemente premiada resultará esta noble moza. De ese oro, que se muestre y no se pronuncie, responderá sin duda a las vergüenzas de aquellos nuestros paisanos que hicieron las conquistas por las americas que, ciegos por el brillo del vil metal derramaran sangre sin penas, sin castigos, por el altísimo bien bendecidos, que mas tarde con tecnologías avanzadas, con guerras, la Europa quedó arruinada. Con la pérdida de nuestros trigos y vacas lecheras, con harinas de otro costal de maíz y leche pelargón, la moderna America nos hechizó. Los principios básicos de la democracia que nos vienen de los orígenes de nuestra vecina Grecia, como su Partenon en ruinas hoy, igual está la democracia.
-Pero, estáis diciendo, mi señor que los premios por valía sean reconocidos, con los mismos entendimientos a este lado y al otro de las fronteras.
-Si, siempre y además que eventos y sus democracias sanas vallan cogidas de la mano.
-No os entiendo, mi señor, de que una cosa tenga que ver con la otra para recibir de galardones. Si la democracia cuida de las gentes, que este es su oficio, los eventos den premios por ser de diferente gremios.
-Si yo, como caballero os reconozco como un buen escudero, dandoros mi mejor trato y me mostráis agradecimiento-, -¿A caso, necesitáis de mostraros ante otro caballero que, os confirme un ecuánime bondadoso?
-No, mi señor, que de por bien reconocido y, aventurado escudero me tengo por vuestra señoría, pero, he de deciros, que por este cielo y sol que nos de alumbra, que somos más pobres que las ratas, que ni vuestro vacía o yelmo de mambrino que, lleváis por casco y mi albarda, no hallan sido ni prestadas, sino, más bien arrebatadas en los descuidos de las sombras.
-Sancho, durante muchos años y generaciones nos han enseñado que con la luz que nos da un día solar, no sea suficiente, se la haya embargado la luz hasta la pobre luciérnaga, se encendió la hoguera de las vanidades. Pues no hay mejor premio que aquel que recibimos de nuestros padres.
-Pues de se dice, de se rumorea que nuestro padre es, ese Cervantes, mi señor.
-De seguro que nuestro parecido, lo tenemos Sancho en el blanco de los ojos.
-Mi señor, ¿lo dice por el blanco de la leche pelargón?